La nueva generación de dictadores en Cuba, que son unos cuantos, tienen la vulgar intención de canonizar y santificar, traicionando lo que realmente necesita el pueblo cubano, al ave negra del infortunio de nuestra triste historia nacional, es decir, y dicho sin rodeos, al hijo de puta de fidel castro.
El régimen castrista se ha propuesto poner de “moda”, actualizar, eternizar y empotrarle nuevamente a los cubanos, como si no nos hubiera bastado más de medio siglo de sufrir los ridículos disparates, las improductivas masturbaciones cerebrales, las “travesuras”, los antojos dictatoriales, las caídas de nalga, los chichones revolucionarios y los buches amargos del “héroe number one del Moncada”, una reactualización del “pensamiento” de ese mequetrefe que no hizo otra cosa que destruir a Cuba y convertir a los cubanos en uno de los pueblos más miserables del mundo.
Una vez más la dictadura criminal que opera ilegalmente, y con total impunidad, en nuestro país, muestra, vierte o saca a relucir el profundo odio, la total subvaloración, el inmenso desprecio y la “inquina personal” que siente hacia nosotros al intentar, haciendo un “remake” de una mala, muy mala, qué digo mala, de una malísima, dañina, repugnante y despreciable película, perpetuar y “glorificar” los trillos del potrero por donde, por desgracia para todos nosotros, “cabalgara” cierta vez, montado de ladito sobre una bestia del infierno, el faro y guía de la revolución del picadillo.
Porque es que lo de estos tipejos con malas entrañas, y me refiero a los esbirros del régimen castro-comunista, no tiene nombre en la historia. Yo estoy seguro de que el castrismo, de tanto empujarnos, empujarnos, ponernos de vuelta entera, subirnos y bajarnos, patearnos, recontrajodernos la existencia y nosotros ahí, como si nada, aplaudiendo felices, contentos, marchando y desfilando hacia el porvenir con una estrella en la frente, se ha creído que el pueblo cubano está hecho de papel higiénico y que aguanta toda la mierda que le pongan sin protestar, agradecidos de la miseria en que nos obligan a vivir y que nos acostumbramos tanto a la porquería fidelista que ahora estamos como estamos, es decir, medio perdidos, desorientados, erráticos, dando muestras de nuestra chusmería nacional en las Naciones Unidas y provocando el asco entre las personas decentes de este planeta porque perdimos el Norte…, no…, el Norte no que huele a capitalismo y eso sí que no compañeros…, eso es traición a la patria y lo que queremos es rescatar la “luz” de tu oscuridad querido comandante.
Yo digo que se impone urgentemente, ante este nuevo atropello contra un pueblo que no soporta ni una piedrecita más sobre la montaña de escombros y pudrición que pesa sobre su vida en revolución, un llamado de alerta, de socorro, de atención y de advertencia, por parte de quienes tenemos vergüenza, dignidad y memoria, mucha memoria, para desacreditar esta nueva patraña del castrismo que quiere hundir “again” a Cuba, a nuestra Cuba, en el tenebroso mar de lodo en que nos sumergieron desde el mismísimo 1 de Enero de 1959 con el cuento de que brilla la Luna, brilla el Sol, “brillan” las ideas de nuestro comandante.
Para empezar esa revolución que se inventó fidel castro no es más que una perfidia involutiva, catastrófica, destructiva, apocalíptica, es decir, “elaborada” con ideas mal sanas, extremistas, impositivas, estúpidas, erigidas desde una tradición de gansterismo tropical mezclado con lo peor de las doctrinas criminales que sufrió la humanidad desde los tiempos imperiales romanos, pasando por las monarquías absolutistas, reaccionarias, los fascistas de todas partes, por la dictadura del “proletariado” soviética y las de sus satélites efervescentes que andaban en comparsa “comunista” un ratico pa’qui y otro pa’lla.
A ese batido letal de “ideologías” asfixiantes, para entender con mejor precisión el revoltillo de huevos culecos que “inmortalizó” fidel castro en Cuba, debemos sumarle los rasgos más siniestros de los abusadores de barrio, de los violadores de la salud mental de la infancia, de los torturadores, esbirros, maltratadores de mujeres, sicarios, traidores, terroristas, cobardes y de lo peor de la “comunidad” sociópata internacional.
Y son esos groseros “recuerdos” los que estos malditos quieren “rescatar” para las nuevas generaciones de cubanos, un “librito” repleto de obscenidades y de mustias imágenes pornográficas con “puticas” de una revolución que destruyó un país en pedazos, que le causó profundas heridas físicas y espirituales y que revienta cada día, cada minuto y cada segundo por culpa de las ideas de un fulano que significó para nosotros la peor desgracia de toda nuestra historia y a la que los cubanos, con decencia y patriotismo, tenemos que oponernos para que no se repita nunca, pero nunca más.
Ricardo Santiago.