De ahí que piense, es más, que asegure, que nosotros los seres cubanos debemos encontrar nuestro propio camino para liberarnos para siempre de tan oprobiosa dictadura castro-comunista, que tenemos que tomar conciencia plena de que nadie va a venir a librarnos de tan larguísimos años de humillación, de migración y de “extranjería” y que la libertad, ese estado natural de los seres humanos, y cubanos, empieza por cada individuo y solo se alcanza cuando somos capaces de distanciarnos de los males que nos acongojan, de los basureros de las esquinas, de las fosas reventadas en el medio de la calle y de la fuente, digo, del origen real de todos nuestros males y de los únicos y verdaderos culpables causantes de mi hambre, de mi indigencia, de mis miserias y de que tengamos todos, de una u otra manera, el corazón partí’o…