¿Quién es el último?

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-¿Usted es la última, compañera?
– Bueno detrás de mí marco un viejo, pero yo creo que se fue porque no lo veo por aquí…

En Cuba, si nos fijamos bien, los cubanos siempre somos los últimos en algo, en cualquier cosa, y digo los “cubanos” porque es bien sabido que ni los extranjeros, ni los dirigentes comunistas y ni sus lameculos más connotados se tienen que disparar tremendas perras colas para adquirir lo más elemental o esencial para la vida.
-Así mismo es como se forman los problemas compañera…
-Mira mi’jo no te calientes y guíate por mí que seguro que el viejo ese no va a regresar.

¿Se imaginan a Raúl Castro, vestido con su uniforme militar, con las medallas que dice se ganó en acciones de guerra y con su pamela de General “en su laberinto” haciendo la cola del pan?
Si esto sucediera entonces habría que empezar a creer en las reformas raulistas, el cambio en Cuba y el fin del castrismo porque lo que si todo cubano sabe es que Revolución, Fidel Castro y toda la mierda que viene detrás son sinónimos de escasez, carencia, aglomeraciones, colas, tumultos, broncas y sufrimientos para el pueblo.
-Yo soy el último mi amigo…
-¿Y detrás de quien tú vas acere?
-Detrás de un viejo que va detrás de la mujer de la tira negra en el moño.

Las desesperantes colas en Cuba son una de las tantas formas que utiliza el gobierno castro-fidelista para aplicar su sistemático genocidio contra el pueblo cubano. El cubano tiene que perder una parte importante de su vida haciendo filas y disparándose los nervios por culpa de la mayor y más orquestada sinfonía compuesta por el sistema comunista en cada país donde ha existido: La escasez y el desabastecimiento.
-¡Aquí! ¡Aquí! Mira pa’ca consorte que el último está aquí…
-¿Y cómo dice esta muchacha, la mulatica que está sentada en el contén, que la última es ella?
-Ven acá dulzura, ¿y tú de donde saliste?
-De dulzura nada moreno que tú a mi no me conoces… a mí un viejo me dio el último y me dijo que me guiara por la mujer del moño…

La Cuba de los Castros transformó hasta la idiosincrasia de los cubanos, de un pueblo noble y respetuoso pasamos a ser un grupo de hombres y mujeres luchando constantemente por la supervivencia y por la vida misma. A causa de estos avatares perdimos en el camino muchos de los rasgos de civismo que un día nos distinguieron y nos señalaron como un pueblo respetuoso y amigable receptor de inmigrantes provenientes de muchos países del mundo.
La escasez material de los productos básicos para la vida alteró la forma de ser del cubano desde la raíz, vivimos en una mala educación constante y en una desesperación por poder adquirir los productos, rogando que no se acaben o simplemente lleguen a tiempo para poder alimentar a nuestros hijos.
-Además pa’ que te enteres ya yo le di el último a aquella pareja de allí.
-¡Ahora hay dos colas! Mira tú el brete que formó el viejo ese…
-No, no, no el lio lo formó la mujer del moño que dio el último dos veces…
-¡A mí me sacas del potaje que yo no me he metido contigo!
-Pues fuiste tú misma bien, ¿qué p…. te pasa?

No existen justificaciones, de ningún tipo, para lo que este mal gobierno nos ha hecho sufrir a los cubanos. Aunque quieran escudarse en acciones, leyes, crisis mundiales o cualquiera de sus arrebatos desesperados la única verdad es que el pueblo de Cuba no tenia por que pasar por tanta miseria y destrucción. La culpa de nuestras desgracias es única y exclusivamente de Fidel Castro, sus continuadores y sus oportunistas defensores.
-Ah no, conmigo te jodiste perra, la p…. te la…
-Pues tú verás donde me la voy a…
-Oye cuadro, parejita de allí, ayúdenme a desapartar a estas dos mujeres que se van a matar…




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