Bebeshito, los castristas, el youtuber, los cubanos y la maldad…

Y no podemos dejar pasar inadvertido que en esta función los seres cubanos asistentes gritaron de todo, cantaron las canciones del artista, gozaron de lo lindo con el magnifico espectáculo y vociferaron a todo pulmón, más alto que no se oye, sufre Otaola y diaz canel singa’o. Una muestra más de que el ser cubano tiene presente, a pesar de las circunstancias, a sus enemigos jurados o a sus adversarios de siempre.

La peor crisis social, ética y humana, de nosotros los cubanos.

Por eso he dicho, muchas veces, que, a veces, ser cubano es una vergüenza muy grande, que haber nacido en aquella isla casi hundida en el mar es una desgracia y que haber apoyado, durante un tiempo importante de mi vida, a aquella mierda de revolución castro-comunista, es el peor error que he cometido, es el más grande bochorno con el que tengo que vivir por el resto de mi vida y es esa parte de mi existencia que no le quiero legar ni a mis hijos ni a mis nietos.

La homosexualidad cubana: ¿Más del cuerpo o más del alma?

Y el tiro les salió por el…, digo, por la culata. Reprimieron hasta la muerte a los homosexuales, tratando de crear un modelo de hombre nuevo, nuevecito, y nunca pudieron lograrlo, nunca comprendieron que contra la naturaleza humana nadie ni nada pueden y que la libertad de un país, de una nación y de una sociedad, comienzan con la voluntad individual del cuerpo y del alma.

Los “complejos” físicos y espirituales de nosotros los cubanos…

Yo digo que nosotros los seres cubanos, tenemos, todos, que llamarnos a control, a un juicio colectivo, para entender y tratar de erradicar el tamaño daño antropológico que nos causó esa maldita dictadura castro-comunista, que lo que hoy somos como nación nada tiene que ver con la que soñaron nuestros Padres Fundadores y que salvarnos, volver a ser lo que nos hizo realmente cubanos, será la única manera de empezar a destruir esa cruel dictadura.

El Delegado Alarcón, eliécer ávila, el “vengador” de Puerto Padre…

Hay que ser muy obtuso para que hoy en día, cuando existe una humanidad cubana luchando por alcanzar los principios fundamentales de la democracia, un grupúsculo de censores con carnet y con una militancia probada en su pasado, se atrevan a juzgar a otros tachándolos de enemigos del “pueblo” y de seres cubanos a los que hay que destruir.

Cuba: Un país donde hasta el guarapo viene sin azúcar…

Yo digo que para nosotros los cubanos la suerte está echada. Lo que hoy nos pasa como nación y como pueblo, es la consecuencia de más de sesenta y cinco larguísimos años de odiarnos a nosotros mismos, de destruirnos a nosotros mismos y de matarnos entre nosotros mismos por arrancarle a la vida, a la única vida de vivir que tenemos, un puñadito de azúcar para endulzar nuestro amargo guarapo, terrible pero cierto.

La paranoia mental cubana, el daño que provoca la “vigilancia” revolucionaria.

El cubano, digo yo, porque lo vivo en carne propia, sufre de mucho estrés traumático y postraumático, nunca va a estar vivo, realmente vivo, “por mucho viento que respire”, si antes no logra arrancarse del cuerpo y del alma las cadenas del castro-comunismo.

¿Y ahora, de qué vamos a vivir los cubanos?

Yo digo que la solución a “las penas que a mi me matan” está, por suerte, en cada uno de nosotros. Cada ser cubano, en este tiempo en que ni la vida existe en Cuba, tiene que dejar esa inercia “revolucionaria” con la que hemos vivido por tanto tiempo y, desde nuestra individualidad creadora, buscar nuestra salvación o, como camarón que se duerme, encontrar la muerte.

¡Se acabó el “racionamiento” en Cuba, bendita la libreta de racionamiento!

Mi preocupación real, ante esta muerte anunciada miles de veces, es ese otro cubano, ese que tiene que ir a pie a todas partes y no tiene la más mínima esperanza de cinco huevos una vez al mes, que no tiene quien le tienda una mano al pasar y que caerá, redondito en medio de la calle, por tanta inanición, tanto sufrimiento y tanta hambre.

La dictadura castro-comunista se cae, sí, pero “pa’rriba”…

Yo soy del criterio que esa maldita revolución socialista, o como la quieran llamar, menos cubana, por favor, ha actuado siempre en correspondencia con los cambios socio-políticos, con las crisis de todo tipo y hasta con las conveniencias partidistas que suceden en el mundo y que de alguna manera se reflejan en Cuba, de ahí que nos aprieten siempre el “cinturón” a los cubanos, cada vez más apretujado, si sube el precio del petróleo en la conchinchina, si los esquimales se comen todo el arroz mundial, si el socialismo de otras tierras se tambalea o si los cubanos se escapan, emigran, huyen de esa mierda de dictadura “proletaria”, hasta por el mismísimo hueco de la capa de ozono.

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