El castrismo envenenó el alma de los cubanos y la espiritualidad de toda una nación.



“Amaos los unos a los otros…” y fidel castro torció, envenenó y tergiversó las palabras del Señor sembrando el odio, la envidia, el resentimiento, la intolerancia, la estupidez ideológica y la pullita “revolucionaria” entre los cubanos.
Indiscutiblemente esos diabólicos sentimientos han sido y son la mejor arma del castro-comunismo para doblegar, someter y silenciar los deseos de libertad de un pueblo que por los últimos 60 años no conoce otra cosa que: “chivateaos los unos a los otros” como las palabras más significativas de las “cagadas escrituras” del marxismo-leninismo, del fidelismo y del comunismo que han conformado una perversa mentalidad en una buena parte del pueblo cubano.
Hace muchos años, en uno de esos recibimientos que dábamos a Presidentes de otros países en la 5ta avenida en La Habana, y donde el visitante, de pie sobre un descapotable, acompañado de fidel castro, pasaban saludando a diestra y siniestra con aquella risita estúpida que nunca se me olvida, «ambos inclusive», recuerdo, como si fuera ahora, que una de mis maestras exclamó eufórica y con palabras que le salieron del alma al paso de la caravana presidencial: “¡Miren eso… nuestro comandante parece un Santo…!
Yo estaba en 6to grado y les puedo jurar que esa imagen no se me olvida porque una de las cosas que más se “combatían” por aquellos años era justamente la santidad, la espiritualidad, la religiosidad y las creencias de las personas…, les hablo de los 70s del siglo pasado.
Yo no sé si fue por el agotamiento, la sed, las horas al sol esperando a que pasaran el fulano y el mengano, o sencillamente porque yo creía ciegamente en mi querida maestra, independientemente de mi enamoramiento, pero pude apreciar sobre la testa de ese cabrón un cúmulo de “un algo extraño” que a mí se me pareció mucho, muchísimo, a las aureolas de los muñequitos de la televisión cuando se “iban” al cielo.
Aquellas ingenuas palabras a mi maestra le costó el magisterio. Según el comisario del partido que “analizó” el caso, la comparación del comandante con un Santo, de la religión que fuera, propagaba las creencias religiosas del enemigo y “los verdaderos revolucionarios no se arrodillan ante nada ni ante nadie”.
Muchos años después la encontré y entre lágrimas me juró que en esa época ella era lo más atea del mundo, que después del incidente sí abrazó la palabra de Dios y que se arrepentía una y mil veces de haber entregado sus mejores años a “esos malditos que acabaron con mi vida y con mi vocación por la enseñanza…”.
Yo digo que una de las primeras víctimas mortales del comunismo fue la espiritualidad de los seres humanos.
Los “revolucionarios” no aceptan que las personas sean devotas de un Dios pero sí de un supremo líder al que tienen que obedecer ciegamente y seguir como si fueran mansos corderos rumbo al precipicio de los disparates.
Los líderes comunistas, es decir, los dictadores totalitarios, los tiranos del proletariado o los “masacradores” de las creencias ancestrales de los pueblos, tiemblan ante la palabra de Dios, ante la devoción religiosa de los hombres y ante la paz espiritual de las naciones porque saben que lo único que ellos en verdad ofrecen es hambre, miseria y muerte.
Con la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba fidel castro decidió, por conveniencia política, liberar las prohibiciones impuestas por él, y sólo por él, a la libertad religiosa de los cubanos, demostrando que el ateísmo comunista, más que una actitud militante, es una conveniencia diabólica para dotar al ser humano de mucho odio, de un absurdo “materialismo dialectico” y de una “racionalidad” colindante al fanatismo.
fidel castro fue a todas luces un criminal y un déspota consumado. ¿Cuántas generaciones de cubanos sufrieron atropellos por ser religiosos? ¿Cuántos hombres, mujeres y familias enteras fueron segregados por ir a la iglesia o a templos religiosos? ¿A cuántos incluso les costó la vida?
Muchos años después la vida se encargó de aclarar mi confusión sobre la “aureola” que creí ver en la testa del “divo” de Birán, digo la vida por utilizar una frase hecha, pero la pura verdad es que me di cuenta que nos habían apartado tanto, “a punta de ideas revolucionarias” y de un hambre de tres pares de c……, de la tradición religiosa de nuestra nación, que terminamos haciendo la cruz del gato, si me miras te mato, y tomando agua con azúcar prieta pa’ enmascarar los gritos de “ayúdanos Dios mío…”.
El castrismo convirtió a los peores asesinos del siglo XX y del XXI, léase fidel castro, el che guevara, etc, etc, etc, en “fuerzas del otro mundo” para que los “condenados de la tierra” tengan un “panteón” donde ir a soplarse los mocos…
Ricardo Santiago.



4 comentarios en «El castrismo envenenó el alma de los cubanos y la espiritualidad de toda una nación.»

  1. Es un regimen que dice «esto es rojo» y al otro día «no es rojo, es azúl» y todo el mundo lo acepta, ahora es una gracia en Cuba ir a la iglesia y creer en Dios, cuando había que ir a la iglesia y creer en Dios era cuando yo vivía allá, que se te «encarnaban» y te hacia la vida de cuadritos, con burlas e insultos por el solo hecho de creer en Dios, de practicar una religion

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  2. El retroceso más tenebroso que conoce la Humanidad lo encuentra con el castrismo. No sólo en lo referente al desarrollo del país, sino en el pensar y el vivir de las personas sometidas a una esclavitud que amenaza y oprime.
    Por donde lo observen se hace eco de la infelicidad más extendida, de los sufrimientos más generalizados y del luto más siniestro… Así fue exterminando voluntades y sembrando el terror.
    El temor que sienten ante Dios, es muy lógico, porque no conciben a alguien superior a ellos. Se pueden sentir dueños pero jamás admirados y respetados por un pueblo y ello marca las diferencias.
    Cuando comprobamos quiénes apoyan y sostienen aún al castrismo percibimos a títeres y fantoches; a ignorantes y gente sin escrúpulos; a verdugos y mercenarios. Esa es la élite, las huestes que alimentan un régimen condenado al fracaso y al desprecio universal.

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  3. Cuanto afan de daño e historias mal contadas en tus comentarios desde que arrancas a hablar ya la verdad tiembla y desaparece en todos tus escritos, todos tienen el mismo trasfondo vil de las medias verdades, los enredos y las patrañas y lo mas triste tu indiferencia ante la verdadera causa de asfixia del pueblo de donde te fuistes y por el que jamas has hecho ni haras nada por un poco de egoismo, un poco de maldad, un poco de indiferencia, otro poco de interes lucrativo, otro poco de vanidad, mucha cobardia y desprecio

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