¿Cuántas generaciones de cubanos estamos marcados por esta locura castro-comunista?
El sistema de “becas revolucionarias” empezó tempranamente en la década de los 60s. El diseño de la educación comunista tenía que barrer con la tradición de la enseñanza en Cuba y se impulsó, por orden expresa de Fidel Castro, un nuevo modelo de instrucción pública sustentado en las doctrinas del pedagogo ruso Anton Makarenko y su famoso concepto de la colectividad socialista por encima de los valores individuales de los seres humanos. ¡Cuán ingenuos éramos los cubanos entonces!
Teque y muela aparte este es el origen del famoso y nunca logrado “hombre nuevo” de los comunistas. La enseñanza cubana pasó de ser una de las más avanzadas de América Latina para retrotraerse y sentar las bases de un modelo que, entre sus principales objetivos, pretendía el cambio de pensamiento de las nuevas generaciones y acomodarlas a los intereses “sociales” de la nueva ideología que se iba a implantar en Cuba. Por todos es conocido el fracaso de estas políticas educativas y como este malévolo engendro dio paso a la debacle institucional en que está sumido hoy el magisterio cubano.
Yo no voy a referirme a los “Makarenkos”, hijos de campesinos y obreros traídos de cualquier parte del país y albergados en las casonas de Miramar y Tarará, y cómo destruyeron todas estas edificaciones en unos pocos años, no, voy a hablar en este artículo sobre lo que sí conocí muy bien que fueron las ESBEC (Escuelas Secundarias Básicas en el Campo) y los IPUEC (institutos Preuniversitarios en el Campo).
A finales de los 60s y principios de los 70s Fidel Castro, siempre Fidel Castro, lanzó el proyecto de: Todos los estudiantes cubanos becados. La enseñanza tecnológica y politécnica, las escuelas de enfermería, los formadores de maestros, la militar, las de deporte, las secundarias y los preuniversitarios todos fueron internados como una “mejor opción” para instruir de “Revolución” a la juventud cubana. Aunque debo mencionar que en mi época de joven quienes no querían becarse podían continuar estudiando en las escuelas de la ciudad.
Yo quise becarme. Le insistí y le insistí a mi madre hasta que lo logré (después “no me alcanzó la vida para arrepentirme”). Yo me imagino, tenía 12 años, que entre el azul de los uniformes, los cuentos de algunos amigos y lograr cierta independencia del “látigo” de mi progenitora, el convencimiento y la premura primaron sobre mi sentido común.
Tengo recuerdos tan desagradables de esa maldita experiencia que no sé ni por dónde empezar.
De la intimidad de mi casa me vi, de la noche a la mañana, compartiendo públicamente lo que mi madre siempre me dijo no debía enseñarle a los demás. Aunque parezca una frivolidad esta es la esencia de lo nefasto y del fracaso de este sistema de becas, de su inutilidad, de su salvajismo y de su perfidia.
Recuerdo con claridad el hambre que pasábamos, Dios, un hambre atroz e ilógica para una edad en la que queremos “comernos el mundo”, el trabajo forzado en el campo recogiendo papas o desyerbando surcos enormes, infinitos, la hora del baño colectivo, el bullying revolucionario y personal, los amores prematuros, el vandalismo, la violencia inter-alumnos, las fugas, el fingir enfermedades, el fraude académico y moral, la sed, las cochinadas, la expulsión deshonrosa del centro y convertirme de un niño de mi casa en un bandido estudiantil. Por eso hoy, “tristemente”, no soy un hombre nuevo.
Siempre me pregunté: ¿Cuál era el objetivo real de estos planes de becas? Porque si usted los analiza bien son incosteables para cualquier gobierno con dos dedos de frente y tenga que justificar, ante un Congreso y la nación, sus políticas, inversiones y gastos donde intervenga el erario publico.
El fin, no declarado, de estas escuelas era permitir al estado todo poderoso, controlar el tiempo libre de la mayoria de la juventud cubana, de manera que no fueran a surgir «desviaciones ideologicas» como las que llevaron a la UMAP a muchos jovenes con costumbres «demasiado liberales» y «feminoides», propias de gente «holgazana» o «debiles» en la decadad de los 1960s. Esta concepcion de la «debilidad vs fortaleza» viene del «Darwinismo Social» de Herbert Spencer. Y que tiene que ver esto con las becas, y la escuela en el campo de Fidel Castro? Pues, la «Nueva Escuela» tiene la tarea de crear el «hombre nuevo», y el hombre nuevo no es el debil, el afeminado, el holgazan… el hombre nuevo es ante todo «Fuerte», es decir apoya 100% la «Revolucion» y no es para nada «blandengue». Esta «Nueva Escuela» esta fundada sobre la base de la descriminacion y condena al ostracismo a las minorias ideologicas, sexuales, etc.
My experiences are so deep rooted deep in my brain that at my 53 years old I still have night mares. I had a long childhood and teenage life. While today, 13 years old girls are very aware of their opposed sex counterparts mysteries. I wouldn’t pass to know more than a five years old. Parents from this era weren’t worry of anticipated knowledge on this topic. I was so naive; spent free time reading Jules Verne, Emilio Salgary, and those romantic novels which old spicy smell was the delicate message to let you know how many hands it has passed through. By the time I was 12 years old, and without my consent, » was reluctant to go», my mother sent me to this type of school, verbally known as a revolutionary sanctuary that would formally shape your children intellect, mind and personality. There «no was a weekend» that I wouldn’t come back crying and or extremely sad and depressed. Captive on extreme conditions of «slavery»: oblige to work under extreme weather conditions, heat, rain, and cold.
I went there and I don’t wish it on my worse enemy. Whoever hasn’t live that experience or lived in a communist country need to shut the hell up and Thank God that they are somewhere else able to freely talk crap.
Asi es de q te quejas,,, yo soy mujer y solo puedo desir q für una parte en mi vida y juventud Sonde me diverti tanto y me ayudo a no der uns floja, donde quiera q voy no le tengo miedo a nada porq se q lo puedo lograr sola sin mama o papa.
Mis hijos y sus amigos añoran su beca
Ufff, lo siento tanto te jodieron esos que hasta me das ganas de reír.., todo fue por tu deseo de libertad y aventuras..!!! De que te quejas ahora ya eres ese «hombre» libre que tanto quisiste ser..!!
De la intimidad de mi casa me vi, de la noche a la mañana, compartiendo públicamente lo que mi madre siempre me dijo no debía enseñarle a los demás. Aunque parezca una frivolidad esta es la esencia de lo nefasto y del fracaso de este sistema de becas, de su inutilidad, de su salvajismo y de su perfidia.
Recuerdo con claridad el hambre que pasábamos, Dios, un hambre atroz e ilógica para una edad en la que queremos “comernos el mundo”, el trabajo forzado en el campo recogiendo papas o desyerbando surcos enormes, infinitos, la hora del baño colectivo, el bullying revolucionario y personal, los amores prematuros, el vandalismo, la violencia inter-alumnos, las fugas, el fingir enfermedades, el fraude académico y moral, la sed, las cochinadas, la expulsión deshonrosa del centro y convertirme de un niño de mi casa en un bandido estudiantil. Por eso hoy, “tristemente”, no soy un hombre nuevo.