Demasiado intolerante, «compinchero», embelequero y engreído, para mi gusto…
Yo siempre digo que lo más triste, lo más terrible y lo más desafortunado, que puede perder un ser humano, o cubano, son la humildad, la sencillez y el respeto por sus semejantes, la estima por los de su misma especie y la tolerancia hacia sus “vecinos”, aun cuando no piensen como él, no estén en el mismo “bando” que él o no le canten a la “vida” las mismas “canciones” que él.