Me asusta la complacencia de muchos cubanos, y de otros que no lo son, con el régimen de los Castros, porque tienen la intención o sueñan con abrir negocios de cualquier tipo en Cuba ahora que se formó el relajo empresarial en la isla. Es como una desesperación, una moda y un frenesí de timbiriches porque: “apúrate que allá no hay nada y cualquier cosa puede dar mucho dinero”.
Las opiniones y criterios en torno a este tema son bien diversos, así como las áreas más o menos rentables para invertir, crear empresas y desarrollar alguna que otra actividad económica “legal”.
Es cierto que en Cuba no hay nada, es más, nada de nada, es como si un torbellino degenerado nos destronara las iniciativas a los cubanos, las ganas de vivir y el sentido de prosperidad que una vez tuvimos. Es una cosa de locos, increíble, se necesita ver para creer y vivir para entender.
La industria cubana se fue a bolina con la administración de estos incapaces. No es noticia que muchas de las marcas importantes de Estados Unidos se fabricaban en Cuba y por tanto era aquí donde primero se consumían, portando al cubano de un importante nivel de ofertas comparable al de muchos países de primera línea en el mundo.
El socialismo es mísero, asfixiante e improductivo. La Revolución de los Castros se ensañó con la producción de bienes materiales con el cuento de que el consumo era un “pensamiento pequeño burgués” y que los proletarios y los revolucionarios no necesitan más que lo necesario para vivir. Por eso mandaron “al carajo el pan de gloria y la mantequilla”, menos para ellos, claro está.
La destrucción física, intelectual y espiritual de Cuba es consecuencia directa del sistema comunista y de nadie más, no busquemos otras justificaciones u otros culpables. La mala planificación, el nulo sentido empresarial, el temor a imponer iniciativas por parte de administrativos, el escaso conocimiento de las técnicas del mercado, la falta de competitividad, la industria nacional únicamente en poder del Estado, la ausencia de propiedad privada, la improductividad a todos los niveles, la escasez de información y la total dependencia de las decisiones y los disparates económicos de Fidel Castro llevaron a nuestro país a la ruina, a la mendicidad y a la indigencia.
Yo estoy a favor del desarrollo económico, intelectual y espiritual de la sociedad cubana, de la iniciativa privada, de apoyar e impulsar esa genialidad que tienen los cubanos para abrirse paso donde sea, donde menos usted lo imagina, pero a lo que si me niego es a que se coquetee con el régimen con tal de que te permitan abrir en La Habana cualquier tipo de empresa particular, por ejemplo la tintorería “La bola de churre” ¿se acuerdan?
Desgraciadamente esto está pasando, y mucho, estamos vendiendo el alma al diablo y bien barata, estamos cambiando “permisos y autorizos” por permitir a estos criminales seguir haciendo de las suyas en Cuba, por perpetuarse descaradamente en el poder con los hijos y los nietos y los nietos de los hijos, sin que nada ni nadie los pueda detener.
No es un secreto que estos mequetrefes están viviendo hoy de la enorme industria que representan el exilio, las remesas y sus “inversiones”. Descarada y cínicamente los comunistas se han convertido en parásitos de las mariposas.
Con los Castros no se pacta en nada, sólo en que se vayan pa’l carajo de Cuba y nos dejen construir un país de paz y prosperidad como merecemos y sabemos hacer los cubanos.
Muy bien dicho, un escrito leal y honesto. Gracias
Desgraciadamente, ni un solo pais latino hay felicidad.En mejico venden los ninos constantemente, porque hay en estados unidos millones de mejicanos, millones de salvadorenos,guatemartecos, hondurenos.Colombianos,Y millones de todos los latinos, todos queremos vivir en en los Estados Unidos y los que tiene los mejores trabajos son los cubanos porque tienen preferencia con los cubanos es eso,es eso preferencia?