Las madres cubanas, las verdaderas creadoras de la vida, de las ilusiones y del futuro en Cuba, son, indiscutiblemente, quienes más sufren los horrores que un régimen, despiadado y cruel, les ha impuesto a todo un país y a un pueblo para no perder, los muy degenerados, los dictadores, quiero decir, la “sagrada” y eterna sentadera que les brinda el tibor del socialismo.
Horrores que se traducen en esta vida de mierda tan desesperante que vivimos los cubanos y que cada día tienen menos solución porque continuamos aceptando la permanencia en el poder de un sistema dictatorial que quita y pon camarón, es decir, que nos tira los huesos carcomidos y resecos mientras ellos se comen los camarones, los mamoncillos y las langostas.
¿Alguien se ha preguntado qué siente una madre cubana en su interior cuando ve llorar a sus hijos porque tienen hambre?
Porque la realidad en nuestro país, la más triste de todas las realidades del mundo, es que quienes más soportan con total estoicismo, valentía y creatividad, son nuestras madres, mujeres convertidas en guerreras cotidianas, en paramédicos del alma de sus hijos, en bomberas extinguiendo los fuegos del hambre, de la miseria, de la desesperación y de las locuras que padecen quienes le rodean porque, por instinto natural, como “recurso del método”, tuvieron que echarse sobre sus hombros las desdichas físicas y espirituales a las que una absurda revolución del picadillo condenó, en vida y en muerte, a toda su familia.
Y digo todo esto porque estoy seguro, y honor a quien honor merece, que en Cuba, en Cubita la desgraciada, no existen seres cubanos más valientes, más lúcidos ni más sacrificados que esos ángeles que nos dieron la vida, que nos ayudaron a conservarla y que nos protegieron para que no tropezáramos con el basurero de la esquina, para que no pisáramos mierda, nos resbaláramos y nos despetroncáramos contra el pavimento, para que aprendiéramos a cuidar la ropita y los zapaticos domingueros, para que entendiéramos un poquito “el pan nuestro de cada día” y que, sobre todo, muy importante, que para subir al cielo no se necesitan escaleras, se necesita decencia, dignidad, amor, honestidad y valentía, así de sencillo y de humano a la vez.
Dice mi amiga la cínica que así como la dictadura castrista, y sus principales exponentes, han vivido robando, engañando, reprimiendo y asfixiando a un país y a su pueblo para apoderarse de nuestro tesoro nacional y darse “la dolce vita”, las madres cubanas han devenido, por fuerza contraria, por acción a la reacción, en las salvadoras del alma de una nación pues son las que han logrado mantener con vida a una sociedad hundida en el desabastecimiento, las penurias, los disparates ideológicos, los espejismos que provocan la cacareada “abundancia” socialista, la inanición, las flaquezas morales y los sueños frustrados de varias generaciones de seres cubanos.
¿Valoramos en su justa dimensión los tantísimos sacrificios que hacen nuestras madres en un país donde el aire hiede y la tierra mata?
Yo siempre me pregunto de dónde sacan tanta fuerza estas mujeres para mantenernos con vida, un reto muy difícil que les impone una realidad tan asfixiante como la que se “respira” en Cuba y que, visto y comprobado, se han enquistado en nuestra esencia, en nuestra idiosincrasia, en nuestra “cubanía”, en nuestro “producto interno bruto” como nación y como pueblo y que, tras más de sesenta larguísimos años, insisten, se empecinan, se esfuerzan por permanecer destrozándonos la existencia, el sentido común, el decoro y la lucidez a todos, absolutamente, a todos los cubanos.
Cada vez que escribo sobre este tema no puedo dejar de pensar en mi madre, y créanme que el mayor dolor que me produce es no haber tenido tiempo, porque uno, desgraciadamente, siempre pospone los abrazos para después, de agradecerle con muchísimo amor y respeto los tantísimos sacrificios que tuvo que hacer para que yo creyera que “la vida es bella”, para que yo pudiera tragarme sin asco los malos sabores de un revolucionario picadillo “enriquecido”, para que el fuego de las fiebres de mi garganta no me quemaran por dentro y para que, aun con el desinterés que me producía el mundo en que vivía, yo estudiara y me hiciera un hombre “hecho y derecho” que en medio de los horrores de la guerra cotidiana por el socialismo, por el patria o muerte y por seremos como el che, al menos aprendiera a leer, a escribir y a multiplicar sueños e ilusiones por esperanza y vida.
¡Un enorme monumento les queda chiquito a las madres cubanas!
Ricardo Santiago.
¿De qué mierda estás hablando?. Te fuiste de Cuba. Vete a hablar de tu país, no del nuestro, porque lo único que haces es mentir, como te han obligado a hacer los de allá. Si no, no cobras.
No mencionas la represión que existe en este momento en tu USA, donde patean a las mujeres, las empujam con los carros de policía o le pasan por arriba con caballos. Además de los gases tóxicos que le meten en la cara. No hablas de los asesinatos a la población… Falso artículo, falto de moral y de dignidad ese personaje que publicó esta mentira
Antes se pensaba que las fotografias de Cartier-Bresson eran incidentales propias del lente intruso del artista en sus escenarios reales. Con el tiempo se descubrió la verdad de la obra de Cartier-Bresson: sus fotos eran escenas perfectamente bien montadas hasta el detalle mas insignificante.
En el ensayo de opinion «El dolor de las madres cubanas es la peor prueba del socialismo» escrito por Ricardo Santiago y publicado en *poresomefuidecuba.com*, en Junio 6 de 2020 se muestra en la parte superior del texto la foto de una escena con una supuesta madre cubana sentada en cuclillas al lado de un niño que parece ser su hijo según sugiere el tema de la imagen captada por el lente que de por si es como tal una imagen de lamentable factura para ser verdad. Si encima la foto nos muestra a madre e hijo durmiendo en el banco de un parque en un pueblo o barrio de Cuba como parece sugerirnos la imagen para que pensemos que son victimas del «castrismo» por factores de naturaleza social y economica y por lo tanto politica, es ya realmente patético. Hasta el paisaje de estío cubano es tan brillante como un mediodia tipico de la Isla que él mismo contribuye a revelar su falsedad. La foto esta pésimamente montada al punto que cualquiera con dos dedos de frente puede advertir la falsedad del documento. Lo único real de esa foto es la mentira que revela. Como dice un viejo dicho de mi tierra: «para mentir y comer pescado hay que tener cuidado»
Por otra parte el articulo está muy lejos de ser o representar el buen periodismo. Es un ensayo de periodismo de opinión como tantos ha habido siempre desde el nacimiento del periódico y del periodismo y como actualmente hay alrededor del mundo. Ha habido excelentes columnistas que han ejercido con tanta maestria el periodismo de opinion que son verdaderas escuelas en el género. Sin embargo el autor del articulo que nos convoca adolece de multiples errores lamentables. El autor da muestras evidentes de ignorar o mostrar un enorne descuido en el uso de adjetivos calificativos, que son verdaderos excesos como si estuviese convencido que mientras mas adjetivemos una reflexión mas valor de verdad está habrá de adquirir. Es lo mismo que mentir.
El autor habrá de admitir que en el periodismo no oficialista cubano, un escenario atiborrado de blogueros sin ningún entrenamiento en el arte de comunicar y donde cualquiera cree que el solo hecho de escribir en una tercera persona omnisciente y reflexiva es condición optima a priori para producir un ensayo periodistico propiamente hablando, nos encontramos con mucho material sobrante, y de muy baja calidad.
En el ensayo de opinion el autor no necesita probar sus argumentos. La prueba es todo el proceso de reflexión propiamente dicha. Pero en cambio si fuera a componer un material de indole politico apoyarlo con evidencia probada ayudaria a fortalecer la veracidad de las ideas planteadas. Incluso en el articulo cuyo titulo he mencionado arriba la historia de la madre con su hijo narrada en la fotografia podria haber ayudado de apoyatura al texto. En todo caso estariamos entonces hablando de un reportage mas que de una opinion o bien de una alternancia dialógica entre ambos donde reportage y opinion se apoyarian mutuamente. En el primer esquema del ensayo de opinion estamos cerca por su carácter reflexivo del ensayo filosófico mientras que en el reportaje o género testimonio estariamos mas cerca de la investigación sociológica. La mezcla de ambos generos nos colocaria frente a un trabajo periodístico de envergadura.
En cada historia incluso acompañada de un fotoreportaje un principio ético de la investigación es absolutamente necesario: probar la verdad con evidencias y corroborar las fuentes. Estos principios no solo ayudan sino que son ventajosos en el trabajo periodístico y por encima de todo mantener la mirada en un horizonte ético de la búsqueda de la verdad. Lo que no parta de estos principios es novela folletinesca, culebrón, o chisme de barrio.
Ricardo Santiago , periodista ? Usted sabe cómo viven las madres salvadoreñas, Ondureñas, Centroamericanas…pudiera hacer un reportaje de su felicidad, cuando los Salva truchas les visitan…no con esto digo q las madres cubanas vivan en el paraíso…pero por favor tenga cuidado no se sientan mal estas madres…mis respetos para usted ..periodista ?
Mientes
Yo no, pero usted sí, comandante…