El cachumbambé politiquero de los artistas del “viajeteo” cultural y los “fulas” que tanto aman.



Esto de los artistas “cubanos” que un día le ruegan a Dios por un viajecito a la “Yuma” pa’ sacarse un dinerito y otro día le huelen las nalgas al Diablo pa’ que los dejen salir en la televisión castrista, se ha convertido en el gran relajo universal impulsado por el régimen castro-comunista y sustentado por muchos en el exilio que, lejos de repudiar la actitud cómplice, blandengue y descarada de esos personajes, asisten a sus presentaciones como si “coser y cantar” no estuvieran, en el caso de Cuba, muy ligados al dolor de todo un pueblo.
En la vida real yo no voy a juzgar en mi comentario el “talento”, o no, de esos “embajadores” de la revolución castrista y su importancia, o no, repito, en la cultura cubana, no me compete, además a la mayoría de ellos, para no decir a ninguno, los sigo, soy fan o, tan siquiera, le “descargo” a lo que “hacen”.
Para nadie es un secreto que Miami ha devenido en la “CADECA” contrarrevolucionaria de muchos “personajes” del ámbito artístico cubano que, beneficiados por el mal llamado “intercambio cultural” impulsado por el contubernio oscuro entre el ex-presidente Obama y su “consorte” el General de la pamela, la anuencia de empresas, instituciones y negocios privados de varias ciudades de los Estados Unidos y los “aplausos” de cientos de exiliados, estos “artistas” aparecen y “desaparecen” de ese noble país con una tranquilidad pasmosa, sin los muy desvergonzados querer “meterse en política” y como si Miami fuera una extensión del Teatro Karl Marx, de la tribuna antiimperialista o del Café Cantante del Teatro Nacional, por citar algunos ejemplos.
Y digo desvergonzados porque hay que ser muy caradura para venir al corazón del exilio cubano, al lugar donde se concentran la mayor cantidad de historias terribles ocasionadas por el régimen castrista, al pedazo del mundo donde radican tantas y tantas almas laceradas por esa maldita revolución, a hacerse los graciosos, a contar chistes, a hablar tonterías y banalidades, a cantar, a comer frutas y a decir que no, que lo de ellos es el “arte” y que por eso no dicen que los castro, su dictadura y su socialismo son una reverendísima mierda y los causantes de que ellos mismos sean unos miserables.
Por eso no comulgo con ninguno. Tampoco con los que, desde aquí, les hacen el juego, les ríen las payasadas y les escuchan sus lamentos y sus cantos de sirenas milicianas. No creo en nadie, para mí la libertad de Cuba, la prosperidad del pueblo cubano, son fundamentales y este tipo de personajillos, los que “bailan” constantemente en la cuerda floja, son un impedimento para que esto se logre por el impacto, el alcance y la influencia que tienen sobre cientos de miles de compatriotas que, por una razón u otra, no ven más allá de la enorme mentira que les cuentan.
Y lo digo, llamo la atención, porque cada vez que la administración del Presidente Donald Trump que, por cierto, es la única que en muchísimos años se ha tomado en serio el tema de la libertad de Cuba, dicta alguna medida encaminada a cerrar el cerco y a ahogarlos económicamente, tales “artistas” saltan muy ofendidos porque, por ejemplo, limitaron el envió de remesas, suspendieron los vuelos de aerolíneas norteamericanas a varias ciudades cubanas, aplicaron el Capítulo III de la Ley Helms-Burton o declararon al General de la pamela, y a toda su parentela, desafectos, repulsivos, indeseados y no aceptados en suelo norteamericano.
Y yo digo que al final de esta larga historia que, por cierto, para que a nadie se le olvide, tiene más de sesenta larguísimos años, el Presidente Trump y sus medidas son bastante “decentes” pues yo, si tuviera el poder, le metería con todas mis fuerzas a esa revolución degenerada que es la única responsable, y nadie más, de las desgracias, los sufrimientos y los “calores” que padecemos todos, absolutamente todos, los cubanos.
Repito, hay que tener dignidad, vergüenza y responsabilidad histórica. Tenemos que ser consecuentes y tener el valor de, así mismo como criticamos con tanta “energía” las decisiones de un gobierno al ajustar su política exterior de acuerdo a sus intereses, también tenemos que hacerlo con la porquería de dictadura que nos avasalla cuando nos quita la electricidad constantemente, cuando nos tiene pasando un hambre de tres pares de c…, cuando tiene a nuestro país destrozado y cuando nos ha convertido en palitos barquilleros de una doctrina que ni da, ni dice donde hay…
Ricardo Santiago.



4 comentarios en «El cachumbambé politiquero de los artistas del “viajeteo” cultural y los “fulas” que tanto aman.»

  1. Ricardo Santiago ha levantado la voz, escrita en blanco y negro, con el «El cachumbambé politiquero de los artistas del “viajeteo” cultural y los “fulas” que tanto ama» como un verdadero cubano con decoro, valiente y audaz y lo felicito por su certera denuncia contra los que intentan arrastrar las dos almas de la hipocresía.

    Responder
  2. Yo estoy totalmente de acuerdo q quiten el intercambio cultura para siempre y no vengan mas a este gran país y esta gran nación ya q todos hablan mal de Miami y de estados unido abajo el intercambio cultura de doble moral

    Responder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Translate »