Cuba, un país sentenciado a muerte por las mentiras de una maldita “revolución”.

Todos los cubanos debemos entender que las mentiras que esgrimen los castristas, para hacerle creer al mundo que ellos son un grupito de inofensivitos ancianitos, merecedores de la cruz, la hoz, el martillo, el perdón humano y divino, el doble blanco y los ponme la mano aquí Macorina, son la hijeputada más detestable que tenemos que denunciar, con todo cuanto esté a nuestro alcance, para que los crímenes de esos degenerados “ancianitos” no queden impunes y el resto de la humanidad continúe creyéndose el cuento de la buena pipa con respecto a Cuba y a la tragedia que padecemos los seres cubanos.
Porque lo único bueno que tienen los castristas es que les podemos poner todos los epítetos, motes, sobrenombres, apodos, marranadas, nombretes y calificativos despectivos que se nos ocurran porque la propia inmoralidad, el descaro, el oportunismo y el servilismo de esos sujetos, soportan las palabrotas más denigrantes por el triste papel que han decidido jugar defendiendo a la dictadura más cruel que ha existido en la historia de la humanidad, vaya, es como decir que el que nace pa’ inodoro del cielo le caen los…
La dictadura castro-comunista ha creado diferentes tipos de “defensores” a lo largo de su exagerada y cruel existencia. Los tienen de todas las formas y colores, desde los que matan, dan golpizas y torturan en nombre de la “moral” revolucionaria hasta los que actúan como vulgares lleva y trae del mensaje político-ideológico y que son en definitiva, quienes sostienen la falsedad de ese régimen anti-cubano con sus mentiras y sus panfletos de la croqueta revolucionaria.
Pues resulta recurrente en tales “mensajeros”, es decir, papeles son papeles, cartas son cartas y castristas son castristas, especímenes de lengua viperina y mente adoctrinada, argumentar que quienes denunciamos al régimen sentimos un odio visceral y enfermizo contra Cuba y el pueblo cubano.
En muchas ocasiones he demostrado que esa es otra de las mentiras y manipulaciones de los esperpentos del dime que te diré dictatorial porque esa maldita revolución es un régimen aborrecible y Cuba, y los cubanos que la sufren, son sagrados y nada tienen que ver con los crímenes de lesa humanidad que ellos cometen.
Porque la realidad es que mientras los dictadores y su parentela viven como los virreyes del picadillo, los cubanos de infantería, los de pueblo, los auténticos, soportamos el peso de la ineficacia, la improductividad y la inoperancia de un totalitarismo inmoral y corrupto…, muy corrupto.
Repito: Dictadura castrista es una cosa y Cuba y el pueblo cubano son otra, así de simple.
Hay que ver cómo viven muchos cubanos dentro de Cuba por culpa de esa maldita revolución del picadillo!
Y me refiero a nuestros paisanos que “habitan” los barrios marginales de las principales urbes o en las pequeñas ciudades, pueblos y caseríos del interior del país. Son cientos de miles o millones. Ninguno “trabaja” para el régimen por lo que no reciben prebendas, muchos no tienen familia en el extranjero, no son dueños de “paladares” ni de pequeños negocios, sus hijos juegan descalzos en las calles de piedras para cuidar el único par de zapatos y la mayoría de las veces se van a dormir con un miserable bocado sin siquiera imaginar, por ejemplo, que los “caramelos” existen.
¿Tendrá algún castrista la desvergüenza de decir que esto que digo es mentira?
Hay que ser muy hijo de puta para defender la mentira de que esa revolución es buena, justa y bajita de sal.
Por otra parte se desgañitan acusándonos de que sólo señalamos lo malo del castrismo, las manchitas del sol o las de los calzoncillos de raúl castro y pregunto: ¿Es que la dictadura castrista tiene algo positivo? ¿Se combate a alguien oliéndole las nalgas?
No, la dictadura castrista es lo peor que nos ha sucedido a Cuba y a los seres cubanos, es la pandemia ideológica más cruel y calamitosa que ha azotado a un país y a su gente, devoró la esencia de la nación cubana y la cagó en para decir el lema y muchas, pero muchas mentiras que ya no pueden sostener porque el país se cae a pedazos y los cubanos se mueren de tanta miseria y tanta agonía.
Incluso hasta el tincito de alegría y esperanza que aun nos quedaba, en medio de la tragedia que hemos vivido durante estos más de sesenta larguísimos años, hoy están amenazadas por la irresponsabilidad de un “gobierno” que arriesga la vida de sus ciudadanos y los expone a otra muerte segura por el contagio con microbios universales.
Ricardo Santiago.