Los “influencers” en guerra y el pueblo cubano muriendo de hambre.

Insisto: Algunos de estos “influencers” se sienten como pez en el agua con estas guerritas de los palmares mientras el pueblo humilde de Cuba se desmaya en medio de la calle…

¿Y cómo está la situación en Cuba?

Y es que, por todo esto, los cubanos, en vez de evolucionar como Dios manda, nos hundimos irremediablemente en los retretes de la historia, marchamos hacia atrás hacia los peores “ideales” de quienes han pretendido dominar el mundo y nos retrotraemos, cada vez más, en la peor crisis material y espiritual que, sin remordimientos y paños tibios, condena a las naciones y a pueblos enteros a vivir de rodillas, a tragar fango, a comer mierda y romper zapatos, a pedir el agua y la luz por señas y a ser condenados eternamente a menear la cinturita al son de promesas incumplidas y prebendas malolientes, así de terrible…

¿Quién tiene la culpa del hambre y la indigencia que tenemos los cubanos?

Si bien es cierto que la dictadura castro-comunista, empezando por el hijo de puta de fidel castro, que a ciencia cierta fue el promotor de este desastre nacional, son los máximos responsables de la hecatombe cubana, yo digo que los principales protagonistas de esta calamidad somos todos los cubanos sin diferencia de credos, de filiaciones o de grados de patriotismo, somos todos que, de una forma u otra, con nuestra estupidez, con nuestra ceguera, con nuestra apatía o con nuestro oportunismo, hemos mal actuado para que la Patria cubana, la que nos legaron nuestros Padres Fundadores, sea la letrina, el micro mundo en el que hoy morimos…

La maldita e inalcanzable unidad entre cubanos…

Por eso no creo que los cubanos, los seres cubanos, como comunidad, nunca podamos estar unidos para jamás ser vencidos, no podamos luchar contra esa dictadura asesina, codo con codo, uno al lado de los otros y jamás podamos aceptar al compatriota a pesar de nuestras diferencias y aunque luchemos todos por un mismo objetivo.

Una preguntica: ¿Por qué los cubanos somos el pueblo más desesperado del mundo?

Pero también, desgraciadamente, existen muchos cubanos que se desesperan por hacer daño, por infligirle dolor a sus hermanos, por chivatear al prójimo para alcanzar beneficios personales, por humillar al de enfrente para resaltar en el país de los ciegos, por alcanzar puestos en la nomenclatura de esa terrible dictadura y por sobrevivir, a como de lugar, en medio de una isla sumida en la peor crisis económica, material y espiritual, de este universo redentor.

Hoy no tengo nada que decir sobre Cuba y los cubanos…

La gente piensa que hablar, escribir o pensar, sobre la realidad de Cuba, y sobre la existencia de los seres cubanos que viven en la isla, es fácil, es sencillo o es un simple ejercicio de contar historias que, la mar de veces, son desgarradoras, son acojonantes, son tristes, son absurdas o son aterradoras porque … Leer más

En Cuba no hay felicidad, Cuba es el país más triste del mundo.

Yo digo que los cubanos, incluso los que vivimos en el exilio, debemos, es mas, tenemos que acabar de abrir los ojos y dejar de promover la pacotilla mental de que Cuba es un país bueno, bonito y barato. No hay nada que dañe mas a una nación que tener a hijos que quieran vivir de ella como parásitos, como sabandijas pegadas a la teta de la Patria y vivir de su sabia y, lo mas triste, de la ingenuidad que aun persiste entre muchos de nosotros.

¿Y dónde está el Cristo de los cubanos?

Así mismo. Dónde estás que no te veo y si te veo… Y es que nosotros los cubanos, los seres cubanos de nación, los nacidos y criados en esa isla maldita disfrazada con ideales castro-comunistas, nos hemos ganado, por nuestra rabiosa y exagerada vocación “revolucionaria”, el abandono, la soledad, la incertidumbre, el peloteo y hasta, un poquito, el desprecio del amor divino y de la protección espiritual tan necesarios en estos tiempos de convulsa y degenerada existencia del espíritu, de putrefacción de la materia y de las mescolanzas de géneros y subgéneros donde uno nunca sabe si se es ocho o se es ochenta y ocho.

Porque, a decir verdad, el mundo de los cubanos está virado al revés, está puesto de cabeza desde que, el 1 de Enero de 1959, le abrimos nuestras piernas al monstruo de los infiernos, abrazamos sus tiznes con fervorosa pasión y nos entregamos, completicos de cuerpo y alma, a un ejército endemoniado de hienas, de meretrices ideológicas y de criminales, disfrazados todos de pastores de la luz, de corderitos del Señor y de mantos sagrados de un socialismo utópico que, al cabo de más de sesenta y cinco años de trágica existencia, nunca hemos podido tocar y mucho menos, pero muchísimo menos, saborear.

Por eso siempre digo que nosotros los cubanos no deberíamos quejarnos tanto, no, no y no, y es que la mala vida que hoy morimos es el resultado de nuestra incompetencia política, de nuestra inmensa credulidad a todos los que nos hablan bonito o nos dicen lo que queremos oír, de nuestro relajo y superficialidad nacionales, de nuestra poca fe, de nuestro escaso patriotismo y de nuestra excesiva comemierdería existencial cuando preferimos una pipa de cerveza, unos carnavales repletos de meao y una música sin sentido, a luchar por nuestros derechos, a tener claro qué es la verdadera libertad, a defender nuestra individualidad por encima de cualquier falso colectivismo y a tener nuestras propias creencias como lo más sagrado, valga la redundancia, que pueden tener los hombres, mujeres y niños de este planeta azul.
Porque la desgracia a todos nos llegó parejita. El desastre de esa maldita revolución de los apagones nos lo hemos tenido que tragar equitativamente como buenos socialistas, rectifico, nos lo hemos tenido que disparar los cubanos del pueblo, los que andamos descalzos, los que vamos a pie a todas partes, como si esa elección nuestra, más que una vida, fuera las muchas muertes que preferimos por adorar a un falso dios, qué digo dios, a un parásito embaucador que nos trastocó el destino, que nos cambió la esencia, que nos humilló como le dio su real gana y que nos hundió, yo digo que para siempre, en la peor letrina, en el peor excusado, de toda la historia de la humanidad.

Porque oportunidad de recomponernos y de salvarnos la hemos tenido por montones, la ocasión para deshacernos de esta fatídica agonía no nos han faltado, los motivos para despreciar y erradicar tamaño tumor nos han sobrado y, aun así, nuestra decisión “inquebrantable”, por terror o por placer, de continuar apoyando y defendiendo los efluvios del infierno, persisten en nuestra actitud, se prorrogan en tiempo y espacio en nuestras vidas y se perpetúan en generaciones y generaciones de nosotros como si los cubanos fuéramos una estirpe condenada al infortunio, a las enfermedades mortales, a los vicios degenerados, al mal vivir y a la despensa flojita.

Yo afirmo que nosotros los seres cubanos somos los únicos responsables y culpables de esta maldita agonía en la que vivimos. La decisión de “adorar” a un criminal, a una falsa ideología, a un régimen despótico, inhumano y materialista-dialéctico, y darle la espalda a la verdadera bondad, al camino cierto, a la fuerza creadora y a la transparencia del espíritu, fue unicamente nuestra, fue nuestra propia elección y fue la decisión colectiva más estúpida y destructiva que pudo tomar un pueblo con el cuento de que iba a construir la mejor sociedad del futuro.

Hoy los cubanos no tenemos vino, mucho menos pan, el pescado brilla por su ausencia y nosotros andamos por el mundo, y en nuestra propia tierra anegada en sangre, como cobardes en penitencia, como malos ejemplos de vida y como la peor raza que existe por el simple hecho, por la mala elección de, un día, bajar de nuestras almas el Sagrado Corazón de Jesús para encasquetarnos las diabólicas cuquitas del panteón revolucionario de los hermanos castro, así de triste…

Ricardo Santiago.

Una preguntica: ¿Ya hay comida, electricidad y libertad en Cuba?

Triste pero cierto. Más que eso yo digo que es una verdadera vergüenza que seamos así, que actuemos así y que nos comportemos de tal estúpida manera cuando los hechos, que están al alcance de todos, nos demuestran que esa revolución de los apagones es una farsa, que ese socialismo de alcantarillas es la gran estafa y que fidel y raúl no son más que unos criminales, unos asesinos y unos vulgares delincuentes, disfrazados de revolucionarios, de altruistas, de benefactores y de amiguitos vamos todos a cantar.

Y los cubanos renaceremos de entre la miseria, la indigencia y el hambre…

Es cierto, si hacemos bien las cosas es una verdad tan grande como un templo. Porque es demasiado horror para que sea sobrellevado por tantos corazones, porque es extrema la desgracia que estamos soportando y porque son más de sesenta y cinco larguísimos años hundiéndonos, desesperadamente, en nuestra propia mierda, en nuestros últimos suspiros, en … Leer más

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