La fresa es roja pero no pinta de colora’o…




La Gallega era uno de los personajes más singulares que vivían en mi edificio. Cien por ciento cubana heredó el sobrenombre de su padre que si había venido de España, pero de cualquier lugar de la Madre Patria menos de Galicia.
Robustiano era un hombre impresionantemente vital para la edad que tenía, 92 años me confesó cuando lo conocí. Era alto, fuerte, con unas manos sorprendentes y una fuerza que había que pensarlo para saludarle estrechándole la diestra o que por algún motivo te diera “unas palmaditas en la espalda”. Su mayor predilección eran las mujeres, de hecho fue su perdición, nunca levantó cabeza porque todo cuanto logró en la vida debía repartirlo entre su sequito de ex esposas y un montón de hijos que, una vez me aseguró, no estaba seguro de que todos fueran suyos.
A mí me encantaban las historias del viejo Robustiano, aun cuando era un tipo de poco hablar oírlo hacia las delicias de todos nosotros por la sabiduría que exhibía y por la picaresca implícita en cada uno de sus relatos. “Este socialismo es una mierda y Fidel Castro es un sinvergüenza…, algún día les voy a contar un secreto con el que podrán tumbar a este gobierno… ”. Su aversión al comunismo era bien definida, no soportaba a la dictadura castrista ni por delante ni por detrás y se excusaba en que no oía bien para no participar en ninguna de las tareas de la revolución: “¿Y por qué no se fue pa’ España Don Robustiano?”, “Ay mi’jo cuando pude hacerlo estaba perdidamente enamorado de una mulatica que acabó con mi existencia y después ya estaba muy viejo para regresar y empezar de nuevo.”
Pero bien, la Gallega, el personaje central de esta historia, era, según ella misma alardeaba, la inventora del durofrío de fresa sin fresas. Se consideraba una alquimista en estado puro, en bruto, sin descubrir por las excelencias de la alta cocina y fruto de la necesidad impuesta a los cubanos por la revolución socialista de Fidel Castro, en realidad una sobreviviente del hambre y la miseria que pasó su familia en la década de los 70s y que le costó la vida a uno de sus hermanos: “Se ahorcó por la desesperación y la impotencia”.
Aun así era la mujer más luchadora que yo he conocido en mi vida. Vendía sus durofríos como una creación de la sagrada providencia y no le importaba que la acusaran de mentirosa o estafadora por un sabor que sabia a cualquier cosa menos a fresa. Recuerdo cierta vez que la madre de la fórmula uno del edificio, el niño que se tiraba por las escaleras a una velocidad supersónica, fue a reclamarle porque el muchachito se había comido uno de sus durofríos y tenía toda la boca y la cara manchada de un rojo que no se le caía con nada: “Eso es porque están hechos con fresas de las buenas, de las de importación, de las que comen los dirigentes…”, le ripostó a la afligida madre que sólo atinó a decir: “Y ahora cómo coño yo le quito esta mierda colara’ a este chiquito de la boca…”
Yo admiraba a la Gallega y varias veces se lo dije, para mí ella era el mejor ejemplo de lo que es una madre cubana que tiene que hacer de todo para alimentar a sus hijos, pugilatear la vida en un país donde no hay nada de nada y si unos niños que necesitan zapatos y un vaso de leche tibia después de los 7 años cumplidos.
Los cubanos somos expertos en el arte de la subsistencia y la supervivencia. Cobardemente la dictadura castro-comunista nos obligó a vivir del trueque, las permutas, los inventos culinarios, las alquimias irresponsables y los “dulces engaños al paladar” para llenar la barriga y embaucar el hambre. No lo merecíamos pero…




1 comentario en «La fresa es roja pero no pinta de colora’o…»

  1. No tengo en mente en este momento el nombre del compatriota que
    escribe estos comentarios, por llamarlos de alguna manera. El autor dice que no
    son articulos pero para mi, tienen mucho mas contenido que lo que escriben
    pseudo-periodistas nacidos en Cuba pero que cambiaron la bandera de la
    estrella solitaria por un pasaporte americano. En esta epoca de REVOLUCION
    de indios analfabetos, transgresores de la frontera SUR, la mayoria por no
    decir que todos los que se dicen periodistas y cubanos, lo unico que saben
    es echarle con el rayo al presidente de USA »ELEGIDO DEMOCRATICAMENTE POR EL PUEBLO AMERICANO'» por la sola razon de que quiere devolver a su
    pais a toda esa gentuza que se ha enquistado en suelo americano para poder
    matarse el HAMBRE a que los tienen sometidos los consecutivos gobiernos
    de su pais. Solo saben robar, robar, robar. Y que los «gringos’ los mantenga
    y de paso le envien cada ano mas de 25 mil millones de dls. Asi tienen bas-
    tante para llenarse los bolsillos. Despues, estos descarados pseudoperiodistas
    no son capaces de alzar su voz en defensa de los cubanos regados en media America que salieron de Cuba con destino a USA pero por «gracia» del
    socialista expresidente Obama se han quedado en un limbo legal, supeditados
    a la extorsion de las autoridades de Mexico. Todo el mundo y su tia sabe que cubano que llegue a Mexico por la via que sea, lo explotan y le sacan hasta
    las tripas. Le dicen que le escriban a sus familias en USA y que les manden
    dolares si quieren que los dejen en libertad. HIJOS DE LA CHINGADA.
    Esos son los periodistas cubanos, lameculos de los indios. Pero ninguno escribe una sola palabra en defensa de los compatriotas varados en las selvas de
    Centro y Suramerica. Viviendo peor que perros, sin una minima esperanza de poder resolver su situacion. CUBANOS PERIODISTAS. Mierda y mas mierda.
    Si el compatriota que escribe los comentarios de esta seccion pudiera leer las
    paginas del Herald en espanol, las paginas en la que escriben periodistas
    cubanos como Uva de Aragon, Dora Amador, los que escriben el editorial
    (que son cubanos) Andres Morcate etc. todos son unos hijos sin madre.
    Nacieron de una incubadora. No sigo escribiendo porque esta a punto de
    reventarseme el higado. Un abrazo de hermano al compatriota que escribe
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