Nosotros, los cubanos, tenemos que luchar por una libertad cubana…

De ahí que piense, es más, que asegure, que nosotros los seres cubanos debemos encontrar nuestro propio camino para liberarnos para siempre de tan oprobiosa dictadura castro-comunista, que tenemos que tomar conciencia plena de que nadie va a venir a librarnos de tan larguísimos años de humillación, de migración y de “extranjería” y que la libertad, ese estado natural de los seres humanos, y cubanos, empieza por cada individuo y solo se alcanza cuando somos capaces de distanciarnos de los males que nos acongojan, de los basureros de las esquinas, de las fosas reventadas en el medio de la calle y de la fuente, digo, del origen real de todos nuestros males y de los únicos y verdaderos culpables causantes de mi hambre, de mi indigencia, de mis miserias y de que tengamos todos, de una u otra manera, el corazón partí’o…

La debilidad mental y estomacal como armas de control dictatorial.

Yo insisto en que es hora de que los seres cubanos reaccionemos de una buena vez, reconozco que la tarea más titánica que tenemos es arrancarnos del alma ese maldito castrista que nos inocularon en vena y no dejarnos engañar, otra vez, con falsas promesas, no dejarnos arrastrar con ilusiones carnavaleras y no estrangularnos nosotros mismos resucitando al horrible monstruo de las tinieblas…

Los “cederistas” de Otaola, un torbellino de “pasiones” serviles y sectarias.

Hablar o escribir, escribir es mi caso, contra la dictadura castrista, desde las redes sociales, es fácil y un poquito seguro, esto, para mi, no tiene ningún mérito, por eso no creo justo que se convierta en “bandera” a locutores de la libertad por encima de quienes allá, en la concreta, entregan sus vidas diariamente en prisiones, bajo represiones físicas y mentales, en persecuciones, pasando hambre, miseria, desesperación o muriendo de locura.

Esta es la libertad que nos falta a los cubanos.

Yo digo que en este sentido muchos seres cubanos, casi que la mayoría, confundimos libertad con libertinaje y exigimos que se nos permita hacer cuanto nos viene en ganas sin entender, ni un solo segundo, que la conducta social y la conducta individual son la razón de ser, lo más importante, para que un país avance, se desarrolle y progrese.

El “candidato a alcalde” no es un dictador, no señor, ya él quisiera…

Yo digo que una persona que quiera ser creíble en sus postulados debe ser más tolerante, más respetuosa y menos “cederista”, lo otro es más de lo mismo, aceptar a un “pico-fino” para que, una vez aclamado, haga lo que le salga de las nalgas y nos convierta, otra vez, en “esclavos felices”, así de simple…

La chusmería y la vulgaridad son los rasgos más representativos de la cubanía “moderna”.

Yo digo que ese mismo racionamiento educativo, con el que nos mal educaron a los seres cubanos, es el responsable de la vulgaridad, de la chusmería y de la mala educación que hoy manifestamos en nuestra conducta individual y social. Somos el reflejo de la prepotencia y la mediocridad de un régimen que se esforzó más en adoctrinarnos y amaestrarnos que en propiciar que accediéramos a una formación como Dios manda y a una instrucción basada en el desarrollo de nuestras aptitudes individuales, de nuestras potencialidades, del respeto hacia los demás y del civismo por la Patria.

Los cubanos somos un pueblo que sobrevive «con el culo al aire».

Los cubanos, y esto que digo es una total afirmación de mi parte, somos el pueblo más indefenso, más desvalido y más desprotegido de este planeta, es decir, somos una masa de “revolucionarios” desvencijados que anda con el culo al aire por cualquier parte, y hacia todas partes voy, y en nuestra propia Patria también. … Leer más

El pueblo cubano: “Los condenados de la tierra”.

Y el mayor ejemplo de que los cubanos somos los condenados de la tierra es la permanencia en el poder, tras más de sesenta y cinco larguísimos años, sin que se vislumbre una luz al final del túnel, de esa misma tiranía totalitaria en el poder campeando por su respeto, haciendo y deshaciendo a sus anchas, creando leyes absurdas y ridículas para jodernos la vida, robándose las riquezas nacionales y la razón de ser de los cubanos, pariendo ministerialmente al descerebrado hombre nuevo por carretillas y carretones, quitándonos hasta el derecho de pensar y decidir por nosotros mismos y deshonrando a cada segundo la imagen gloriosa de nuestra isla, de una Patria que, por derecho y por nacer en ella, nos pertenece a todos, a absolutamente, a todos los cubanos.

Cuba se cae a pedazos, al paso que vamos, en poco tiempo, dejará de existir.

Lo triste es que nada ni nadie se salva en Cuba de tamaña desidia. Los edificios caen como moscas al paso de los más inoportunos aguaceros, las aceras se revientan con tanta mierda de perros y de personas sin un techo donde caerse muertos, las calles parecen una “Venecia” podrida, los campos ceden espacio a las hierbas que no se comen, las ciudades que quedan se hunden en la más profunda oscuridad y los cubanos, los seres cubanos, o hacen abracadabra y desaparecen o mueren persiguiendo la mejor forma de vivir.

Demasiado intolerante, «compinchero», embelequero y engreído, para mi gusto…

Yo siempre digo que lo más triste, lo más terrible y lo más desafortunado, que puede perder un ser humano, o cubano, son la humildad, la sencillez y el respeto por sus semejantes, la estima por los de su misma especie y la tolerancia hacia sus “vecinos”, aun cuando no piensen como él, no estén en el mismo “bando” que él o no le canten a la “vida” las mismas “canciones” que él.

Translate »