Venezuela está tinta en sangre… ¡Salvémosla!





Al hablar de Venezuela se me hace un nudo muy doloroso en la garganta y me provoca una angustia en el pecho tan grande que me da hasta miedo escribir por temor a que la rabia y la soberbia dominen mis sentidos y lo que me salga sea un montón de malas palabras.
En Venezuela no sólo somos testigos del empoderamiento de una vulgar y atroz dictadura de títeres, fantoches, marionetas y cuquitas castristas manejadas desde La Habana, no, en Venezuela se libra también un enfrentamiento “silencioso” entre la parte del mundo que apoya las tiranías y la otra parte que defiende las democracias, casi perfectas o imperfectas, pero que se oponen verticalmente a las dictaduras.
¡Hasta el Vaticano, en un arranque de honestidad, ha condenado tamaña desvergüenza! Aunque mi opinión es que este acontecimiento no constituye nada absolutamente extraordinario porque la Iglesia Católica debería estar siempre a la vanguardia de las democracias.
Para nadie es un secreto que el mundo de hoy sufre una polarización mucho más peligrosa que cuando el periodo de la “guerra fría”. El eje defensor de las tiranías y las dictaduras encabezado por Rusia, China, Corea del Norte, Irán, Cuba y sus satélites melcocheros, lacayos, dependientes y palanganeros legalizan hoy en Venezuela uno de los crímenes más grandes cometidos en contra del sentimiento mayoritario del pueblo venezolano y de la decencia de muchos hombres y mujeres de este planeta.
A la vista de todos, en la cara de quienes seguimos de cerca la gloriosa lucha de los valientes jóvenes venezolanos, la satrapía castrista se ha robado la democracia, ha secuestrado los poderes nacionales, ha hundido en el lodo la voluntad popular y se ha burlado impunemente de la herencia bolivariana de independencia y libertad de toda metrópolis colonialista.
El fraude cometido por la facción que representa Nicolás Maduro ha sido demasiado burdo y evidente, la máxima del socialismo de ganar e imponerse a cualquier precio ha dado sus frutos en Venezuela y es lógico porque: ¿Qué es el socialismo si no la doctrina del terror impuesta a los pueblos mediante el fraude, el engaño, las trampas y la violencia?
La dictadura de Raúl Castro necesita tetas suministradoras de cualquier cosa porque en los últimos 58 años sólo ha vivido de mendigar, de suplicar, del subsidio, de las donaciones y, como se dice en buen cubano, del cuento y el presta’o porque nunca han sido capaces de producir nada de nada. Los cubanos sabemos mucho de esto.
A buen entendedor con un sólo socialismo basta.
En Venezuela lo peor está por llegar. Los venezolanos no tienen idea de lo que significa el castrismo dictando órdenes en su país a través del imbécil de Nicolás Maduro, un tipo que ni es presidente, ni gobernante, ni estadista y ni siquiera dictador, sólo un títere con cara de energúmeno, cerebro de burro, pajaritos revoloteándole constantemente al oído y una lengua muy atrofiada por los tantos disparates que es capaz de decir frente a todos sin ningún pudor.
La historia de Cuba se repite en Venezuela para desgracia de los hermanos venezolanos. Yo me imagino que Fidel Castro debe estar brincando de alegría en el infierno porque este país, al igual que Colombia, siempre fueron sus más grandes obsesiones.
Ahora, a la destrucción anterior provocada por el socialismo chavista, veremos una represión total a las libertades democráticas, un control absoluto de los poderes del Estado por parte de los esbirros en el poder, cárcel y muerte para quienes se opongan al régimen, hambre y miseria para el pueblo, atraso tecnológico, suspensión de las garantías ciudadanas, “con Maduro todo, contra Maduro nada” y mucha gritería de viva Chávez, viva Maduro y vivan Fidel y Raúl.
Veremos si a los niños venezolanos en las escuelas no los obligan a decir: Pioneros por el socialismo, seremos como Hugo Rafael.
Yo de esa estirpe de “revolucionarios” espero cualquier cosa, lo peor ya lo han hecho y ha sido el vergonzoso fraude para aprobar la llamada Asamblea Constituyente. No les ha importado que el mundo entero a visto la vulgaridad y la chapucería con que han actuado, que la mayoría ha desaprobado este disparate y esta burda agresión a la inteligencia humana, aun así se han instalado muy orondos a legislar contra la democracia, el decoro y la vergüenza.
Tenemos que honrar a los jóvenes caídos en las protestas contra la dictadura castro-chavista, no podemos permitir que tanto dolor y tanta muerte queden impunes como mismo han quedado impunes los cientos de miles de muertos provocados en Cuba por la dictadura de los hermanos Castro.
Ricardo Santiago.



1 comentario en «Venezuela está tinta en sangre… ¡Salvémosla!»

  1. Peligrosamente serio lo que presenciamos en Venezuela donde una alianza criminal muy poderosa despliega todo su apoyo.
    Coincido contigo Ricardo Santiago, el país sudamericano se ha convertido en testigo de las fuerzas que imperan en el mundo en total desafío a la existencia misma del hombre
    No satisfechos con su rotundo fracaso e incompetencia los comunistas siguen presionando para erigirse dueños absolutos, peligro que se viene advirtiendo desde el siglo pasado.
    Ese ejército del mal integrado por Rusia, China, Irán, Corea del Norte y Cuba convierten a Venezuela en escenario de un crimen de lesa humanidad.
    Hacia ese país extendió sus garras el castrismo y es responsable pleno de lo que allí sucede… Si los fusilamientos, asesinatos, destrucción en Cuba, no eran suficientes para la condena internacional, Venezuela se convierte en prueba irrefutable de que debemos erradicar el comunismo de la faz de la tierra.
    SI el mundo permite que los comunistas se apoderen de Venezuela seremos testigos de la destrucción de la Humanidad…

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