Hasta los hijos nos empujan a tomar decisiones…

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También estaban mis hijos. Al principio no entendía bien qué me molestaba cuando los veía estudiar lo que no les gustaba o “pasar por la vida sin saber que pasaste…”. Me costaba trabajo verlos crecer sin luchar por alcanzar sueños o metas porque según ellos mismos decían: “Total, para qué sacrificarse tanto si cuando nos graduemos tendremos que trabajar en otra cosa por un salario de m…”.
Algo se me atoraba en la garganta que no me dejaba respirar, ya no digo tragar porque por aquella época tenía muy poco para hacerlo, pero si era una sensación terrible, de angustia. Los veía cada día sin hablar ni pensar en el futuro y, les juro, se me helaba el alma y el pánico me inundaba porque no podía ofrecerles nada. Vértigo.
Yo de niño si hice planes. Recuerdo que constantemente cambiaba de profesión según las aventuras que daban a las 7:30 pm por la televisión. Lo mismo quise ser salvavidas, que domador de caballos, equilibrista, capitán de barcos o de aviones, me daba igual, pintor de edificios altos, cocinero o cosmonauta, hasta que mi madre un día me quitó la idea con un fuerte grito porque decía que: “a los cosmonautas les es muy fácil irse pero muy difícil regresar”, la pobre, por ese tiempo, echaba rodilla en tierra por la Revolución.




Muchos echaron sus rodillas, brazos, piernas y hasta el alma por esa Revolución. Se vistieron de milicianos o de lo que fuera para cantar o vociferar aquello de: marchando vamos hacia un ideal, sabiendo que hemos de triunfar… ya, hasta aquí (el que quiera oírlo completo que lo busque en youtube), porque creyeron, como mi pobre madre, que sus hijos tendrían un futuro mejor, lleno de oportunidades, un país sin carencias, con empleos dignos, salarios decorosos, viviendas y hasta un vaso de leche diario. Dios mío, perdóname, pero con el tiempo todo lo asegurado por Fidel Castro, repetido y vociferado en todos sus discursos y peroratas, es decir, las oportunidades, los empleos, las promesas y hasta el vaso de leche se hicieron aguas albañales y se fueron por las alcantarillas de la Patria.




A mi hijo mayor un día, sentado conversando con un amigo frente al edificio donde vivía, casi me lo matan de una puñalada en la espalda unos tipos que pasaron junto a ellos, por el sólo propósito de demostrar “hombría” y “divertirse”.
Se imaginan mi dolor y mi angustia. Pero lo más terrible para mí fue la reacción de mi hijo al querer enfrentarse a esos hijos de perra por aquello de no quedarse dado y porque: “yo soy un hombre…”, me lo hubieran matado, así, por gusto. ¿Cuántas muertes de jóvenes en las calles de Cuba por violencia innecesaria? ¿Cuántas?
Y sentí el final, la toma de conciencia, el despertar, el abrir los ojos y decir basta. Es imposible ver crecer a tus hijos en un país donde no existen garantías de vida y el futuro es incierto.
Ese sentimiento me llegó de súbito el día en que acompañé al más pequeño de mis hijos a la escuela porque se iniciaba como “pionero moncadista”. Un espectáculo alucinante y aterrador.
Viendo a todos esos niños, unos detrás de otros, con sus caritas angelicales e inocentes repetir lo que decían los maestros y aquello de “seremos como el Che”, fue que entendí claramente que esto no era lo que quería para ninguno de ellos, que yo tenía la obligación de brindarles otras opciones porque el mundo es de pluralidad y diversidad y que la ideología, el pensamiento y las doctrinas son elecciones personales y no dictaminadas o impuestas por ningún gobierno, individuo o programa politiquero.
“Recojan albañiles que se acabó la mezcla…”




2 comentarios en «Hasta los hijos nos empujan a tomar decisiones…»

  1. Amigo, mis saludos desde Lafayette, Louisiana. Sr. Usted no se Fue de Cuba, usted quedo Atrapada en ella. Sea cual sea las razones por las que usted salio de Cuba usted sigue atada a ella en sus recuerdos y la nostalgia por regresar a la Isla es mas grande que su deseo de reestablecerse en USA y rehacer aqui su Vida. Amigo no busque mas razones por las que salio de la isla y encuentre razones para lograr ahora sus sueños, pues si no logra realizarlos entoces esa sera la prueba de que usted donde quiera que viva sera un FRACASADO.

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