La debilidad mental y estomacal como armas de control dictatorial.
Yo insisto en que es hora de que los seres cubanos reaccionemos de una buena vez, reconozco que la tarea más titánica que tenemos es arrancarnos del alma ese maldito castrista que nos inocularon en vena y no dejarnos engañar, otra vez, con falsas promesas, no dejarnos arrastrar con ilusiones carnavaleras y no estrangularnos nosotros mismos resucitando al horrible monstruo de las tinieblas…