¿A quién se le habrá ocurrido que los niños cubanos debían ir por el comunismo y ser como el Che? ¿Quién fue el sádico? ¿Quién?
Solo una mente enferma o un hijo de puta calculador pudo parir y desear semejante slogan para los niños cubanos.
Para empezar este hombre más que cualquier cosa era un aventurero. Un filibustero emocional con un toque de “humanismo” calculado y algunos tintes quijotescos luchando por ganarse un lugar en un mundo repleto de caudillos y próceres con y sin fundamento.
Hace rato estoy por escribir sobre este personaje y les confieso que me atraganto con las letras y las ideas porque todo lo que se me ocurre es negativo. No quiero prejuiciarme, ya me acusaron de venenoso y de que mis escritos están llenos de odio pero es que no es fácil, es imposible loar a un gobierno y a hombres que trajeron mucha hambre, miseria y muerte al pueblo de Cuba: “I’m sorry but I dont love them”.
En realidad Fidel Castro detestaba a este tipo. A él y a Camilo Cienfuegos. Odiaba la popularidad que ambos alcanzaron entre la tropa y cómo fueron aclamados por el pueblo incluso por encima del hermano y de otros que venían con él desde el disparate del Moncada.
Su primer intento por tratar de deshacerse de ellos fue enviarlos a la más suicida de todas las misiones en la Sierra Maestra, la guerra de Oriente a Occidente, con el cuento de reivindicar la gesta mambisa y la gloriosa invasión de Gómez y Maceo. Fíjense que no fue él mismo o mandó al hermano o a sus otros secuaces moncadistas.
Pero le salió mal y estos dos se hicieron grandes ante la soldadesca rebelde y el pueblo que los aclamó como héroes y los reconoció como los verdaderos artífices en la derrota de Batista.
De Camilo se deshizo rápido, aprovechó su desacuerdo con las ideas del comunismo, le tendió una trampa, lo asesinó y nos hizo creer a los cubanos, por mucho tiempo, que este se había perdido en el mar, así como al descuido. “No coments”.
Con el argentino le costó más trabajo pero al final lo logró. Le alimentó su vocación de libertador moderno y, después de varias escaramuzas por el continente africano, lo impulsó a viajar a Bolivia para hacer otra revolución comunista. Disparate y traición que le costó la vida al carnicero de La Cabaña y, aunque lo convirtió en un símbolo mundial para algunos creídos que ven al socialismo como el mejor sistema de vida, ya no tendría que chocar con él por los pasillos del palacio de gobierno.
Pues bien la conversión casi mística de este hombre, me refiero a Guevara el Che, en “San Ernesto de los Revolucionarios del Mundo” es también una labor de propaganda y manipulación de las hordas castristas. Han utilizado la imagen del siniestro “guerrillero” para engrandecer el proyecto de revolución y gobierno que inventaron, lo revistieron de humanidad y filantropía e intentaron con esto barnizar el sistema social cubano como uno de los más perfectos de la historia.
Na na ni na, a otros con ese cuento, que le pregunten a los familiares de los tantos hombres que fusiló en La Cabaña y que no lo merecían, en las injusticias que cometió contra sus propios compañeros y en los miles de errores que tuvo al frente de los ministerios en los cuales estuvo como ministro y que sembraron la base de la debacle económica del país.
Dicen que cuando lo iban a matar suplicaba llorando que le perdonaran la vida.
Los cubanos sabemos que la imagen de este hombre es también una industria que produce millones de dólares hoy en poder de su viuda e hijos y que es manejada por estos a modo de exclusividad.
Me niego. Los niños cubanos deben ser como ellos quieran y no parecerse a nadie, mucho menos a un personaje inventado, magnificado y que tiene la carga a cuesta del dolor de miles y miles de cubanos.
Sus escritos son exelentes y muy reales. Gracias
Muy bien dicho. Y yo k pensé k el d la boina era querido por todos, por suerte no fue así
Solo un pequeño detalle, su familia no cuenta con los derecho de autor de la foto famosa del che, más sí embargo está en manos del capitalismo k ironía de la vida.