La dictadura castrista y los “bienes” del pueblo cubano.





Alguien me puede explicar, con seriedad por favor, porque me declaro totalmente analfabeto en esta materia, qué cosa son o significan o donde se pueden ver o adquirir o tocar los “bienes” del pueblo cubano.
Pregunto esto, y les juro que con total interés por entender, porque desde que yo empecé a ir a la escuela, allá en Cuba, a finales de la década de los 60s, siempre nos “enseñaron” que la revolución de Fidel Castro había triunfado para restablecer la justicia social, el orden económico y producir “bienes”, muchos bienes para todos los cubanos pues el gobierno anterior, es decir, la dictadura de Fulgencio Batista, había sumido a nuestra Patria en la más “absoluta miseria”.
Por mucho tiempo les confieso que me tragué ese cuento. Los maestros iban y venían, según yo iba pasando de grados, y la muela de “los bienes para el pueblo” se mantenía en el mismo lugar, en el mismo rinconcito de las aulas hacia donde todos mirábamos porque, con esa inocencia tan característica que se tiene en las edades en que uno juega y come bolas, nos imaginábamos que algún día ese “lugarcito sagrado de la patria”, repleto de consignas patrioteras e imágenes de próceres “viejos y nuevos”, ese pedacito “glorioso” de “nuestra revolución” por el que nuestros padres lo sacrificaron todo siguiendo las promesas de la Tropicola de Birán, se llenaría de un “algo” que a nosotros nos iba a dar mucha, pero mucha, pero muchísima alegría.
El problema es que pasaron los años, me hice adulto, alcancé la edad donde no se juega pero se sigue comiendo bolas, pues aun insistíamos en creer el cuento de la producción de bienes para el pueblo, y el rinconcito aquel, ahora trasladado a una esquina de mi casa, de mi centro de trabajo, del parque, de la cuadra, de la casa de la novia, de los amigos y del alma seguía igualito, igualito, igualito… “el cuartico esta igualito, como cuando te fuiste…”, vacio y como Penélope…
Yo digo que los cubanos necesitamos, cuando derrotemos a esa dictadura de porquería, crear un equipo multidisciplinario para estudiar, diseccionar y entender cómo pudimos estar tan ciegos para creer, confiar y seguir a un hombre que a todas luces era un enfermo, un mentiroso, un ególatra, un narcisista, un maniaco, un cobarde, un imbécil y un dictador, sí, porque desde que presentó los primeros síntomas de su desquiciada enfermedad con los fusilamientos masivos y sin juicios en el mismo 1959, hacer desaparecer a Camilo Cienfuegos y vendernos el cuento de “las flores en la palangana”, la idea de con la revolución todo contra la revolución nada, los terribles acontecimientos de la Crisis de Octubre, la creación de los campamentos de la UMAP para “enderezar” las almas torcidas, la “ofensiva revolucionaria” contra la pequeña propiedad privada en 1968, el disparate de la Zafra de 1970 y así sucesivamente hasta el último día de su maldita existencia con la puñetera “comedera” de moringa, debimos haberlo parado y haberle dado una buena patada en el culo para que el tipo se fuera con sus inventos: ¿A dónde? Sí, pregunto primero porque el mal que uno no desea para sí no debe desearlo para los demás, al menos eso fue lo que me enseñó mi mamá.
Pero bien, continuando con esta interminable y agotadora búsqueda de los “bienes” del pueblo cubano. La realidad es que lo único que nos trajo los delirios del Economista, del Planificador y del Administrador en jefe de los potreros de Birán fue una gran ineficacia productiva, un empiezo y no termino los más alocados proyectos, un corre-corre para cumplir con sus caprichos, la desaparición de la industria nacional, la corrupción como el segundo ministerio más importante del país, la debacle de la economía, una feroz dependencia económica del primero que nos enseñe los dientes, un exilio más gigantesco que la dictadura del proletariado, tristeza, destrucción física y moral, represión de todas las formas y colores, hambre y división, una increíble, absurda y muy dañina división entre los cubanos que nos convirtió, de la noche a la mañana, en gusanos o croqueteros, es decir, en “enemigos íntimos” irreconciliables.
Estoy como el sala’o ese que pierde unicornios a cada rato, sólo que en mi caso lo que no encuentro son los “bienes” del pueblo cubano, por favor, “si alguien tiene información”…
Ricardo Santiago.




3 comentarios en «La dictadura castrista y los “bienes” del pueblo cubano.»

  1. Ricardo, he leído en varios artículos y comentarios, que las «nacionalizaciones del comercio minoritario (ya antes se habían intervenidos las empresas extranjeras) se habían producido en 1968. Yo trabajaba de mensajero en una farmacia en el año 1962. Me trasladé a la primera Estatal, cuyo farmacéutico, un señor de edad la entregó para marchar con la familia a USA (la más antigua de Santiago de las Vegas Dr. Fina (¿?) En los primeros meses del año 1963, «nacionalizaron» tipo comando, los medianos y pequeños negocios de servicios (hasta los limpiabotas). Al señor García, mi antiguo jefe. Cuando fue a abrir la farmacia a las 7 de la mañana, se encontró en la puerta un hombre que con cierta displicencia, como si estuviera tratando con un delincuente le pidió las llaves de la farmacia; con unas lacónicas palabras le dijo: -Deme las llaves por favor, esta farmacia pasa a manos del pueblo desde hoy. No permitiendole entrar a recoger objetos personales. A garcía, de más de 60 años, por poco le da un infarto. Él, que había empezado fregando frascos y de mensajero en su lejana Artemisa y luchado para tener su negocio, lo perdió todo en un minuto. Al poco tiempo se marchó a USA. A mi me mandaron una semana a hacerme cargo de la farmacia, hasta que enviaron un administrador del Partido que nunca había entrado en una farmacia. Esto se produjo a todo lo largo y ancho del país. Un año antes (¿?) habían Nacionalizado las empresas extranjeras, que se extendió a las nacionales. Pienso que en esas fechas hay un error.

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  2. Eso es lo que trato de entender yo también; donde esta el bienestar que les brinda ese regimen comunista de Castro y ahora en Venezuela, de Chavez y Maduro?
    Desbarataron la casa para arreglarla y la dejaron peor. La esperanza esta muerta en esos países y la gente vive en la miseria soportada por limosnas del regimen que no son muchas, las familias en el exterior siguen aportando para seguir sosteniendo el día a día de sus familiares enclaustrados en el regimen y de paso, sin quererlo hacer, mantener al verdugo allí vivito.

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