¿Libertad de expresión o aprender a escuchar, qué necesitamos los cubanos?

Solo que con el germen de solo decir lo políticamente correcto, también nos inocularon el no saber o querer escuchar como parte de una buena educación. La mayoría de nosotros los seres cubanos no escucha, no oye y no acepta una idea que sea diferente a la nuestra, enseguida saltamos agresivamente y hasta queremos matar cuando nos contradicen, nos aclaran, nos desmienten o, simplemente, nos dicen que no están de acuerdo con nosotros.

¿Por qué somos tan intolerantes, tan radicales, los cubanos?

En resumen creo que la falta de tolerancia nos tiene a los cubanos muy jodidos, es más, nos tiene al borde de la extinción, al paso que vamos, si seguimos denigrándonos los unos a los otros porque no pensemos de la misma manera, muy pronto estaremos todos, de uno en fondo, en marcha uniformada y partidista, marchando hacia otro ideal, digo, hacia otro oscuro abismo…

El querido y bendito “adiós” del General de la pamela.

Que se parta el General de la pamela es bueno para Cuba y para los cubanos, que nos dejemos encasquetar su “legado” y su memoria como algo bueno es lo peor que podríamos aceptar para nuestra libertad, para nuestra vida y para nuestra Patria…, Patria, si es que aun nos queda algo de ella.

Ni tan influencer y ni tan youtuber como quiere hacernos creer…

Todo muy bonito pero muy anti-constitucional, muy ilegítimo, muy divorciado de las leyes norteamericanas y de la idea que se tiene en los Estados Unidos de democracia, de tolerancia, de libertad de expresión y de lo mío es mío y lo tuyo es tuyo.

Los “opositores” cubanos y las batallas del General “GRANT”.

Yo también digo que estos sujetos hacen evidente, muy evidente, que pedir la tan necesaria unidad cubana para enfrentarnos al castro-comunismo es un sueño, algo irrealizable y hasta ridículo pues queda demostrado que, a esta aristocracia opositora y a su corte de entusiasmados, no les conviene liberar a Cuba del castro-comunismo pues no tendrían justificación para seguir pegados a la teta del contribuyente norteamericano.

A quienes les sirva el traje, o la sayita, que se los pongan…

Y es que nosotros los seres cubanos, insisto, la mayoría, tenemos que acabar de despertar, tenemos que acabar de abrir bien grandes los ojos y dejar de andar en Belén tras los pastores, de vivir esperando a que un pico fino nos caiga de Dios sabe donde y nos marque la vida con una equis, nos diga qué tenemos que pensar porque, según él, es lo que más nos conviene, lo que mejor nos sirve y lo que no nace no crece…

¿Cuánto nos perdimos los cubanos por ser revolucionarios, socialistas y comemierdas?

Por ese camino, es decir, por transitar los trillos y las guardarrayas del socialismo, los seres cubanos perdimos la oportunidad de alcanzar lo mejor de la cultura de nuestro tiempo.

Es la perdición de nosotros los cubanos…

Y este fue el punto exacto donde nos perdimos, donde dejamos de ser cubanos y de reverenciar a nuestros ancestros, para convertirnos en apátridas y en profanadores de nuestra historia, de nuestras tradiciones, de nuestras raíces y de nuestra verdad, es decir, ser revolucionarios y apoyar a fidel castro nos involucionó al punto de que hoy a muchos de nosotros, a la inmensa mayoría de nosotros, no les importa si la Patria nos contempla orgullosa o si el dinero, la ropa de marca, las cadenitas de oro, la superficialidad, el oportunismo o la traición, son los mejores atributos de alguien que pretende ser libre.

Un “hombre” extraño con turbante y sin valor, otro idiota cubano…

Muy triste en qué nos hemos convertido algunos seres cubanos. Yo llamo la atención sobre esto pues no podemos seguir dándole tan mal ejemplo al mundo y que la gente nos mire con asco, con desprecio y con lástima…

¿Por qué los cubanos, los seres cubanos, nos hemos degenerado tanto?

Dicen que por dinero baila el mono y nosotros los seres cubanos, una gran mayoría, insisto para no absolutizar, hacemos hasta lo imposible por obtener el verde dólar, vendemos el alma, hacemos cualquier monería, atravesamos caminos oscuros, nos tiramos de un precipicio y hasta adulamos al menos indicado por tal de revolcarnos en la mierda, tirarnos el peo más alto que el culo o salir los Sábados, lo más planchaditos posible, con nuestras ropitas domingueras, una triste realidad y otra vergüenza nacional que, parece, se va imponiendo…

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