Las facturas médicas “gratuitas”, otro asqueroso chantaje de la dictadura castrista.




Esta es la nueva moda, o la nueva mala, o la nueva vieja, o la nueva estúpida, o la nueva loca, ¡vaya Usted a saber!, de la dictadura castrista y su banda de rascabuchadores de la decencia y la lógica humana: Entregar a cada cubano una supuesta factura médica, con los costos por los servicios sanitarios prestados, para que el pueblo entienda, aprecie, valore y agradezca, sobre todo esto último, lo que esa “noble revolución” se gasta en servicios asistenciales y que, “por su gran corazón”, le ofrece al pueblo cubano de forma gratuita.
¡Ayúdame Dios mío!
Esta es otra burda maricona’ de esta mugrienta dictadura, y perdónenme la expresión pero es que aquí no cabe otra palabra, estos hijos de puta, y vuélvanme a perdonar, no salen de una para entrar en otra: ¿Pero es que estos tipejos de porquería no se cansarán nunca de faltarle el respeto a los cubanos?
¿SE IMAGINAN QUE CADA UNO DE NOSOTROS LE ENTREGUE A LA DICTADURA CHUPAMEAO DE RAUL CASTRO UNA FACTURA CON TODO LO QUE NOS HAN DEJADO DE PAGAR, NOS HAN ROBADO, NOS HAN COBRADO DE MAS O NOS HAN EXTORSIONADO EN ESTOS CASI 60 AñOS?
Sería una muy buena respuesta, la mejor de las réplicas, cuando alguno de los representantes del castrismo, ya sea un médico, una enfermera, un profesor, un diputado del poder popular o la presidenta del comité nos vengan con el invento de mostrarnos una factura para “demostrarnos” lo mal agradecidos que somos los cubanos al no ser capaces de valorar cuán grandes son la revolución y las cenizas del comandante en jefe.
¿Sera posible? No salgo de mi asombro. ¿Hasta cuándo tanta insolencia, desvergüenza y “se me cae la trusa” de estos degenerados?
Yo me imagino, de hecho hace mucho tiempo que lo hago, que la dictadura de los Castro tiene un equipo de personas, de eruditos del “nunca jamás”, de sesudos del agua tibia, de pensadores de la “vida loca”, de genios de la concupiscencia y la mandolina, cuya única función es generar ideas y formas para joder, maltratar, ahogar, desquiciar y burlarse del pueblo de Cuba, no existe otra explicación posible.
Puedo citar muchísimos ejemplos de la labor de estos especialistas de la candonga y el “rabo encendido”, pero es que esto de las facturitas médicas, a esta altura del partido, cuando ya el cuento de las gratuidades de la revolución está más desprestigiado que el carajo, después que se han cansado de chantajear, coaccionar y ultrajar a los cubanos con facturas reales de todo tipo y por cualquier cosa, es realmente demasiado.
Dice mi amiga la cínica, que fue quien me llamó para darme la noticia, que esto debe ser porque Raúl Castro y su Partido están en campaña electoral con vista a las elecciones “presidenciales” del 2018 en Cuba y que están haciendo de todo porque no quieren perder…
Yo insisto, porque les juro que no me repongo de este nuevo choteo castro-comunista, que los cubanos deberíamos preparar y enviarles nuestros “bills” donde aparezca todo lo que nos ha robado la dictadura durante más de 58 años, desde el irrisorio salario que nos pagan, la gratuidad revolucionaria que es lo más caro del mundo, la imposición de una doctrina ideológica sin darnos la libertad para escoger la que nos gusta, la mala calidad de vida, la falta de agua y electricidad que son históricas, el deplorable servicio de transporte para la movilidad ciudadana, la falta de libertades cívicas, los excesivos “trabajos voluntarios”, las cotizaciones al CDR, FMC, MTT, el Sindicato y cuanta organización política o de masas inventaron, el trabajo gratuito de los estudiantes en las escuelas al campo, las prohibiciones de todo tipo para que el cubano no tuviera un pensamiento “pequeño burgués”, la cerveza de pipa, la cantidad de tiempo que se pierde haciendo colas para adquirir cualquier producto, la brutal represión física y sicológica a que estamos sometidos diariamente los cubanos y a tener el mismo apellido durante décadas y décadas imponiéndonos una tiranía sin fin, por sólo citar unos pocos ejemplos: ¿Cuánto sumaría todo eso?
¿HASTA CUANDO…?
Ricardo Santiago.




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