Para nadie es un secreto que la familia castro, con cualquiera de sus apellidos segundones, es una familia que, durante más de sesenta y dos larguísimos años, le ha robado, ha desfalcado y ha exprimido, para su beneficio, las riquezas de Cuba y la sangre, el sudor y el alma del pueblo cubano.
Y cuanto digo es verdad, esos hijos de su mala madre viven como señores feudales, se dan los lujos que nadie puede imaginarse, viven en grandes mansiones, disfrutan las comodidades del “capitalismo feroz”, dan sus viajecitos al exterior pa’ comprar la buena “pacotilla”, toman Coca-Cola y no pagan lo que deben, hablan con la boca llena y, además, como si no les bastara la mala educación, se burlan impunemente del hambre, del sufrimiento y de la miseria de todos los seres cubanos.
¿Cómo demostrar que los castro son una familia muy, pero muy, pero muy rica?
Pues muy fácil, no hay que demostrar nada, no hay que sacar ninguna cuenta, sólo creerlo y punto porque esos degenerados llevan más de seis décadas viviendo del erario público nacional, disponiendo a manos llenas de todo cuanto hay en Cuba, gozando la papeleta y cagando libertinamente en el tibor del socialismo.
¿Alguien cree que raúl, mariela o el crustáceo castro pagan sus facturas con un salario como lo tiene que hacer el resto de los cubanos?
“Déjame pensar…”.
Cuando fidel castro entró en La Habana, un 8 de Enero de 1959, no tenía casa, ni carro, ni posesiones materiales ni nada. Llegó pela’o, con una mano detrás y la otra delante, dicen que lo único que traía era un montón de papeles y una peste a grajo, de Padre Nuestro y mi Dios bendito, que la gente no sabía si el “comandante” estaba vivo o era un cadáver putrefacto.
Pues bien, el muy cochino, sin pensarlo mucho, se fue a vivir al hotel Habana-Hilton, donde fijó su residencia, y sus oficinas, a modo “provisional” mientras organizaba el tremendo enredo que él mismo había formado con un invento de “revolución” que decía era para los humildes, era para acabar con la injusticia y era para otorgarle al pan con guayaba el honroso nombramiento de militante del partido comunista.
La pandilla de “guerrilleros” que lo perseguía, perdón, que lo secundaba, y que de la noche a la mañana se transformó de cuatreros, analfabetos, delincuentes y marginales, en comandantes y capitanes de un ejército no constitucional, criminal y terrorista, rápidamente se adueñó de las lujosas y modernas mansiones de la zona de Miramar, Nuevo Vedado, Reparto Kolly, Atabey, Cubanancán y de todo cuanto oliera a confort y comodidades, largando de un tirón sus barbas, sus piojosas cabelleras e implantando en Cuba un partido único para garantizar eternamente la cogioca revolucionaria.
¿En qué país decente del mundo se ha visto eso? ¿Cuántos presidentes elegidos democráticamente llegan al poder sin propiedades y de la nada son dueños de lujosas mansiones? ¿En qué democracia del mundo se ha visto que un Presidente regale casas y carros?
Descaro, puro descaro y burla a todos los seres cubanos. Fíjense si ese tipejo fue calculador que una de sus primeras medidas fue renunciar a su salario como Primer Ministro porque, según él, de sus necesidades y las de su familia se ocuparía el Consejo de Estado. Imagínense, con esos truenos, la mujercita que se trajo de Trinidad, y a quien puso como la primera concubina de la revolución, se dedicó a parir y aguantar “tarros” porque total, el socialismo extermina, con su ineficiencia, hasta “la más mínima sospecha”…
Así fueron y van las cosas con la familia castro. Crearon un imperio que gira alrededor de ellos y que los provee de cuanto necesitan para gastar o malgastar sin tener que rendirle cuentas a nadie, sin tener que responder ante un parlamento o un tribunal supremo porque son los dueños absolutos de Cuba y de los cubanos.
¿Alguien enjuició a fidel castro por el despilfarro o el derroche de los “recursos del pueblo” con sus estúpidos disparates?
¿Alguna entidad en Cuba le ha exigido alguna vez a los castro justificar sus excesivos gastos?
Por ejemplo: ¿Cómo han adquirido las mansiones donde viven, los carros que poseen, las obras de arte, los yates, las cuentas en paraísos fiscales, las joyas, el papel higiénico que está perdi’o y la carne de res en sus congeladores?
Pues eso es ser una familia muy rica. Disponer de un país sin que nadie se atreva a cuestionarlos, sin que nadie se atreva siquiera a señalarlos y que además el pueblo salga a apoyarlos, a decir que son humildes, altruistas y sacrificados, vuelvo y repito, eso es ser una familia muy rica, la más rica, criminal y asesina del mundo…
Ricardo Santiago.