Por eso digo que los cubanos de a pie merecemos un monumento gigante.
En Cuba yo fui un cubano de a pie. Literalmente. Recuerdo las largas caminatas que tuve que pegarme para ir a cualquier parte porque desde que yo nací, por allá por 1962, el transporte en Cuba siempre fue tremenda porquería, una ilusión y una “confronta”. ¡A mí no hay quién me haga un cuento del … Leer más