Hoy quiero burlarme de Raúl Castro, así de simple. Lo advierto para que a quienes no les gusta mi tono se vayan a leer el Granma o Juventud Rebelde antes de que les de una “cosa”, se pongan a hablar un montón de porquerías o a jimiquear y a defender lo indefendible gritando histéricamente “yo soy Raúl”.
Algunos me acusarán de ser un falta de respeto porque el tipo es un anciano, una persona mayor, no se ha metido directamente conmigo, las canas se respetan, eres un abusador y me gritarán otra caterva de “verdades” que tendrán validez en la medida en que cada uno de nosotros tome en serio, o no, a estos nefastos “personajes” de la historia mundial.
Para empezar debo aclarar que para mí estos sujetos no merecen ni el más mínimo respeto, es más, lo que provocan es un profundo desprecio, repulsión, vomitera y asco. Quienes desde una posición de poder o de fuerza ejercen el autoritarismo y hacen y deshacen masacrando la libertad y la vida de los pueblos pierden la admiración, la estima o, sencillamente, la reverencia de los hombres.
Respeta pa’ que te respeten.
Antes de continuar debo explicar este concepto de General bijol.
El bijol es un condimento que utilizamos en nuestra cocina para dar una coloración amarilla a ciertos alimentos, salsas, etc. Ya es una tradición en el pueblo cubano decirle a Raúl Castro: La China, también de llamar a los chinos de China “amarillos” por el tono de su piel, de ahí la definición “bijolera” para este General croquetero convertido en Presidente de Cuba por obra y gracia del nepotismo más descarado que se ha visto en el Caribe y sus “mares adyacentes”.
Raúl Castro no es chino, es achina’o, que parece lo mismo pero que no lo es. Esta “chinura” le viene, según las malas lenguas, a mi no me crean, por una consanguinidad medio confusa que lo emparenta con cierto jefe de la Guardia Rural de apellido Mirabal que vivía cerca de su pueblo pues, según esas mismas lenguas, la madre era una “guajira” cerrera, indomable y muy casquivana.
La feminización del término chino para “nuestro General”, es decir, La China, yo me inclino más a pensar, y es mi opinión, al aspecto afeminado que tenía cuando joven, pues lo otro, lo referente a la sexualidad de este “chinitomanilanfo”, lo que se dice a vox pópulos, a mi no me consta porque nunca vi, o alguien lo ha documentado, al General de la pamela en una pipi-situación de carácter “extraño” que pudiera corroborar tal afirmación.
Lo que si me consta es que sin méritos, sin historias y sin el prestigio necesarios se convirtió en el segundo de todo de esa horrible, cruel e ilegal dictadura mal llamada revolución inventada y liderada por su hermano el Alquitrán Oriental.
De la noche a la mañana, y pasando por encima de otros con mucha más actitud que él, Raulín Castrín fue “elegido” primer vicepresidente y segundo secretario del partido comunista, los segundos más altos cargos que podían ostentarse en la Cuba usurpada, agredida, vilipendiada y robada por Fidel Castro.
Nombrado también jefe de todos los ejércitos revolucionarios, ministerio que en la práctica real le correspondía a Camilo Cienfuegos de no haberse convertido en una triste flor arrojada al mar cada 28 de Octubre, por cierto, una amiga de facebook me contó que en los lugares dentro de Cuba donde se hace imposible el acceso al mar ponen en el patio de las escuelas una palangana llena de agua para que los pioneritos le “tiren” una flor al comandante guerrillero desaparecido en extrañas circunstancias, unos dicen que en el mar, otros que en un río, pero en esta palangana pongo mi flor y en ti confío.
De lo que no me quedan dudas es que Fidel Castro no confiaba en nadie, le temía a todo y por eso puso a Raulín en estos cargos sin sentido pues, como es sabido por todo el mundo, la Tropicola de Birán lo controlaba todo y lo decidía todo, aunque tuvo “el cuidado” de tener como sucesor a la persona que siempre le fue más fácil manipular.
Por eso el General bijol es un tipo tan peligroso, liberado hoy del “yugo que te oprime” está dando riendas sueltas a sus más bajas pasiones y aprieta y aprieta hasta la asfixia, sin compasión, sin vergüenza y en franco acto dictatorial al pueblo de Cuba y, en un acto totalmente injerencista, al hermano pueblo de Venezuela.
Ricardo Santiago.
Me dicen que cuando Fidel le prohibió a Raúl – rosita Seguir fusilando gente él comenzó a ahorcarla
Como siempre un artista de las letras cubanas. Refrescante cómico y muy cubano. Fiel admiradora de su pluma y su tema