¿Por qué los cubanos no nos lanzamos a las calles para derrotar al castrismo?



Porque no sabemos cómo se hace “eso”. Porque no queremos. Porque nos da miedo. Porque no nos interesa. Porque no tenemos esperanzas de nada ni creemos en nadie. Porque sabemos que la represión del régimen castrista es brutal, sanguinaria y rencorosa. Porque no nos gusta poner “el muerto”. Porque preferimos esperar a que otros salgan primero pa’ nosotros hacerlo después. Porque no entendemos qué significa tener derechos como ciudadanos.
Porque llevamos más de 60 años metidos en nuestras casas, “disciplinados”, aplaudiendo discursos, conversando, jugando dominó en las esquinas, en colas buscando qué comer pa’ no morirnos de inanición, soñando despiertos, “bailando” reguetón, fajándonos, bebiendo alcohol, pendenciando y moviéndonos al compás de una “inercia” que nos lleva a ninguna parte porque fue el propio castro-comunismo quien, desde el mismísimo 1 de Enero de 1959, a la fuerza, nos marcó a todos los cubanos “el camino a seguir”.
Dice mi amiga la cínica que en la vida real a los cubanos lo que de verdad nos gusta es vivir en la “bobería”, perdiendo el tiempo, que estamos demasiado acostumbrados a subsistir con la soga bien apretada, casi ahogándonos, asfixiándonos, con la mierda al cuello, conviviendo con la pudrición y los escombros, tragándonos el picadillo de soya, alumbrándonos con una “chismosa”, pidiendo el agua por señas, limpiándonos el c… con “la noticia”, bostezando de vergüenza, zonceando de aquí pa’llá y de allá pa’cá, dormitando, lamentándonos y esperando por un “príncipe” que bese a las damas y las convierta en doncellas o deseando a “princesas” que besen a los sapos y los conviertan en mancebos listos pa’l “faster”.
Los cubanos no nos tiramos a las calles a exigir la renuncia, la claudicación total, que se vaya para siempre la escoria castrista de nuestra Patria querida porque no queremos ser libres, porque no entendemos un carajo de democracia, porque no conocemos nuestros derechos fundamentales como seres cubanos, porque tenemos mucha hambre, nos morimos de sed, tenemos los zapatos rotos, no sabemos quién es quién, nos sentimos vigilados, chantajeados, reprimidos, adoctrinados, no queremos que nos metan en las mazmorras castristas y nos lleven a paso de conga y a buchito de agua, que nos pongan una mancha en el expediente, que nos borren del “libro sagrado” del socialismo o que nos quiten la libreta de racionamiento de “productos alimenticios” y: “¿Entonces qué vamos a comer?”.
También no protestamos contra el régimen castrista porque no sabemos organizarnos, porque nos han “tarjetea’o” en nuestros cerebros que “con la revolución todo, contra la revolución nada…”, que algún día venceremos al imperialismo y entonces lo tendremos todo por la libre, a granel, “los melocotones” pudriéndose en los árboles, en los edificios, en las calles y en cada esquina igualitico que ahora sucede con los millones de toneladas de “desperdicios orgánicos” que nos están contaminando, enfermando y matando.
Por eso no nos lanzamos a las calles como pueblo, como nación sufrida y humillada, a protestar contra la dictadura castrista, porque las calles de Cuba están tan llenas de escombros, de aguas albañales, de “basura”, de huecos y de baches que nos podemos tropezar, resbalar, caer, despetroncarnos y torcernos un tobillo, darnos de cara contra el pavimento, perder el conocimiento o, lo que es peor, partirnos una “pata” como hacen los comunistas con todas las personas que les resultan incomodas, inoportunas, rebeldes o demasiado protestonas.
Y no nos tiramos pa’ la calle a protestar porque preferimos irnos a hacer la cola de los huevos, a marcar pa’ cuando lleguen las papas, a cargar agua porque “el motor” está roto, la cisterna contaminada, porque nos duele la cabeza y no encontramos ni esta Dipirona, porque tengo a mi mamá malita, la pobre, porque no tengo nada que ponerme, porque estoy esperando visita, porque anoche tuve guardia y estoy muy cansado o porque me comí un durofrío de la Gallega y tengo unas cagaleras que me están matando.
Y, lo más importante, lo que realmente define nuestra gran apatía y nuestro inmovilismo nacional, porque no somos las Damas de Blanco, porque no somos la UNPACU, porque no somos los cientos de opositores valientes que se sacrifican, o sacrificaron, poniendo el rostro, el pecho y el alma frente a la bestia castrista arriesgando sus vidas, las de sus familias y la poca libertad que tienen, aun cuando corren el riesgo de ser asesinados, encarcelados, brutalmente reprimidos o criminalizados.
Ricardo Santiago.



8 comentarios en «¿Por qué los cubanos no nos lanzamos a las calles para derrotar al castrismo?»

  1. el psíquico Benjamin Solari Parravicini escribió en una psicografía una profecía en el año 1935: «Cuba, ideal de turistas, será alzada en descalabros, será del oso y el oso sobre su cabeza permanecerá por cinco tiempos. Luego, un cúmulo de sorpresas le sorprenderá. Habrá sangre, sangre, y fuego, fuego, y muerte y luego nada».

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  2. este escrito tristemente tiene mucho de cierto, se les olvido poner porque muchos de los q estan afuera llevan cosas a Cuba para beneficiarse economicamente o van a pasar las vacaciones alli, subsidiando que el infierno siga.

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  3. Ni los cubanos ni los coreanos del norte. Yo tengo esperanza, por que ya hay un plan, #YaEsHora #ni1añomas #somoscuba #notanother1 #ni1más #cuba #60Años #silentcry

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  4. No estoy de acuerdo en nada de lo que se ha contestado de lo que preguntaron, es una falta de respeto olvidar a todos los que murieron los que mueren y van a morir tratando de alcanzar la tranquilidad de poder se libres, de no morir también tratando de alcanzar la libertad y luchar contra el mundo que nunca han hecto lo que ahora el mundo está haciendo apoyando un presidente que solamente tiene también tiene la posturas dedomesticas y luchar en contra de el narco gobierno de todos los que no quieren perder la guerra ni el poder y lo principal no había habido un precidente Republicano llamado Donal Trump con los pantalones Bien puesto y luchando por que tengamos un mundo mejor

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  5. Es tan humillante que sientan lastima por uno, que es mejor morirse, eso es perder la dignidad ante la dictadura que se sabe triunfador de sus objetivos, de verlos hecho guiñapos humanos, y rendidos ha sus pies, cuando se pierde la dignidad y el derecho ha vivir como seres humanos y comforma ha vivir en la miseria sabiendo hay otra vida, mejor que se muera porque tambien esta obligando a los suyos ha no ser digno de vivir mejor, no hay que pensar lo que no hiso el otro, hay pue pensar lo que no quiero para mi ni para los mios.

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