La corrupción en el puticlub socialista, perdón, en la revolución de los Castro.





Hoy voy a confesar que siempre he creído que las “famosas y secretas” reuniones del buró político en Cuba, del comité central del partido y del consejo de ministros del castrismo son como grandes orgias plataneras, depravados encuentros de funcionarios “apastelados”, bailes de percheros ideológicos, viejos y nuevos comunistas haciendo gogó sobre mesas redondas o “motivitos” socialistas donde la premisa fundamental es dale al que no te dio.
No me queda otra, si no por qué tanto secretismo en la supuesta “toma de decisiones para dirigir” cuando en la práctica de la vida nuestro país es un puñetero desastre.
Yo digo que ahí mismo es donde se gesta la gran corrupción que está destruyendo a la sociedad cubana.
El castro-comunismo, el castrismo, el socialismo y los castridiotas defensores del régimen con sus peroratas de sí, que sí, que yo lo vi…, no trajeron la corrupción a nuestra Patria, eso es verdad, la mierda justa pa’ que no me acusen de mentiroso o exagerado, pero sí la generalizaron, la difundieron, la nacionalizaron, la socializaron y la acuñaron como el rasgo más representativo de esa abominable dictadura que ya va a cumplir 60 años empoderada, a la cañona, en la vida del pueblo cubano.
La dictadura castrista, que son los Castro y sus secuaces más cercanos, son corruptos en su esencia, son los responsables directos de la podredumbre moral y económica en que se ha convertido Cuba en los últimos 60 años y son los mayores accionistas de una “industria” de extorsión y malversación que desangra el erario nacional y la esperanza de los cubanos de vivir en un país con transparencia, prosperidad, cuentas claras y actitudes decentes.
Todas las decisiones que se toman en Cuba pasan por las manos de esta cúpula de putrefactos dictadorzuelos, desde lo que tienen que hacer y decir sus lamebotas hasta cuándo apretar más el lazo que han puesto en el cuello de los cubanos.
Le tomará mucho tiempo, años, muchos, poder sanear esta terrible y lasciva conducta a las generaciones de cubanos que les toque barrer a esa lacra y devolverle el sentido de democracia real que una vez tuvo la nación cubana.
En todos los países del mundo, de una forma u otra, hay corrupción.
Antes de 1959 en Cuba había corrupción pero esta se manifestaba fundamentalmente a niveles de gobierno y de grandes empresas. A ningún bodeguero se le ocurría “tumbarte” en el pesaje del arroz o del azúcar, a un carnicero con una onza de carne o a una dependienta de El Encanto o de Fin de Siglo alterar los precios de los productos en venta y “morder” al cliente con un sobreprecio, eso era impensable y estúpido.
Fidel Castro sumió a la nación cubana en una profunda y eterna crisis económica, física y moral. La destruyó con sus locuras y sus “proyectos” inservibles e inaplicables, traspasó a la fuerza todos los límites de la decencia obligando al cubano a creer en una ideología que le era totalmente ajena y, mediante el terror y otros métodos de corte fascista, generalizó la doble moral como método de subsistencia en una sociedad donde: “siempre hay un ojo que te ve, quien no roba no come” y créanme cuando digo que no hay mayor corrupción que esta porque es la que nace desde el alma.
La corrupción hoy en Cuba es una forma de vida, el cubano ha terminado por aceptar que donde quiera que vaya “le roben o robe”, desde un simple trámite oficial hasta cuando compra un cucurucho de maní a un vendedor ambulante, es terrible pero es una necesaria adaptación orgánica para lograr sobrevivir en un país donde todo se ha vuelto turbio y donde los que “dirigen” son los máximos responsables y sus principales gestores,
Los mayores escándalos de corrupción en Cuba los han protagonizado funcionarios y dirigentes del partido comunista y de la dictadura de los Castro, mientras mayor jerarquía tienen estos sinvergüenzas más grandes y más sonados son sus desfalcos, robos, actividades corruptas y “borracheras” con las mieles del poder.
Menos Raúl Castro, sus familiares directos y los históricos, “que son los únicos impunes a los juicios por corrupción en Cuba” porque, según ellos, estos “angelitos” no se han robado nunca ni este pesito de las arcas del Estado, todos los demás esbirros están en el pico de la piragua para servir de escarmiento cuando los tránsfugas en jefe quieran dar un ejemplo de “transparencia revolucionaria”.
Recuerdo la noticia de que mientras el ciclón Mathew destrozaba el Oriente de Cuba, en el 2016, Mariela Castro remodelaba su nueva mansión en la capital habanera con los recursos de…
Ricardo Santiago.




4 comentarios en «La corrupción en el puticlub socialista, perdón, en la revolución de los Castro.»

  1. Quién es el escritor de este pasaje? Es periodista o formó parte de la cúpula de los castros? O s un cubano común y corriente, de los tantos q hemosemigrafos aquí?

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