El que inventó el sistema electoral cubano, el de ahora, es decir, el posterior a 1959, se quedó medio trastornado, inservible pa’ usar el coco pa’ otra cosa, chupándose el dedo en medio de la calle, con un ronquí’o muy extraño en el pecho, ahuecando el ala cada cinco minutos y mirando to’ el tiempo pa’rriba pa’ vigilar que no le caigan en su cabeza los raíles de punta de la decencia, la lógica, la razón, la vergüenza y el sentido común de los seres humanos .
Yo digo que a este degenerado, a este “genio” de la lámpara, perdón, de las votaciones, de tanto pensar y tanto calcular cómo mantener eternamente a esa diabólica dictadura en el poder tiene que habérsele salido medio cerebro por los ojos o por otro lugar.
Se imaginan cuántas neuronas hay que invertir para que las personas levanten sus manos “por unanimidad”, vayan a las urnas un domingo tempranito, tempranito, y sin tomar café, depositen su voto secreto y revolucionario y a su vez estos den vueltas y vueltas y siempre caigan en el mismo lugar, no, del carajo y la vela, el tipo acabó con el manteca’o.
Pero al final le dio resultado, es incuestionable la magnificencia de esta burla a la democracia y a la inteligencia de los pueblos, esto nadie puede ponerlo en dudas porque la prueba está ahí, rígida y palpable como una palma real, pues el “quítate tú pa’ ponerme yo” de otras regiones del mundo aquí, en Cuba, fue acallado por un rotundo me quito yo y me pongo yo, sin derecho a protestar, gústele a quien le guste y pésele a quien le pese.
Desde la base esta farsa electoral nace torcida porque usted solo tiene la opción de elegir a elementos comunes con el régimen, dicho en buen cubano a un yo soy Fidel o a un fidelista por siempre, nunca a una voz discordante, mucho menos crítica de la dictadura, solo gente bien pelada, afeitada, que nunca se “agachen” y cuando más se acepta que tenga un bigotico, si usan camisitas a cuadro mucho mejor, con dos o tres bolígrafos en el bolsillo, unos robots de cuerda que repitan como cotorritas las “verdades” de la revolución, las mierdas que decía el Puñetero de Birán y los únicos que podrán solucionar los problemas de la población porque son herederos de la estirpe de los mambises y del bla, bla, bla….
Después estos “elegidos” son los encargados de promover a “los mejores” para el siguiente nivel. “Los mejores” de “los mejores” a su vez son lanzados hacia la grandeza donde solo queda discernir, entre tanta “pulcritud”, al grupo de “ángeles” que nos representará en el gran parlamento celestial de la patria revolucionaria y socialista votada por unanimidad…, no, cuando yo lo digo, un enredo tremendo, por gusto, tanta mierda para legitimar el fraude, la mentira y la estafa de los verdaderos sentimientos del pueblo cubano.
¿Complicado verdad? Pues así mismo es, nos timaron con ese invento y esa payasada de democracia socialista, nos engatusaron con el cuento de que en cada barrio habría un diputado presto a resolver nuestros problemas y en el Palacio de la “pulcritud ideológica” un grupo de excelsos revolucionarios siempre dispuestos, con la mano en alto, unánimemente, a aprobar cada designio, cada genialidad, cada disparate y cada paja mental de nuestro flamante presidente “electo democráticamente” por el pueblo.
Pensándolo bien se me ocurre una pregunta: ¿Qué le hicimos los cubanos a esos Castro para que se ensañaran de esa manera contra nosotros?
Sí, porque por cualquier parte que usted lo mire esa pandilla de cuatreros todo lo que ha hecho en Cuba, a la corta o a la larga, es provocar la mayor desgracia, el peor sufrimiento y los zapaticos me aprietan a todo el pueblo de Cuba.
Ahora preparan un nuevo paripé electoral, se llenan la boca hablando de democracia, transparencia y unidad del pueblo cuando todo el mundo sabe que la suerte está echada desde hace mucho tiempo y que el General-Presidente está loco por soltar el “carguito” que le regalaron porque, entre otras muchas cosas, el no está pa’ eso, le queda grande y no le pega ni con cola ni con colina ni con la saya de su madrina.
Ricardo Santiago.
El que inventó la goma de borrar tiene más méritos que aquel inservible que tan siquiera pensó en elecciones en Cuba. Mencionar un sistema como ése a la ultranza castrista ya la imaginación se golpeó de lleno con un CIRCO.
Deseo aclarar algo el engranaje no fue nada difícil; el pueblo sólo participa en las circunscripciones, ya en municipios, provincias y nación se ocupan las comisiones respectivas. El carguito de General-Presidente lo eligen seguro unos 15 diputados.
Retomo lo de Circo. La carpa reúne a la mayoría de los elementos: animadores, trapecistas, magos, hasta payasos y animales. Si porque hablan de usar palomas mensajeras en lugares intrincados del pais.
Los animadores son los encargados de las funciones más irrisorias los que obligan a ejercer el voto unánime por los candidatos, los trapecistas son aquellos ancianos o no que obligan la asistencia de los vecinos, los payasos cuidan las mesas.
Los magos, ésos son los más importantes y les corresponde sumar los NO que sean siempre SI, y nada de boletas en blanco.
Ricardo Santiago se trata de un choteo, una burla a la Democracia y como tal hay que definir el proceso electoral, cuyos elegidos tienen que militar en la UJC o el PCC.
El Partido único con su total y manifiesta incompetencia es el ardid que les permite echar a andar esa maquinaria para legitimar el fraude y la estafa.
La Democracia con los castristas perdió el rumbo y yace en los arrabales de un peliculón a la espera de ese CIRCO…