El robo de la dictadura en Cuba no tiene precedentes en la historia.



Este artículo yo debía publicarlo en el Periódico oficial del Partido Comunista de Cuba “El Patriota Bizco”, perdón, el Periódico Granma.
Una pregunta para empezar: ¿Hasta cuándo y hasta cuánto puede robarle impunemente una dictadura a un pueblo?
Cuba es un país que funciona como un negocio privado, familiar y “clanesco”. Las pocas empresas que operan reportan sus ganancias a un grupúsculo de facinerosos “militares” que actúan y viven como los dueños del país y de sus habitantes.
Quiero puntualizar que el mayor desfalco que les hace la dictadura castrista a los cubanos es en el pago del salario, un robo desvergonzado que más que una mensualidad económica es un bochornoso atropello, una burla y un “latigazo” al esfuerzo y sacrificio de los trabajadores.
Pero veámoslo de una manera más simple y utilicemos a la industria del turismo como primer ejemplo: El estado es dueño de toda la infraestructura que opera con y para el turismo (salvo el porcentaje del capital mixto), si creemos el dato ofrecido por la dictadura cubana de que en el 2016 visitaron la isla cuatro millones de turistas (una cantidad ridícula para un país que es puro sol, mar y bellezas naturales) y cada uno de ellos gastó como promedio mil dólares, entonces los ingresos fueron de alrededor de 4000 millones de dólares.
Un cálculo a priori y conservador puede deducir que, después de descontados los gastos en inversiones, las ganancias del sector pudieron estar en alrededor de los 1000 millones de dólares, repito, siendo conservadores.
Otros ejemplos: La “industria de la migración cubana”. Si aceptamos la información de que la diáspora cubana somos 3 millones (yo creo que somos más) y cada uno de nosotros envió a sus familias un promedio de 50 dólares mensuales, estaríamos hablando (siendo conservadores nuevamente) de unos 1800 millones de dólares en el 2016 sólo por concepto de remesas.
La renta a otros países de servicios profesionales para el sector de la salud pública, y que son disfrazadas de internacionalismo proletario, es otra importante industria que le genera cuantiosos ingresos a la dictadura, según un artículo muy interesante publicado en la página digital Cubanet en Septiembre 16 del 2015 y cito textualmente: “En 2014, el periódico oficial Granma, reportó que el gobierno recibiría un estimado de 8.2 billones de dólares americanos de sus trabajadores médicos en el extranjero, siendo esta la principal fuente para obtener divisas extranjeras.”
Todos sabemos que la cifra de médicos y otros profesionales ha ido creciendo con los años, por tanto las facturaciones de la dictadura cubana por este concepto deben haber aumentado proporcionalmente. Esto representa una exageración de dinero y como todos sabemos lo que reciben estos infelices, quienes se juegan la vida muchas veces en dichas “misiones”, es un porciento bien ridículo.
Otras industrias, como la farmacéutica, la biotecnología, etc., producen cuantiosos recursos por concepto de la venta de vacunas, hemoderivados, etc., etc., etc.
Como todos sabemos la dictadura castrista históricamente ha vendido al exterior todas las producciones que han resultado de interés para el mercado internacional, basta que alguna empresa extranjera se interese en algún producto o materia prima cubanos para que estos se desaparezcan de la vista del pueblo para siempre, un sencillo ejemplo es la veda continuada, por casi 60 años, del camarón y la langosta que se pescan en la plataforma de la Isla.
Los cubanos en Cuba no pueden comer mariscos, a cambio reciben una cuota de pollo por pescado una vez al mes como el deguste socialista a los productos del mar.
¿Dónde se mete todo ese dinero?
¿En que se utiliza concretamente?
A ojos vistas el país se está cayendo a pedazos desde hace mucho tiempo y ninguno de esos esbirros, empezando por Raúl Castro, dan la cara ante el pueblo para justificar el gasto de cada centavo y dónde se pueden palpar, sentir, comerse y vivir esas “inversiones”.
Esos degenerados castristas construyeron a la vista de todos los cubanos un “dolareoducto” gigantesco directo a sus bolsillos y a debajo de sus colchones. Llenan sus arcas continuamente con la explotación, la extorsión, el acaparamiento y el maniguiti de los recursos naturales, económicos y el más importante, el recurso humano de un país que es desangrado sin escrúpulos por una pandilla apellidada Castro.
Raúl Castro está hoy al frente de la gran cogioca nacional que significan él y su dictadura, es la cara, mejor dicho, la careta visible de una pirámide de cleptómanos oportunistas que se esconden tras la impunidad de sus puestos administrativos, de sus grados militares, de sus nombramientos políticos y de la desvergüenza más grande que ha visto la humanidad en toda su historia para robarle a los cubanos el esfuerzo, el sacrificio, la esperanza y la vida.
Ricardo Santiago.



1 comentario en «El robo de la dictadura en Cuba no tiene precedentes en la historia.»

  1. Miami, la pobreza de la que no se habla
    Posted by heraldocubano

    3 Votes

    Por Arthur González.

    Los que no soportan el socialismo cubano, ciertamente imperfecto, pero si mucho más humano que el sistema capitalista salvaje, como lo calificara el Santo Padre Juan Pablo II, casi nunca escriben artículos dedicados a criticar la pobreza existente en los Estados Unidos y menos la de Miami.

    La triste realidad de los habitantes de Miami dista mucho de la cubana, que, a diferencia de ellos, padece una cruel guerra económica desde hace 58 años, con la malsana intensión de matar por hambre al pueblo.

    La verdad que no se divulga es que, hoy en día en el estado de Florida se cuentan más de 789 mil núcleos familiares, obligados a destinar la mitad de sus ingresos en pagar la renta de sus viviendas, a lo que se le suman 11,4 millones de estadounidenses que tiene que gastar más de la mitad de su salario en costear la renta y los servicios públicos, situación que no existe en Cuba, a pesar de las campañas mediáticas para hacerla parecer como “el país de mayor pobreza” de Latinoamérica.

    En la isla comunista todos los ciudadanos son propietarios de su vivienda, y en Estados Unidos es una quimera poder comprar una, debido a los precios prohibitivos que estas tienen, de ahí que se asegura que el 37 por ciento de los núcleos familiares son inquilinos.

    La situación en Padre Juan Pablo II, es aún peor, al estar calificado oficialmente como el tercer condado del país con los precios de renta más elevados, perjudicándose especialmente las personas de bajos y medianos ingresos, ya que deben invertir en alquiler más del 30 %, pues el costo de un simple apartamento de una sola habitación, es no menos de mil 145 dólares mensuales.

    Cubanos y otros latinos que llegan a Miami con el sueño dorado de tener abundancia, chocan con otra realidad, unida a la violencia callejera, drogas y la brutal actuación de la policía que mata a tiros a cualquier persona, solo por suponer que iban armadas.

    Francis Suárez, alcalde de Miami, reconoció recientemente que “en Miami hay personas que pagan el 100 por ciento de sus ingresos solo en la vivienda, y tienen que ser subsidiados por la familia”.

    Esa es una de las causas por las que los ciudadanos carecen de un seguro médico, porque a diferencia de Cuba, la medicina en Estados Unidos hay que pagarla.

    En Cuba a pesar de las campañas para satanizar su sistema, ningún ciudadano tiene que desembolsar un solo centavo para sufragar una operación de corazón, pulmón, riñones o un parto, todos los gastos los asume el estado socialista, al igual que la educación, incluida la de niños con discapacidad, las de arte, deportivas y otras especiales.

    El sistema de salud cubano garantiza la vida de cada ciudadano, por eso este año logró una tasa de mortalidad infantil de 4,2, en niños menores de un año, entre mil nacidos vivos, lo que no posee ningún estado de Estados Unidos.

    Mucha propaganda negativa se divulga en el país del Norte contra Cuba, con imágenes de la Habana Vieja destruida y desgastada por el tiempo y la ausencia de mantenimiento constructivo, pero todos los niños asisten con su uniforme y zapatos a la escuela.

    Los indigentes que dormían en portales, aceras, parques y escalinatas de las iglesias, no existen en Cuba desde que triunfó la Revolución, sin embargo, esos casos aumentan en Estados Unidos y Europa, sin que la prensa acuse al sistema capitalista de ignorar el derecho de todos al trabajo, la vivienda, la salud y la escolaridad, como si esos no fueran los derechos humanos básicos para cualquier sociedad.

    Jamás Estados Unidos ha sido condenado por el trato inhumano que brinda a sus ciudadanos, al no disponer de un servicio que garantice la salud de todos, donde millones de personas sufren y mueren de enfermedades curables, por la falta de recursos para obtener un seguro médico.

    Antes de criticar a Cuba, país pobre y bloqueado por el poderoso imperio yanqui, tienen que mirarse ellos primero. Por eso les prohíben a los norteamericanos visitar libremente al vecino socialista, para que no constaten las mentiras que les cuentan desde hace más de medio siglo y comparen las ventajas de tener otro sistema, que no será perfecto, pero si muchísimo más humano.

    Por esas razones dijo José Martí:

    “Se exige a Cuba el reconocimiento de los derechos humanos en una sociedad que no puede vivir en paz, sino sobre la base de la sanción y práctica de esos derechos”.

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