A ver…, vamos a ver…, nada por aquí…, nada por allá…, pum, pum, pum…, se desapareció el “money”…
¿Alguien pudiera ayudarme a explicar, definir, describir o nombrar qué significa ser comunista? Porque en la concreta, en la vida que se come, en la vida que se respira y se sufre, a todos los que yo he visto que dicen ser practicantes de esa ideología, los rodillas en tierra, los que no usan chupa-meaos, los “hombres nuevos nuevecitos”, tienen sus caras bien regordetas, tienen un montón de dinero, andan como “Carmelina” y viven más bien que el cara’…
Yo no voy a entrar en definiciones “científicas” del comunismo como ideología, eso se lo dejo a los estudiosos y entendidos, yo, que soy medio bruto y para nada un “intelectuarrrr”, voy a hablar de lo que vi, de lo que viví y de mi percepción de los comunistas cubanos que, en una definición rápida y ligerita de letras, diré que la mayoría, para no decir todos, son tremendos descara’os, oportunistas y grandes vaciladores a costa de su asquerosa filosofía.
Fidel Castro impuso y uso al comunismo para diferenciar y echar a fajar a los cubanos unos contra otros. Yo recuerdo que de muchacho, cuando a alguien lo señalaban como militante del partido comunista, era como si el tipo o la tipa fueran intocables, bendecidos por el califa de las tinieblas, mayimbes estratosféricos, titanes mastica huesos, una alcancía sin fondo o aguerridos sepultureros del diversionismo ideológico con una bandera cubana en una mano, el “prestigioso” carnet rojo en la otra y: “si se tiran quedan”, “ganaremos la emulación”, “pa’ lo que sea Fidel” o derechito, derechito se te escapó un p….
A los demás, al resto, a quienes no habíamos alcanzado tan “grandiosa” distinción, nos hacían sentir disminuidos, incompletos, extraños, empequeñecidos, carentes y rezagados en una sociedad donde se escalaban puestos y se comía caliente en dependencia de cuan alto gritaras patria o muerte, o te hicieras…
El castro-comunismo convirtió su partido en un modo de vida y en un medio para alcanzar el fin, yo recuerdo que uno de los aspectos que te exigían para “iniciarte el proceso a las filas” era tener combatividad, mucha combatividad.
La combatividad en Cuba es sinónimo de chivatería. La revolución de Fidel Castro, en muy poco tiempo, pasó a ser la revolución de los lengüilargos, no había forma humana de escaparte ileso del famoso “siempre hay un ojo que te ve”, para donde quiera que te viraras la dictadura estaba presente con alguna de sus tenebrosas organizaciones de patrullar la conciencia: en tu casa te vigilaban los Comités de Defensa de la Revolución, en las escuelas, dependiendo del nivel de enseñanza, estaban, siempre acechantes, la Unión de Pioneros de Cuba, la Federación Estudiantil de la Enseñanza Media y en la Universidad la Federación Estudiantil Universitaria. En los centros de trabajo regían la Central de Trabajadores de Cuba y los Sindicatos, todos a favor de la tiranía y nunca de parte de los trabajadores.
Los comunistas crearon toda una madeja de ojos y lenguas bien estructurada para “controlar” a los cubanos desde que empezábamos a gatear hasta que nos despedíamos de este mundo con el susto eterno y la costumbre de hablar bajito porque: las paredes tienen oídos.
Triste pero cierto, Pero si alguien a mi me preguntara qué cosa es el comunismo y tuviera que decirlo con mis propias palabras, no se me ocurre otra respuesta, para empezar, que definirlo como vigiladera por carretones, mucho control hasta pa’ cagar, rastras y rastras de chivatones, asfixia del alma, asesinato de la inteligencia, haz lo que yo digo y no lo que yo hago, mendicidad del espíritu, el estómago vacio, quítate tú pa’ ponerme yo, “eso que me dijiste mami me gustó, me gustó…”, arribismo sin límites, puñaladas traperas, ladrones, trapos sucios, “agua pa’ Mayeya”, no me jodas que te parto la cara, desilusión, vacio y muerte.
Pero vuelvo al principio, porque este es un tema muy serio, no tengo ni la mas mínima idea de qué cosa es en realidad ser comunista, he visto a tantos tipos que dicen serlo hacer mucho, pero muchísimo daño a los demás, robar a las dos manos, tener una doble y triple moral más grande que el pico Turquino, haber vivido en Cuba como les salió de las nalgas y ahora estar en Miami enarbolando las banderas del anti-castrismo como si nada, como si todo hubiera sido una gracia.
Por favor ayúdenme…
Asi mismo es, lo ha descrito bien y para el final lo que ocurre en esta ciudad que se ha colmado de ellos y los que más rango tenían ahora en Miami hablan como papagayos frente a las cámaras de tv, como bien dices tú, como si todo lo anterior hubiese sido una gracia, y hasta le dan puestos de periodistas (que no los son) y analistas políticos en los medios de comunicación, sinceramente a veces uno se asquea
Buenísimo…!!! Foto a colores de la tiranía….