Y muchos, un montón, pila, burujón, puña’o de cubanos a los que la realidad de Cuba, a los que el sufrimiento del pueblo cubano, a los que el desastre nacional que hoy tenemos, les resbalan, les son antiflogitínicos, les son indiferentes y es más, mientras más lejos mejor, mientras más distantes de esa miseria física y espiritual más que mejor pues, según ellos, tanto desastre es culpa de quienes viven allí pues no han sabido, como cierta damita a la que le escuché decir tamaño disparate, que en Cuba es “pobre” el que quiere y pasan hambre los que quieren.
Por otra parte están quienes dicen que somos un pueblo maldito y que todo cuanto tenemos nos lo merecemos por “carneros”, por imbéciles, por arrastrados y por cobardes. Otros dicen que ellos lograron sacarse la banderita del 26 de Julio de entre las nalgas, paticas pa’ qué te quiero, y borrón y cuenta nueva si, al final, nada de lo que uno hace por los de “allá” te lo agradecen y continúan apoyando a la revolución de los apagones como si fuera el primer día.
Hay, por suerte una minoría, quienes son más drásticos en sus comentarios y proclaman que de Cuba ni el sol, que ellos nada que ver con “aquello” pues allí, al lugar del que un día escaparon despavoridos con sus “santas” razones, nunca regresarán y si te he visto ni me acuerdo que la indigencia, el churre y el mal olor se pegan.
Y está una gran mayoría de cubanos que argumentan que no hablan de política porque tienen familiares en Cuba, porque tienen que regresar a proveerlos de “salud” y que en esta situación lo mejor es no hablar mal del “gobierno”, no meterse en nada ni con “nadie” y no juzgar lo que sucede allí para que los dejen entrar, para que me dejen ver a la pura, al chama y, de paso, tomarme una cervecita bien fría pa’ refrescar que el calor está del carajo y la vela.
Yo soy del criterio que la humanidad, la hermandad, la amistad y la razón, la buena razón, están por encima de las ideas políticas, de los partidos políticos y de las guerritas ancestrales entre buenos y malos, entre quienes tienen la verdad y quienes no que, al final de este larguísimo cortometraje de víctimas y chupa sangres, nunca conduce a nada y sí a echar mucha mierda entre quienes se quieren, se aman o se necesitan.
Hablar de “política” es una cosa muy seria e inteligente que no creo que a muchos nos quede muy claro. En los últimos tiempos existe una tendencia entre los seres cubanos que dicta que criticar a la dictadura castro-comunista, atacar a ese régimen de oprobio y maledicencias, decirle asesino, ladrón, delincuente o criminal, en su cara, al títere-presidente, al General de la pamela o a cualquiera de los tantos esbirros que tiene esa maldita tiranía del espanto, es hablar de política, hacer política y, en algunos casos muy evidentes, vivir de ella.
Para mi, es decir, mi postura con respecto a estas “habladurías”, es que todos, con nuestra simple existencia y actuar cotidiano, de una forma u otra, conscientes o inconscientemente, hablamos de política pues, entre sus muchas definiciones, política es la “Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo…”, y no creo, y más nosotros que opinamos de todo y con todos, que escapemos a esta “científica” definición.
Por eso tengo la opinión que los cubanos, tanto dentro de Cuba como en cualquier rincón del alma y del mundo donde nos encontremos, estamos constantemente “hablando de política”, estamos participando en la política que nos salva o nos martiriza pues desde con una simple exclamación, con una rápida mirada, con un sencillo gesto demostrativo, con un grito de auxilio y hasta con un huracanado pensamiento de díaz canel singao, nosotros, los seres cubanos, los que miramos aunque sea de reojo ese lugar donde nacimos y vemos que nuestros compatriotas se están comiendo hasta las uñas sucias de la miseria, estamos, queramos o no, hablando de “política”.
Los otros, esos que niegan la realidad cubana, los que culpan a terceros del desastre del socialismo, esos son unos sinvergüenzas, unos descarados, unos vividores y unos oportunistas que, en el fondo, son los que hacen la triste política, los que más hablan de política y quienes nos obligan a que tengamos que maldecirla…
Ricardo Santiago.
Lo que es realmente triste es la inercia que esto provoca , la politica no es el fundamento del ser , el cubano debe saber que la unica forma de ser libres dejar de ser parte de cuba y su «revolucion». SI asi como escuchan .
HAY que volver a SER primero .
YO, ese tu que sabes que existe con el que conversas cada segundo es un SER LIBRE , . No le debes nada a Nadie ,
solo naciste en Cuba. y te atrapo la famosa garra de aquel cinico , prepotente y manipulador dictador que se encargo de despojarte de tus derechos y NO tus derechos como ciudadano sino en convertirte en alquien que solo sobrevive .. y cuando uno sobrevive ….tiene muy pocas opciones , corres , te defiendes o te consume el miedo en el silencio . Eso somos ahora los cubanos . Pero piensa quieres que tus hijos tambien vivan asi . Eres una creacion de universo que DECIDE quien eres y que quieres .
NADIE deberia hacer eso por ti y menos un punado de ineptos y bandoleros que solo se aprovechan de tu esfuerzo, silencio y agonia para saltar encima de ti y seguir lucrando de ello
Todo SER humano tiene los mismos derechos y solo tu puedes exigir que asi sea .
Es asi , TODO LO NECESARIO Y GRANDE ESTA al cruzar mas alla del miedo .. que no es mas que una ilusion creada a proposito
Gracias por tu comentario…