El verdadero “miedo creíble” del Delegado Alarcón.

Yo digo que los extremistas, los súper-radicales, los representantes del odio, de la mala idea, del oportunismo y de la maldición, es decir, los enemigos de todos y los amiguitos vamos una rueda hacer y en mi mundo, solo en mi mundo cantaremos…, tienen que estar, por estos días, con el vientre flojo, con las piernas temblorosas, con las “asistencias espirituales” a to’ meter y con el susto, hay que darles un brinco pa’ que se les quite el susto, atormentándolos porque, sencillamente, los “amores perros” de Donald Trump han creado una línea telefónica, un numerito de teléfono, donde usted puede llamar y denunciar, echar pa’lante, a todos los comunistas o ex-comunistas que se han radicado, a piernas sueltas, en el territorio de los Estados Unidos.

Ah, bueno, a correr camilitos, ex-militantes, ex-esbirros, ex-represores, ex-castristas y ex-espiás cibernéticos que se acabó la mezcla, perdón, que les llegó la hora. Porque, cubanos, seres cubanos míos, la realidad de este asunto, la verdad sin tapujos de este tema, es que Miami y los Estados Unidos en general, se han convertido en un refugio paradisíaco de cuanto hijo de puta, sí, así mismo como les digo, hijo de puta castro-comunista, con todas sus letras, puso pies en polvorosa y se largó de aquel maldito infierno buscando cómo llenarse la barriga, tratando de dormir en aire acondicionado y llegó aquí, a tierras de democracia republicana, a continuar con el descaro con que fueron formados y educados por el adoctrinamiento de fidel castro.

Yo creo, a mi me parece, que el Delegado Alarcón, es uno de esos “líderes de proyectos” para defender a la revolución de los apagones más largos del mundo que, tras, según él, informarse con la misma Internet que le pusieron para reprimir al pueblo cubano, cambió de “bando”, abrió los ojos, hinchó el pecho y saltó del barco porque, señores, en Cuba la caña, cuando aparece, la venden a trozos y el mela’o, rica su dulzura, también cuando lo venden, es el más amargo del mundo.

Yo, en la vida real, me había propuesto no escribir otra vez sobre este personaje parlanchín de esa libertad que nunca llega. Un tipo que me resulta bastante repugnante y que nunca me gustó ni de refilón pues siempre lo he visto como un vulgar oportunista que busca enfrentarse a enemigos débiles para salir airoso, sobresalir y que sus generales y doctores le den nalgadas de consentimiento para poder expandir su “imperio” a costa del sufrimiento, de la ingenuidad, de la bondad, de la estupidez y de la ignorancia de muchos cubanos que, todavía, a estas alturas del descaro anti-comunista, siguen tras sus huellas aunque se caguen los pies.

Pues ahora este sujeto de marras, ex-jefe de la operación “verdad” de los ciber-guerrilleros con computadoras prestadas de la tiranía castrista, está frente a su propia revolución de los arrepentidos. Corre, el muy entusiasta «ex-jefe» de las campañas difamatorias contra cubanos orquestadas por el aparato represivo de la seguridad del estado castro-comunista, el riesgo de ser deportado por su participación activa y directa contra un pueblo que lo único que siempre ha querido es subsanar el error de, en el pasado, haber apoyado a esa maldita dictadura asesina.

Durante todo este tiempo que ha vivido aquí, entre nosotros, el Delegado Alarcón no ha hecho otra cosa que tratar de minimizar su participación en tan oprobiosa misión la cual, en su momento, asumió con orgullo pues, como joven militante comunista, fue un muy esforzado combatiente contra la “gusanera”, contra los opositores al régimen y contra los que estamos decididos a ser contrarrevolucionarios por decencia, por dignidad y por cubanía.

Entonces yo me pregunto: ¿A cuántos cubanos les hizo daño este “ex-empleado” del aparato represivo castrista? ¿Cuántos cubanos fueron difamados por este individuo al servicio de la propaganda comunista? ¿Cuántos cubanos sufrieron la represión cibernética dirigida por el Delegado Alarcón? ¿Cuántos de nosotros fuimos sentenciados por la acción de esa “lucha” para defender la revolución castrista? Y, lo peor, ¿Cuántos cubanos fueron detenidos, fueron a prisión e incluso fueron asesinados por la actividad de la comisión cibernética dirigida por el Delegado Alarcón?

Quiero que nos detengamos en esto, el ser humano y cubano, los más descarados, los más oportunistas y los más traidores, por supuesto, son capaces de cambiar de chalupa si ven que otras ofrecen mejores posibilidades para enriquecerse y para vivir del cuento. No podemos dejarnos engañar esta vez, quien la hizo, quien atentó contra el pueblo cubano, en cualquier tiempo pasado o de cualquier forma ejerció represión sobre nosotros, tiene que pagarlo y tiene que responder por ello, basta ya de ser condescendientes con unos y “justicieros” con otros, digo yo…

Ricardo Santiago.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Translate »