El fanatismo al “líder” y la adoración a los “pastores” de nosotros los cubanos.
A mi, lo que es a mi, a veces, me desilusiona mucho ser cubano, me avergüenza sobremanera tal ciudadanía porque, y lo digo con mucho dolor, en vez de ver que evolucionamos, lejos de adelantarnos a la idiotez y a la imbecilidad, siento que nos regodeamos en ellas, que nos damos tantos chapuzones de sandeces y superficialidades que pienso, y este es mi inmenso dolor, que nunca, pero nunca, vamos a salir de la letrina en que nosotros solitos nos metimos el 1 de Enero de 1959.
 
					 
						 
						 
						 
						 
						 
						 
						 
						 
						