¿A quiénes nos enfrentamos realmente los cubanos que queremos una Cuba sin castrismo? ¿Quiénes son los verdaderos enemigos del pueblo cubano? ¿Quiénes son los que más se oponen a la libertad, la justicia y la democracia en Cuba? ¿Quiénes son realmente los hijos de puta que mantienen “viva” la dictadura de los castro?
La dictadura castrista, su núcleo gestor, sus máximos responsables, sus cabezas “pensantes”, sus principales “bolsillos gordos y abarrotados”, los cerebros de la maquinaria represiva y las auras tiñosas ponte en cruz de ese régimen dictatorial no llegan a 100 individuos con sus nombres bien conocidos y delimitados, además de que se están muriendo uno a uno pues no han podido adoctrinar, o reprimir, a la biología humana, la única que no perdona a nadie y no cree ni en castrismo, ni en fidelista por siempre, ni en yo soy fidel y ni en la madre que los parió.
Por proporción numérica a los cubanos nos sería muy fácil erradicar de una buena patada por el culo a ese grupúsculo cancerígeno de asesinos, ladrones y oportunistas que nos ha destrozado la vida a todos los cubanos por casi 60 años.
Pero: ¿Por qué un ejercicio físico tan sencillo como el de patear “algo” nos ha costado y cuesta tanto trabajo?
Quienes queremos una Cuba democrática, limpia de dictadores, tiranuelos, lameculos y pacotilleros socialistas no nos enfrentamos realmente a una pandilla de malnacidos, represores y ladrones consuetudinarios con el poder en sus manos, no, nos enfrentamos a una fuerza superior y muy destructora que son los cientos de miles de hombres y mujeres que sustentan, con su actitud servil, rastrera, virulenta, cochina y mezquina, a la dictadura más feroz que ha conocido este hemisferio y el otro también.
La esbirromanía se ha convertido, o la han convertido, en un arma importante de esa revolución “siempre en 26”. Desafortunadamente muchos cubanos padecen y son portadores de ese mal tan deleznable y tan desagradable. Los “contagiados” por la dictadura se alimentan de consignas, lavativas cerebrales, cajitas con “comida” y otras porquerías, a cambio son los horcones, los pilares, el sustento de una tiranía que reprime al pueblo hasta por y con una gotica de agua.
Los esbirros cubanos son físicos y espirituales.
Esta “arma secreta” de la dictadura, que no son pocos, es el verdadero mal a vencer por quienes de una forma u otra nos oponemos al castrismo. Sin ellos la camada de chupacabras de la tiranía no existiría, la hubiéramos sacado hace mucho tiempo de sus cuevas incluyendo al muerto, a tutú corneta, al fantasma del socialismo, al hijo de puta que se fue de esta tierra sin pagar ninguno de sus crímenes.
Los esbirros físicos son asesinos funcionales, estos tipos y tipas están programados y entrenados para dar golpes, aplicar la violencia corporal y mental, utilizar instrumentos para provocar dolor, torturar, desquiciar, acojonar y maltratar a todo aquel que intente, de cualquier forma, subvertir el régimen de opresión y dolor implantado por fidel castro en nuestra Cuba querida. Son peligrosos, muy dañinos y lo peor es que su violencia enfermiza y calculada está protegida por las leyes “revolucionarias”, sus jefes, los dirigentes, el sistema tiránico-dictatorial y por el mismísimo raúl castro.
Para dar fe de mi diagnóstico podríamos preguntarle a las cientos de miles de madres cubanas cuyos hijos han sido asesinados, torturados, desaparecidos o lastimados por los sicarios de esa dictadura criminal.
Los esbirros espirituales del castrismo constituyen un ejército enorme. Es una milicia integrada por chivatos, informantes (que no es lo mismo ni se escribe igual), adulones, ciberespias, infiltrados, oportunistas, tontos útiles, mequetrefes, arribistas y miedosos. Esos tipejos defienden los crímenes de los Castro a cambio de cualquier cosa, incluso hasta que les den sus buenas patadas en el trasero.
Los “espirituales” dentro de Cuba tienen la triste función, o misión, de tener ubicada y controlada a la oposición, participan en los actos de repudio pero no pasan de ser la fuerza gritona y “multitudinaria” que utiliza el régimen para decirle al mundo que el pueblo cubano apoya a la revolución, al partido y a fidel.
Pero están los “espirituales” internacionales, la “nueva” fuerza arrolladora de la dictadura cubana. Testaferros que viven en el “exilio” y usan las redes sociales para cometer todo tipo de actos a favor del castrismo, de crear estados de opinión, de decir públicamente que en Cuba no se pasa hambre y no se reprime a los periodistas, de hacer labores de espionaje, de delatar, de informar a las autoridades de la Isla quiénes son los “enemigos de Cuba” y, lo más triste, como he visto recientemente en una diabólica entrevista, llamar revolución a un golpe de estado y, con total desfachatez, decir que es cubana cuando, en la vida real, vendieron la Patria a los ruski parruski y nos pusieron a bailar la Troika en un ladrillito.
Ricardo Santiago.