¿Son los Castro y sus discípulos unos asesinos?





Mi respuesta es: SI.
Y digo sí porque hay muchas formas de quitarle la vida a las personas. Muchas. Y todas, aunque Usted no lo quiera, le convierten en un asesino, un criminal y un genocida. Venezuela, con el títere manipulado por los Castro, es un ejemplo de ello.
Un dictador es una persona “que recibe o se arroga el derecho de gobernar con poderes absolutos y sin someterse a ninguna ley, que abusa de su superioridad, de su fuerza o de su poder en su relación con los demás.”
Un dictador “que se respete” tiene que matar para conservar el “poder” que se ha robado.
Fidel Castro inventó la revolución de los “humildes” para enmascarar, justificar y camuflar su deseo de convertirse en el emperador “sicotero” de todos los cubanos. El mismo se autonombró primer ministro y no le importó a cuántas personas tuvo que encarcelar, fusilar, desaparecer o silenciar para hacerlo.
Pero Fidel Castro no fue el único que mandó a matar, otros junto a él también están comprometidos, embarrados y ligados al asesinato, a los fusilamientos, a las desapariciones, golpizas, torturas, vejaciones, atropellos, escarnios, amenazas y a la muerte de cientos de miles de cubanos.
Hay una buena lista de castristas responsables directos, o indirectos, que han cometido millones de crímenes en Cuba y fuera de ella.
Desde la Sierra Maestra la Tropicola de Birán fusiló a varios cubanos por las causas más inimaginables, argumentando que con estos asesinatos daba el ejemplo para proteger la “moral revolucionaria”, pero que, como todos sabemos, su única finalidad era sembrar el terror y la obediencia ciega hacia su persona y lograr que lo siguieran sin chistar su pandilla de hienas “rebeldes” que a la postre serian el núcleo histórico de esa mierdera revolución.
Algún día se podrá demostrar la ilegalidad jurídica de los “tribunales de justicia fidelista”.
La revolución de los Castro tiene muchos espíritus aquí en la tierra esperando que se haga verdadera justicia.
Los primeros años que se vivieron en Cuba después del 1 de Enero de 1959 están tintos en sangre.
He leído mucho sobre los truenos de La Cabaña. He oído contar experiencias desgarradoras de madres, padres, hermanos, hijos y amigos sobre la indiferencia y la burla de estos hijos de puta regodeándose en sus “hazañas” y en su “juego de matar” sin importarles el dolor causado a familias enteras de cubanos.
Los fusilamientos masivos en Santiago de Cuba, muchos realizados sólo por “sospechas” o falsas delaciones, las ejecuciones sumarias de “batistianos” y sus colaboradores en cualquier parte del país como “fiebre revolucionaria” y manifestación del nuevo orden y progreso que “merecía” la Patria, convirtieron a esta desagradable “familia” en lo más sanguinario que nos ha pasado como nación.
Muerte y más muerte, miedo tras el terror y el pueblo enajenado gritando ¡paredón!, ¡paredón!, ¡paredón!
Muchas madres llorando, suplicando, clamando por humanidad y el primer apóstata nacional jactándose orgulloso de su obra y “sembrando” la doctrina que, según él, lo llevaría a la eternidad y dejaría por sentado que la vida de los cubanos, la vida de pensar y respirar, le pertenecía sólo a él.
En Cuba hay muchas maneras de morir o de que te maten. Muchas. La peor de todas, a mi juicio, es la muerte en vida, y de esa los cubanos estamos sobrados, casi que la cargamos desde que nacemos y la llevamos a cuesta con todas las prohibiciones, ilegalidades y los “no se puede” o “eso no está permitido” que nos impone esa dictadura como única forma de “vida”.
Los miles de cubanos que murieron y mueren de la mano de estos asesinos en paredones, huelgas de hambre, golpizas, encarcelados, de tristeza, traicionados, ahogados en el mar, desesperados, humillados, en fronteras extrañas o abandonados en selvas interminables, son también nuestra responsabilidad si nos mantenemos en silencio, tenemos que denunciar todos los días a esta banda de criminales para que el mundo entero escuche nuestro dolor, sienta nuestra rabia y se sume a nuestra vergüenza.
Yo los acuso públicamente.
Los Castro, a mi juicio, traspasaron los límites de la decencia humana con su maldad y sus ansias de poder, desmembraron sistemáticamente nuestra nacionalidad, nuestra cubanía, a la familia y a cuanto ser vivo se les ha opuesto o enfrentado, lo cual, sin abusar de mis conocimientos jurídicos y policiales, los convierten en vulgares asesinos en serie.
Ricardo Santiago.




2 comentarios en «¿Son los Castro y sus discípulos unos asesinos?»

  1. Para que se desgañita inutimente.La historia absolvio a Fidel.y en su funeral se vio el apoyo de los cubanos a su lider.impresionante.que si murieron o se fusilo bueno esta pues.no hicieron falta nunca esos terroristas y abusivos con los debiles.les salio un gran gallo y fue Fidel.

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