En la vida real, la de vivir, a mi me divierte mucho, muchísimo, cuando los castristas, o sus defensores, hablan, expresan sus “ideas”, tienen sus ataques intestino-mentales, tiran sus “pasillitos” oratorios o desembuchan el montón de estupideces que les envenenan sus malísimas entrañas porque, aunque lo quieran disimular, no hay nada, pero absolutamente nada, que digan esos sujetos, que no provoque risa, burlas, incredulidad y asco, mucho asco.
Mientras más conozco al castro-comunismo, mientas más veo el desastre, la miseria, la indigencia y la vergüenza, que le causan a Cuba y a los cubanos, más fuerzas tengo para escribir Por Eso Me Fui De Cuba.
Pero si el castrista en cuestión es un títere, un mendrugo, un dibujito animado, un ministro, un presidente de algo, un pan con algo, un vocero o un cabo de la guardia siento un tiro, de esa asesina dictadura, entonces la bufonada, la payasada, la mierda parloteada, alcanza los límites del bochorno nacional, de la enajenación, de la pifia proletario-burguesa, de los limones “dulces”, de la vergüenza ajena y del veo, veo, qué ves, una cosa, de qué color…
Empezando por su eterno líder… ¡Solavaya echa ese muerto oscuro pa’llá!, que nunca quiso entender que en boca cerrada no entran moscas, la caterva de “defensores” del tibor del socialismo, que le han sucedido, no se han cansado de mentir, de tergiversar, de manipular y de hacer el ridículo en cuanto a Cuba y a su pueblo se refiere.
A veces pienso que tales “taños”: ¿to’ el mundo sabe qué es un taño?, viven en otra galaxia y solo ponen los pies en la tierra, es decir, en Cubita la sufrida, cuando llega el café a la bodega, cuando reparten la “jabita” por servilismos prestados o cuando tienen que formar sus desagradables, abusadoras y miserables tanganas revolucionarias para “combatir al enemigo”, para intentar amedrentar a seres cubanos indefensos, para “resaltar” la criminalidad de esa maldita revolución de humildes caras de palo y para demostrar, que quienes se les opongan, serán repudiados eternamente por un pueblo enardecido, fidelista y gritón, que marcha, que avanza en comparsa santiaguera, perdón, en masa compacta, defendiendo, con uñas y dientes, su mezquino socialismo de tempestades.
Hay que tener la cara muy descarada, el cerebro muy vacío y el corazón muy cobarde y muy traidor, para prestarse, como jauría enloquecida, rabiosa y hambrienta, para pretender hacerle creer al mundo, y a nosotros mismos, a estas alturas del partido, que ese piquete de energúmenos, poseídos por el síndrome de la diarrea del Diablo, son todo el pueblo y no, únicamente, los imbéciles útiles de una mierdera revolución responsable del desastre económico, ético y social, que se vive en Cuba y que “disfrutamos”, todos los cubanos, incluyendo a los rabiosos.
En un país donde no existe absolutamente nada, donde se ha perdido hasta la vergüenza estatal, resulta lamentablemente bochornoso que veamos espectáculos tan deleznables, tamaño atropello a la integridad física y espiritual de los ciudadanos, que seamos testigos de tanto salvajismo sangriento y de tanta obstrucción intestinal y mental, cuando el poder gubernamental, es decir, las fuerzas que ocupan el poder en mi país, desatan su odio, su frustración, sus miedos y su cobardía, reprimiendo a individuos que se les oponen pacíficamente y que solo tienen su verdad para defenderse.
Por eso digo que la insolencia, la manipulación y las mariconadas, de la comparsa castrista contra los seres cubanos, alcanzan hoy proporciones bíblicas, de diluvio universal, de castigo divino y de plaga cizañera pues es triste, muy triste, ver una parte, de un mismo pueblo, devorando a la otra para cagar una revolución que, al final, no nos beneficia a ninguno de nosotros.
Perdón pero la situación tan desesperante que vivimos hoy no es culpa del pueblo, ni del cambio climático, ni de las crisis mundiales y mucho menos del embargo económico norteamericano.
La porquería de vida que se vive en Cuba es únicamente responsabilidad de ese maldito castro-comunismo, de sus cerebros huecos, de sus “combatientes” apandillados y de sus idiotas de repudio que convirtieron una Isla muy próspera y magnífica, en un tibor, en una letrina, en una zanja putrefacta, miserable, lastimosa y empantanada de angustias, de desesperación y de maldad, para saquearla a sus anchas, y robarle sus tesoros, sin que nadie pueda decir ni jí.
Por eso siempre reitero que los cómplices del castrismo, los que se prestan para apoyar los desmanes de esa criminal dictadura, tienen que ser juzgados y sentenciados por crímenes de lesa humanidad, igualitico que sus amos, los verdugos de la nación cubana.
Ricardo Santiago.
Viejo cuántos años tienes escribiendo? Cuántos años tenías cuando te fuiste de Cuba a luchar cobardeme escribiendo pendejadas desde otro país, cuántas vainas ,cuanto trabajo pasa el pueblo cubano por causa del bloqueo y las sanciones de EU Obama lo suavizó pero Trump lo empeoró y tú escribiendo, cobarde!
Dime en que país comunista se puede escribir la verdad desde pequeño no criaron con la mentira ni los periodistas puede pues como dijo el loco difunto por la revolución todo se vale contra la revolución nada vale cuál es el sueño y futuro del cubano ver como se le va la vida
Gracias Adayns.