Las demandas por “difamación”, la nueva era de la mediocridad cubana.
Y es esta intolerancia la que nos lleva a esta desgracia compulsiva en la que estamos viviendo, la que nos pone en la mira de las personas decentes pues nosotros mismos nos descubrimos como seres humanos y cubanos que no razonan, que no analizan y que tienen una profunda vocación por ofender, por denigrar y por avergonzar hasta a la madre que me parió.