Yo digo que el castrismo, desde el mismísimo 1 de Enero de 1959, y desde un poquito antes también, urdió la peor estafa, la mayor mentira y la mariconada más descarada, contra todo un país y su pueblo, con la única intención de robarnos a los cubanos nuestra libertad, nuestra soberanía y nuestros “casquitos de guayaba con quesito crema”.
La súper-mentira de fidel castro, de que restauraría la Constitución de 1940, y en la que casi todos creímos, pues era lo lógico para justificar su traicionera asonada terrorista, nunca se produjo y, en cambio, en 1976, la revolución del picadillo, ahora de los curieles, nos soltó un panfleto, al que llamaron constitución socialista, cargado de manipulaciones, prohibiciones y trampas “comunistas”, con la que nos colgaron los grilletes porque, supuestamente, construiríamos la sociedad más próspera de este vertedero, perdón, universo creador.
Pero, bien, por eso digo que a los castro-comunistas nunca se les debe creer ni una sola palabra. Ellos nos han demostrado que hoy dicen ocho, te pongo el mocho, si les conviene, y mañana se bajan con que trece, mientras más me lo dices menos te lo creo, si eso les da mayor placer.
Así los seres cubanos llevamos más de sesenta y dos larguísimos años diciendo, repitiendo y baboseando, como imbéciles desmesurados, que somos comunistas, más comunistas que cualquier comunista, que el comunismo de Cuba es lo mejor del mundo, que donde nace un comunista…, que la unión de jóvenes comunistas, que los comunistas son quienes dan el paso al frente, que a un comunista no hay que decirle sorullo, suelta lo que no es tuyo…, que tengo un comunismo que me sube y que me baja y que las ideas del comunismo permanecerán irrevocables en la patria de fidel, el más comunista de todos los comunistas…, y ahora…, ahora sí…, ahora todos con un dólar americano en la mano, ya está bueno de tantas banderitas y de menear tanto la cinturita, “reordenaremos el ordenamiento” y construiremos el país más comunista que se puede inventar.
Con tanta “obsesión” por los dólares imperialistas los cubanos estamos perdiendo la razón, estamos perdiendo la cordura y estamos, lo que es peor, mucho peor, perdiendo la vergüenza. El sacrificio que hicimos para “tocar el cielo con las manos” se fue al carajo y hoy vemos la mar de seres cubanos arrstrando sus miserias por las calles.
Pero, aun así, seguimos insistiendo en defender esa mierda, todo el que pueda con su dólar levantado para aprobar, por unanimidad, que el peso cubano es una porquería y que nosotros los fidelistas por siempre, los yo soy fidel, no creemos ni en la madre que nos parió, y quien no tenga fulas que se joda y que se mate el hambre mirando las vidrieras “MLC” de este floreciente socialismo.
¡Terrible! Aunque muchos crean que es una novela de horror y misterio o un tratado de sicología involutiva pa’ curar la comemierdería impulsiva, resulta bochornoso, muy vergonzoso, ver hasta cuán bajo, cuán profundo, hemos caído la mayoría de los cubanos por creer tamaña grosería social, por defender tanta bazofia dictatorial y por insistir en algo que, está absolutamente demostrado, no existe, no procede y no funciona.
Y no nos cansamos, dice mi amiga la cínica que el tema es que el cubano, cada vez que se levanta en la mañana, amanece “virgen”, ingenuo e inocente, como despertando de una pesadilla cándida, y que el castro-comunismo es quien se encarga de “desflorarnos”, de metérnosla doblada y de rompernos el c… en nombre de la patria, su invento de patria, de la revolución, su invento de revolución y de fidel, su versión del “hombre del saco” con la que nos tienen acojonados a casi todos los cubanos.
De todas maneras esos traidores, criminales, delincuentes, bandidos, corruptos, ladrones, extorsionadores y explotadores del pueblo cubano podrán decir lo que quieran, gritar lo que les dé la gana, hacer el paripé por la televisión que los “demócratas” llegaron ya y se van a bailar el ricachá, que la revolución ahora es más fuerte que cuando vivía el hijo de puta ese…, pero la realidad, la pura realidad, es que allí nada cambia, ni cambiará, mientras existan tantos intereses creados, tantas morocotas de oro que robarse y tantos Grants que recibir, por los que hay quienes están dispuestos a dar hasta su última gota de sangre.
Así es cubanos, hay mucho excremento infeccioso asfixiando nuestra Patria querida, hay demasiada porquería enturbiando nuestra libertad y hay demasiados vividores, y oportunistas, que no quieren tirar el tibor del socialismo, o el del comunismo, porque saben que cuando no quede ni una gotica de mierda se la van a tener que mamar…
Ricardo Santiago.