Bueno, bueno, bueno le dijo la mula al freno y a desfilar se ha dicho, a despatarrarse, a “despetroncarse”, a desconchinflarse Paseo abajo y: “Que viva la dictadura, viva el Primero de Mayo y viva el hambre que estamos y seguiremos pasando”.
Indiscutiblemente “Marchando, vamos hacia un ideal…” es uno de los pocos “logros” de los que puede jactarse la dictadura de los hermanos Castro porque, en la vida real, de las ideas y las promesas nunca han pasado, es decir, de revolución convertida en alimentos, electricidad, agua potable, viviendas y futuro para los cubanos nada, nada de nada, puro cuentos, mentiras y ya el mundo entero sabe que los ideales ni llenan la barriga, ni alimentan y mucho menos “matan el hambre”.
Una pregunta “inofensiva”: ¿Del “millón y medio” de personas que desfilan frente a la tribuna de los Castro cuántas de ellas hacen tres comidas al día?
Otra: ¿Cuántos de ellos están ahí por convicción y no por coacción?
Por las vías que sean, es decir, la fuerza, el chantaje, la represión, el croquetismo castrista, las malas palabras, el relajito, la doble moral, la ganzúa cerebral, el odio, el ejercicio físico, el pánico, la hipocresía, los conjuros del más acá, la dialéctica pecaminosa o el camina’o de la mujer de Antonio, los castristas han sabido, a partir del torbellino de malformaciones ideológicas provocadas por Fidel Castro con su falsa e ilegal revolución, mover de aquí para allá y de allá para acá al pueblo cubano como les ha dado la gana. Algunos estudiosos le llaman el complejo “carnero” a esta actitud popular.
Los cubanos hemos asistido obedientemente a cuanta mierda nos ha convocado la dictadura en los últimos 58 años de nuestra existencia, y en un alto por ciento, sin protestar o exigir nuestro derecho siquiera a la apatía revolucionaria. Terrible pero cierto.
No sólo hemos asistido, aplaudido, apoyado y marchado, sino que también hemos gritado cuanta frase croquetera nos han exigido haciéndonos creer que luchábamos por causas justas, altruistas y buscando la prosperidad de la Patria, sin querer entender que en realidad lo que hacíamos era satisfacer el enfermizo ego del hijo de puta mas sinvergüenza que ha controlado los destinos de la nación cubana en toda nuestra historia, me refiero al Micocilen Oriental, la Mota Negra del Infortunio, el Viento Estomacal enrarecido, la Hipotenusa Maldita, el Calzoncillo Chispeado o la Tropicola de Birán.
La historia de Cuba, sobre todo la de los últimos 60 años, puede reconstruirse también por la vocinglería que hemos formado los cubanos en la Plaza Cívica de Paseo, la misma donde está ubicado el Mausoleo a nuestro Apóstol José Martí en La Habana y que la dictadura castrista ha desprestigiado con sus fascistas concentraciones, por cualquier motivo, desde el año 59 del siglo pasado.
La mala locura, las bajas pasiones, la confiancita comunista y los desaforados alaridos de paredón, paredón, paredón, nacionalizar, patria o muerte, socialismo o muerte, que se vaya la escoria, gusanos, contrarrevolucionarios, Cuba si yanquis no, si se tiran quedan, el polvo de no sé qué, abajo el imperialismo, Raulín no es cherna, Fidel, Fidel, Fidel, entre muchísimas aberraciones patrioteras más, fueron demostrando que el cubano estaba hecho más para la estúpida obediencia ideológica que para comer caliente, más para la croquetividad socialista que para la democracia representativa, más para la ceguera política que para el verdadero desarrollo económico del país, más para la obediencia partidista que para el crecimiento espiritual y material de la nación y lo que es peor, lo que se ha convertido en una verdadera enfermedad crónica en muchos de nosotros, más para la adoración a la maldad (léase Fidel Castro) que para ser feliz y obtener de la vida lo que seamos capaces de lograr con nuestro trabajo.
Los cubanos, sin querer o queriendo, nos hemos confabulado y hemos apoyado a lo más traicionero, manipulador, tendencioso, criminal, oportunista y cobarde que nos ha vendido la demagogia encarnada en la figura de un “santo líder”, fabricado por él mismo y aupado por sus secuaces como el Mecías del proletariado o el salvador de los humildes, no quisimos darnos cuenta que le servíamos en bandeja de oro un país y un pueblo enteros para que hiciera con nosotros lo que le saliera de sus podridas entrañas.
Pero bueno, una vez más se repleta la Plaza con una marcha por el día internacional de los trabajadores, otra, aunque yo me imagino que esta vez, después que muchos de nosotros hemos escrito, hablado y gritado tanto nuestras verdades sobre esa dictadura, también reclamen salarios justos, libertad de expresión, sindicatos ajenos a la tiranía, democracia, justicia y vida… Vamos a ver.
Ricardo Santiago.
Que bien estas fuera de Cuba.
Con los que piensan igual que tu dentro de la isla ¿Qué seria de los cubanos?.
Un pais asediado por los que tu defiendes y gobernado por loos que tu ofendes y atacas a conseguido eliminar el hambre, el mejor sistema educativo y el mejor sistemma educativo, por eso se ha ganado el respeto del mundo.
Que te vaya muy bien por ahi
jajajaj. respeto del mundo?, irrespeto del mundo, a q te refieres, por eso, por tener educacion gratis y escuela gratis los cubanos estamos regados por todo el mundo, por eso mismo los medicos se van a trabajar a otros paises, por eso mismo hay tantos cubanos presos, torturados, por eso mismo hay tantos grupos de oposicion, de quien tenian q tener respeto es del pueblo cubano y no lo tienen, esa gente q van a esas manifestaciones van obligados como todo en Cuba, el q no vaya lo ponen en la lista negra y no le pagan, al mismo tiempo los hijos tienen problema en las escuelas, parece mentira q seas cubano q despues de 60 anos, defiendas a unos asesinos, ladrones, chulos.
l.m.p : ¿Jefe, tu estás seguro de que tu naciste por donde mismo nacieron los demás niños?
Buenisimo artículo, pero que le pasó al primer comentarista un lamebotas como tantos miles otros?
Ricardo, tienes el don de sacarme lágrimas cada vez que te leo, una lágrima de risa por ver la productividad que tienes despotricando sobre el principal responsable de todos y una de soberbia y tristeza por ver como los cubanos nos hemos cagado sobre nosotros mismos y aún seguimos ciegos para el matadero. Je, me imaginaba a ti entrando en el paraíso o en el infierno y que te asignen el mismo cubículo que a bolaechurre. Finalmente en cada uno de tus artículos lo culmino con la misma frase con la que nombras tu blog. Por eso también me fui.de.Cuba.