Mariela Castro, la homosexualidad y los “maricones” castristas.




Yo digo que existen cubanos con los que el castrismo se ha ensañado de mala manera, que los utilizó y los utiliza como le da la gana, que los perjudicó como a doncellas primerizas y los abandonó seducidos y sin derecho a protestar, que les ha lavado tanto el cerebro que se los dejó lisito, lisito y por eso es que le abren gratuitamente sus almas a la dictadura como diciendo: “todo lo que tengo es tuyito, tuyito”.
Aun con todo lo que estas personas sufren y sufrieron, con la cantidad de vejaciones que tuvieron que soportar, con el daño perenne que les causó ese régimen oprobioso, tiránico y homófobo, con la cantidad de patadas por el culo reales e imaginarias que les dieron a trocha y mocha, con el pasito e’ conga y con la barbarie sostenida por un grupo de pandilleros trogloditas contra todo un pueblo, esos sujetos, esos mismos, decidieron colocarse un trapo en los ojos pa’ no ver la verdad y, con el impulso y como una gallinita ciega, de paso aplaudir apasionados los “logros” de esa gran farsa que es la revolución castrista.
Increíblemente muchos de estos ejemplares viven en el exilio.
Yo digo que en la vida nos pueden coger de comemierda una vez, que existen miles de razones por las cuales un hombre cae en alguna trampa, se deja engatusar, lo pueden utilizar y hasta servirse de sus servicios con fines macabros, cualquiera tiene un mal día, pero cuando esto se repite y se convierte en un hábito, en una costumbre voluntaria, se deja de ser hombre y se transforma el ser humano en un recomemierda asqueroso, en un tracatán, tracatán, tan, tan, en una alimaña despreciable y en un depravado-rectilíneo-uniforme-agáchate-y-vuélvete-a-agachar.
En Cuba la banda castrista se especializó en utilizar a los cubanos con los fines más perversos que uno se pueda imaginar. Son muchos los ejemplos, muchos, desde obligarnos a creer los cuentos y las mentiras de Don Cambolo de Santa Ifigenia hasta chivatearnos como si nada entre primos y hermanos, separarnos “felices” de nuestros hijos porque vamos a cumplir misión, no ver a la “pura” porque nos vamos de “cara al campo” a sembrar boniatos, por cierto, hablando como los locos, La Habana es la única ciudad del mundo donde cuando usted camina saca unos boniatos giganteeeeesssss, en fin, donar nuestra sangre para “salvar vidas” y la dictadura vendiéndola como “pan caliente”, hacer guardias en el Comité para cuidar la bodega y que el enemigo imperialista no se robe la mierda que nos venden y “sube pa’rriba”, “baja pa’bajo” y de paso échate un tin pa’llá que la “pegasón” entre hombres hincha…
Primero fue Fidel Castro con su invento de “pioneros por el comunismo seremos…”. En esa trampa realmente caímos muchos porque éramos unas inocentes criaturas que solo queríamos aprender a leer y a escribir para no convertirnos en burros, pero junto a yo amo a mi mamá la “metodóloga” de educación nos coló el yo soy Fidel y ahí mismitico fue donde nos jodieron la existencia y la mayoría nos fuimos pa’l carajo de aquel infierno.
Después llegó Mariela Castro, un ser anodino, maquiavélico y oportunista, con el cuento de que su tio, a cualquiera se le muere un tio, jamás reprimió a los homosexuales, que el sujeto era un open mind de los buenos y que todo ese cuento de las UMAP, el machismo exacerbado de la dictadura, el ostracismo y la represión a las personas que sienten atracción por el mismo sexo son calumnias e inventos de la gusanera de Miami que siempre ha querido perjudicarnos y destruirnos: “Pero no nos dejemos intimidar por esa escoria queridos compañeros homosexuales de la revolución, mañana saldremos con nuestra conga por todo 23 para demostrarle al imperio que esta no es una revolución mariquita”.
Yo digo que la homosexualidad nada tiene que ver con la mariconeria, conozco a homosexuales muy hombres, o muy mujeres, que ya quisiéramos muchos, pero lo que sí es triste ver, lamentable y repugnante es cómo personas que fueron marginadas por sus preferencias sexuales, que sufrieron en carne propia el ultraje de una dictadura absolutamente homofóbica-machista, unen su voz hoy para, desde un exilio al que fueron empujados por “blandengues”, apoyar y defender a un régimen que los utiliza y continua despreciándolos. Si no me creen pregúntenle a Mariela Castro.
Ricardo Santiago.




3 comentarios en «Mariela Castro, la homosexualidad y los “maricones” castristas.»

  1. Verdad lo de las recogidas. Y no sólo cargaban a los homosexuales. Recuerdo lo del copelia, la del Carmelo y la del ten cent de Galiano. De esta última me escape corriendo atravesando el parque de del valle. En el 71 un grupo bajo por san Lázaro bajando la colina, gritando abajo Fidel y abajo el comunismo. Los agarraron llegando a infanta y les cayeron a trompadas y patadas de karate, entre el grupo que bajo estaba el rubio de Villegas entre empedrado y tejadillo.

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  2. Miren ahora leo en este escrito con letra grande en capital letter como dicen en inglés y en español con letra mayúscula la palabra MARICONES , y es algo que debe ser común llamar las cosas por su nombre, pero si por ejemplo utilizo esa palabra tal como es …..me critican…… Que no se puede decir malas palabras en Facebook , y me pregunto a qué se le llama libertad de expresión ….. Cuando hay que tener un patrón o modelo de escritura .
    Pienso que para romper ese tabú , aquí en Facebook tiene que empezar a poner las palabras que según algunos son malas , que esas son la que la gente absorbe y retiene en la mente cuando lee escrito y así acabar con todo tipo de mariconeria y ando en Cuba , como fuera de Cuba . Y punto.

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