¡Sí Señor! Y duélale a quien le duela y pésele a quien le pese, la única verdad, la mayor realidad y la peor tragedia que nos ha dejado el socialismo, la maldita revolución del picadillo y ese abusivo, represivo, improductivo y destructivo régimen dictatorial, es un país miserable, agónico, grosero, hundido en sus propios desechos físicos y morales, mediocre, pestilente, absurdo, risible, involucionado, vergonzoso y comunista que, irremediablemente, nos ha recontrajodido la existencia a millones de seres cubanos.
Y, sin derecho a protestar, nos tienen viviendo amenazados, chantajeados y coaccionados a puros golpes de “ilusiones”, de revolución, a pura libreta de racionamiento, a puro pasaporte “te lo quito y te lo doy”, a puro apriétense los cinturones que la cosa está fea, a puros sobrecumplimientos invisibles, “a puro dolor” y a puros sacrificios, unos detrás de otros, cada uno más insoportable que el otro y cada uno más agónico que el otro.
Pero nosotros los cubanos ahí, aguantando cada mariconada del régimen castrista porque somos un pueblo fuerte, un pueblo de valientes, un pueblo que no quiere ser esclavo del imperialismo yanqui, un pueblo que no se rinde y que por estar junto a fidel, al General de la pamela y al imbécil de díaz canel, somos capaces de soportar las peores hambrunas, las peores crisis económicas, las peores inundaciones, los peores tornados, los más escalofriantes, traicioneros y sorpresivos “derrumbes”, las más trágicas enfermedades y el más absoluto abandono porque, en definitiva, somos un pueblo revolucionario, el más revolucionario, el más socialista y el más comunista de toda la historia de la humanidad.
Dice mi amiga la cínica que en verdad esta actitud nuestra, es decir, esta “paciencia”, este conformismo, este encandilamiento proletario y esta necesidad de ser fidelistas antes de querer ser seres cubanos constantes y sonantes, es una de las anomalías existenciales más groseras que puede adquirir un pueblo cuando es capaz de preferir el embotellamiento mental, los coquitos con mortadela, la visión periférica, un boniato en el gaznate, una venda de colorines en el cerebro, las improvisaciones alimentarias, mi pelo lacio, las lágrimas de cocodrilo e “higienizarnos” el cucu con el órgano oficial del partido comunista, a, como nos enseñó el más ilustre de todos los cubanos, “ser cultos para ser libres”.
Porque, y en eso le doy toda la razón a la cínica, los cubanos dejamos atrás, olvidados, perdidos para siempre, los diccionarios, las lecturas sobre educación formal, cívica, las tradiciones culturales que nos definían como nación, los buenos libros, las sagradas escrituras, el verbo responsable, amistoso, amable, respetuoso y amoroso, el abrazo cordial y la veneración a la Patria, a la bandera, a nuestra auténtica gallardía y, sobre todo, nuestro amor por lo genuino y auténticamente nacional.
Y es que no hay nada más anti-cubano, más antipatriótico ni más antihumano que esa mierda de revolución socialista que nos impuso, “con el bonche y la jarana”, fidel castro, un 1 de Enero de 1959, y que, tras más de seis décadas de “insoportable levedad del ser”, nos ha llevado a todos, absolutamente a todos, a padecer las peores indigencias, los más terribles martirios, los peores atropellos y las más descojonantes vergüenzas propias y ajenas.
Digo todo esto porque, sin hacer un “vuelo de dron” por encima de nuestra empobrecida isla, me atrevería asegurar, y voy a ser un tilín conservador, que más del 75 por ciento de Cuba está hoy destruida, sucumbe a la negligencia y al abandono, al desinterés y a las culpas de “otros”, a la mediocridad, a los basureros urbanos, a los campos infectados de marabú, a la violencia urbana, a la inercia espiritual, a la cobardía política, al odio, a las fuerzas del mal, a la vulgaridad, al seno sin coseno y a la falta de espiritualidad que, cuando se padece, hunde a un país entero en su propio llanto y en su propia bilis.
Pudiera elaborar una enorme lista con todas las “heridas” que le provocaron a Cuba, y a su pueblo, fidel castro y su maldita revolución del picadillo, un infinito listado de perjurios, destrozos, humillaciones, aberraciones, daños, estreñimientos y estrangulaciones que nos tienen, hoy por hoy, como uno de los países más lastimosos del mundo.
Duele, y duele mucho, la destrucción de la que fuera la isla más hermosa del mundo, pero duele, mucho más, la apatía, la desidia y el abandono en que la tiene un pueblo que se acostumbró a “saltar” escombros y a gritar viva fidel.
Ricardo Santiago.
Cubanazo Ricardo, no puedo compartir tus escritos porque hay «imbéciles» comunistas e izquierdistas Administradores de Fb y otros «comunistas», socialistas e izquierdistas ciberclarias, muchos de ellos radicados en Miami, la «ANTIGUA» capital del «exilio cubano», que no me dejan. Creo que es hasta el viernes 7 de febrero del 2020. Después volveré con mi machete «internauta» a cazar «ciberclarias» otra vez. Hay también algunos «caudillos y lidercillos» dentro de algunas organizaciones del «exilio cubano» que caen en esta categoría de «ciberclarias» y no les gusta que los critiquen ni que les den «sugerencias e ideas» nuevas. Hay algunos de esos «caudillos líderes» del exilio cubano y algunos «periodistas cubanos» de la TV hispana en Miami que me quieren cortar el cocote por lo punzante que soy con ellos. Nunca me rebajé a los «comunistas cubanos» dentro de Cuba y NO lo voy hacer en el exilio con aquellos que se las quieren dar de más «patriotas» que nadie y dicen son ellos los «únicos» que van a «liberar» a Cuba de la tragedia del 1959.
Saludos miles.
Tony Planas (www.facebook.com/tony.planas.71)
Tony totalmente de acuertdo contigo, las ciber-clarias se dividen en dos bandos, «las que odian y destruyen» y las que envidian y «descojonan».
Abajo el castrofacismo coño!!!
«Por eso me fuí de Cuba»….
Gracias Juan.