Bueno, “visto el caso y analizado los hechos”, he de decir que algunos amigos míos de la contrarrevolución y del anticastrismo furibundos dicen que sí, que en Cuba y a los cubanos nos hacen falta unas buenas elecciones libres para demostrarle al régimen, con nuestro voto secreto y directo, la cantidad de pueblo que los aborrece, los detesta, los odia, los rechaza y están asqueados de verlos, escucharlos y soportarlos: “Es que, mi’jito, son 60 años con la misma cantaleta y al final lo que nos prometió Martí, fidel castro se lo pasó por el mismísimo c… dejando a los cubanos en la miseria más desoladora y en la esclavitud más angustiosa”.
Otros amigos dicen que las necesitamos, las elecciones, quieren decir, porque los cubanos llevamos casi 70 años sin pararnos frente a una urna decente pues desde un poco antes de 1952 en Cuba no hay nada que se les parezca para elegir al presidente de la República, a un Alcalde, a un Concejal, a un Congresista o tan siquiera a un simple Representante del pueblo de forma verdaderamente democrática.
Porque a los cubanos también nos apagaron la luz y nos quitaron el agua en el tema de expresarnos libremente. Dice mi amiga la cínica que la prueba máxima de nuestro “salvajismo democrático” está en el hecho de que somos el único país del mundo que estuvo 24 años funcionando sin una Constitución y que nosotros ahí, como si nada, como si eso fuera un chiste, cosas de muchachos que no saben lo que hacen, en fin, que si pudimos aceptar una aberración, una ilegalidad y un relajo absolutista tan grande, esto de elegir por el voto libre y soberano a nuestros “administradores” de cualquiera de los niveles del Estado, es una nimiedad porque “aquí hay cosas más importantes que resolver”.
Y yo digo que ese es el gran problema que tenemos los cubanos, que nos creemos cualquier cuento de caminos en esto de la “política y los políticos que nos afectan”, y entonces vamos pa’quí o pa’llá en dependencia de para donde se sienta mejor el olor del “arroz con frijoles”.
La grandeza de la democracia está en la libertad, en la absoluta libertad, que tienen, quienes participan de ella, de elegir sin presiones a quienes van a representarlos ante el sistema de leyes, estrategias, tácticas y “tejes y manejes” que son, en definitiva, los que conforman y determinan la organicidad y el funcionamiento de un país.
Pero Cuba y los cubanos, en este tema de marque con una X dentro del círculo, nos fuimos “del aire” en una tremendísima descarga sanitaria el 1 de Enero de 1959. Es cierto que el General Batista prohibió la Constitución, nuestra única y legítima Constitución, durante el tiempo que estuvo en el poder, a cambio disparó a Cuba a niveles estratosféricos en materia de desarrollo económico, social y cultural, pero en el caso que nos ocupa, es decir, en el de la boleta tramposa de Biran y su hermano el General de la coqueta, perdón, de la pamela, lo nuestro ha sido negro con pespuntes negros porque, al final de la historia, ni Constitución de ningún año, ni elecciones libres, ni urnas decentes, ni políticos jalándose los pelos “en buena onda”, ni presidentes de la República elegidos con gusto por la mayoría del pueblo, ni democracia y ni vergüenza, ni un poquito de vergüenza.
Y digo esto porque desde que el castrismo inventó esa mierda del Poder Popular y a votar temprano, a elegir a los mejores, el poder del pueblo ese sí es poder, con la guardia en alto pa’ que no se cuele un “gusano” en la caja de cartón, digo, en la urna revolucionaria, nuestra suerte quedó echada sin sal y sin pimienta y nuestras aspiraciones de ser un país que funcione con la decencia como virtud, con la libertad como un derecho y con la razón como principal argumento, la dictadura castrista, el régimen castro-comunista y todo su sistema electoral de porquería lo tiran a diario en el tibor de esa maldita revolución del picadillo.
Por eso yo digo que, a nosotros los cubanos, de nada nos sirve tener elecciones, como las de la “yuma”, mientras exista en Cuba una tiranía totalitaria, criminal, fraudulenta e inescrupulosa capaz de obligar a votar a su favor, con la cara más dura del mundo, a los extraterrestres, a las almas en pena, a los zombis de las películas, a los pistoleros, a los indios, a Bruceslay y a la madre que los parió.
Si queremos elecciones libres tenemos un único camino…
Ricardo Santiago.
Excelente comentario, gracias.
Cuba es una finca mal administrada con un dueño sanguinario, eso nunca va a funcionar como un país democrático y libre al no ser a través de una verdadera revuelta del pueblo, cosa que veo difícil, al menos por ahora.