La mujer del diablo.

De esta mujer casi nadie habla, ni siquiera la mencionan, es como si no existiera, como si fuera un cero a la izquierda o un bulto insignificante que está ahí, junto al tirano, pernoctando la vida como quien no quiere las cosas y que es inocente del daño que este perverso le ha ocasionado al pueblo de Cuba. Pero no nos dejemos confundir, lleva en ese concubinato maldito el mismo tiempo que ha durado esta desgracia para los cubanos, más de 50 años y ahí, viéndolo, oyéndolo todo y ahí, cómplice y confidente de las atrocidades del “monarca” y responsable directa o indirectamente de todos los males y sufrimientos del pueblo de Cuba.
Dicen que llegó a La Habana por un capricho sexual de Lucifer. Era maestra. Este la vio en uno de esos actos de perorata, organizado en Cienfuegos, con motivo de la campaña de alfabetización a principio de los 60s y desde que la vio se encaprichó con ella. Ella tenía 17 años y el 38. La instaló en una de las casonas de la zona de Punta Brava y la visitaba por las noches, a escondidas, furtivamente, como temeroso de que se descubriera, entre otras cosas, que poseía entre sus garras, y con su azufrado cuerpo, a una menor de edad.
Su primera función fue de paridora del apóstata, de hecho le dio cinco hijos, todos varones, todos con nombres que empiezan con la letra A por la admiración que sentía el bellaco nacional por Alejandro Magno. ¿Dígame Usted? El muy hijo de puta estaba obsesionado desde pequeñito.
No se casaron oficialmente hasta los años 80s y después que muriera Celia Sánchez, pero aun así continuó viviendo en el anonimato, reafirmando su predilección por las sombras y apartada de la realidad como quien no quiere saber para no tener que opinar y decidir.
Dicen también que es la única mujer a la que Fidel Castro ha escuchado. De ser esto cierto “la ingenua maestrica” debe tener unas agallas del carajo porque lo único que la historia de Cuba ha demostrado es que Fidel Castro no le hace caso ni a la madre que lo parió.
Con la enfermedad letal del “líder” salió a la luz pública pero ya con cara de bruja, hizo acto de presencia ante el asombro del pueblo que se negaba a creer lo que estaba viendo y se preguntaba si era necesario tanto secretismo y tanta mierda. Pero lo hizo, tarde pero segura, no le importó, firme en su autoridad, responsable, exhibiendo el poder y la jerarquía que les fueron negados por años y años porque sencillamente a los comunistas no les va “esa payasada de la primera dama”. ¡Arriba coge tu coquito aquí!
Con el traspaso ilegal, arbitrario, deshonesto y burlesco de poderes entre los Castros la “primera jevita comunista de la república” ha visto como poco a poco el control de las riquezas nacionales y el modo de robárselas también han pasado a manos del menor de los hermanos y su familia, sobre todo a estos últimos que son unos lámparas y lo están organizando todo para tener el control total del país: “Te lo dije que este mariquita nos iba a dejar sin un centavo”.
Dice mi amiga la cínica que a esta mujer lo único que le queda es empezar a hacer contrarrevolución porque los “rauleros” se lo están repartiendo todo y la van a dejar sin nada a ella y a sus hijos.
Yo no, yo digo que ella fue y es cómplice de los desmanes de Fidel Castro, de su avaricia, de su maldad y que como carroñeros al fin, banda de degenerados todos, ya empezaron a devorarse entre ellos mismos. Vivir pa’ ver.