Cuba: El único país del mundo donde, a pesar del hambre, los “huevos” vencen a la 7:00 pm.

¡Qué locura! ¡Qué absurdo tan grande y tan abominable! ¡Qué manera tan cruel de burlarse esos fascistas hijos de puta de todos nosotros! ¡Qué injusticia contra los cubanos de infantería! ¡Qué atropello tan descomunal contra un pueblo en un país donde hay tanta hambre!
Pero, bien, encabronamientos al margen, a un ladito, “puede llevar la luz sobre la frente, pero lleva la muerte en el costado…”, la culpa de tantas mariconadas castro-comunistas, de los millones de latrocinios cometidos en estos larguísimos años contra el pueblo cubano, es única y exclusivamente nuestra.
Somos nosotros los máximos responsables de que ese maldito régimen haga lo que le salga de las entrañas con todos nosotros pues es verdad que como pueblo, como nación, como molotera hambrienta y sedienta de cualquier cosa, nos hemos plegado, nos hemos rebajado, nos hemos arrodillado, nos hemos comportado como unos perfectos cobardes y nos hemos dejado encadenar por un grupúsculo de delincuentes que, prometiéndonos villas y castillas, azuzándonos descaradamente contra “el imperio del Norte” y elevándonos hasta por gusto la adrenalina “revolucionaria”, han hecho de nosotros lo que les ha dado su realísima gana.
Y todo por el maldito racionamiento castro-comunista justificado por ellos, y por muchos “cubanos”, con el embargo económico impuesto a la dictadura de fidel castro por el gobierno de los Estados Unidos, aceptado por la mayoría como ejemplo de patriotismo, de “resistencia” a los ataques del enemigo, de simpatías, de muestras de apoyo a una revolución “triunfante” y como ejemplo ante el mundo de que un país, a solo noventa millas del imperio más poderoso de la historia, es feliz revolcándose en la miseria, construyendo un destructivo socialismo, acumulando su propia porquería como ornato público y demostrándole a otros pueblos que tener la moral revolucionaria muy alta, bien alta compañeros, es más importante que el hambre de nuestros hijos, la infelicidad con que vivimos y la indigencia en que nos consumimos.
Pero lo triste de esta terrible historia, es decir, lo más jodido de este amargo, constante y revolucionario racionamiento en que hemos vivido los cubanos de infantería desde el mismísimo 1 de Enero de 1959, es que aun muchos de nosotros no vemos que esa tacaña política de distribución de la vida en Cuba forma parte de una estrategia del régimen castrista para tenernos “controlados”, para que vivamos condenados “al poquitico de nada” y así crezca nuestro odio contra el capitalismo, para que siempre tengamos necesidad, deseos o ansiedad de una “chambelona” y nunca pensemos, o creamos, que la libertad política, económica y social de los seres cubanos, es un derecho y no una maldita dádiva que nos “otorga” esa infame revolución del picadillo con “los mandados de la cuota”.
Dice mi amiga la cínica que la estupidez, la mediocridad, la idiotez y la irracionalidad castristas son contagiosas, que son más dañinas que los peores virus reales y artificiales “de la historia de la humanidad” porque se pegan al cuerpo y al alma como pan de la libreta, como cinco huevos por persona una vez al mes, como leche para los niños solo hasta los siete años, como a dos libras de papas por cabeza o como medicamentos en falta, artículos de higiene que brillan por su ausencia o márcame en la cola por si sacan “algo” que estos chiquitos me tienen loca gritando que se mueren de hambre.
Yo siempre digo que más de sesenta años con la misma brutal e infecciosa “libreta de racionamiento” son demasiados para un pueblo. También pienso que qué carajo nos metieron a los cubanos por el mús-culo para que fuéramos tan obtusos y no veamos que la raquítica vida que llevamos es solo para nosotros pues la cúpula castrista, los “dirigentes del proletariado” y sus familias, no sufren el “bloqueo imperialista, no tienen que tragarse esa porquería de “pan”, no pierden horas de horas al resistero del sol en la cola de las “papas”, no padecen esta escasez que nos está matando, los “huevos” no se les vencen a las 7:00 pm y no tienen que soportar el “lado más oscuro” de ese socialismo que inventaron para nosotros.
Hermanos cubanos, la miserable vida castro-comunista que vivimos como país y como pueblo hasta las 7:00, hasta las 8:00 o hasta cualquier hora de este mezquino tiempo, forma parte de un calculado corre pa’quí y corre pa’llá que nos impuso ese régimen dictatorial para que nunca comprendiéramos que, si los “huevos” son producidos en abundancia, sin restricciones y sin tanta mierda de socialismo, la “fecha de vencimiento” sería más larga, mucho más larga…
Ricardo Santiago.