El gran disparate cubano, el negocio del siglo.
A nosotros los cubanos, y este fue realmente el primer gran disparate nacional, nos hicieron creer que el 1 de Enero de 1959 había triunfado una revolución para acabar con la desigualdad social, eliminar radicalmente al peor enemigo del pueblo trabajador, repartir equitativamente las riquezas cubanas entre todos nosotros, aniquilar la corrupción que se quita y que se pone, poner en su sitio al imperialismo y gestar, con el tiempo y un ganchito, la sociedad más justa de todo el universo creador, incluyendo las cinco chelitas que tengo puestas en el congelador.