fidel castro y su revolución del picadillo, las grandes mentiras del Siglo XX, del XXI y del XXII.



Un amigo me pregunta cuál fue la mentira más grande dicha por fidel castro.
Les tengo que confesar que he estado más de una semana pensando para responder. He buscado información por todas partes, le he preguntado a “Google” y a mi amiga la cínica, me he retrotraído en mis pensamientos buscando algún recuerdo, un pasaje bochornoso, una acción disparatada, una confesión “perdida” y hasta una que otra trampa de la memoria pero nada, no encuentro cómo responder a esa pregunta a no ser que le formule otra a mi amigo y de paso les pida ayuda a Ustedes con esta locura: ¿fidel castro alguna vez le dijo la verdad a los cubanos?
En mi primera modesta opinión ese falso profeta sustentó su vida sobre una burda, vil, desquiciada y egocéntrica mentira, su muerte también, pero de eso nos ocuparemos en otro comentario.
Por cierto, una jodedera “inocentona”: ¿Se han fijado que fidel y raúl castro no se parecen físicamente en nada…?
Bien, pongámonos serios, existen un montón de libros dedicados a resaltar, magnificar y despilfarrar la vida del “gran dictador de las Américas”. En todos, más o menos, dependiendo del nivel de tracatanería o chicharroneria del autor, se intenta demostrar que ese vil sujeto fue un prócer de la bondad y del “cariño”, un “abanderado” de los ideales revolucionarios más avanzados, un merolico socialista de los pulovitos a rayas desbemba’os y un “mártir” de la amistad entre los pueblos, de la solidaridad, del altruismo y del sacrificio para que lo hicieran otros mientras el muy descara’o se echaba aire en los “overocos”.
Yo no voy a entrar en un dime que te diré con tales autores porque de nada sirve discutir, polemizar o discernir con personas que no ven más allá de sus narices, que responden a imposiciones dictatoriales o fanáticas, que se alimentan con las migajas que les suelta un régimen totalitario o, simplemente, que se ponen de espaldas a la razón, a la verdad y a la justicia, por miedo a que “los pongan en lo oscuro a morir como traidores…”, de nada sirve.
Porque, hablando con la verdad, fidel castro hizo visibles sus embustes desde el mismísimo momento en que envió a un grupo de infelices, como carne de cañón, a asaltar el Cuartel Moncada el 26 de Julio de 1953. Su alegato en el juicio que le oficiaron por tan cruel, cobarde, traicionero y terrorista acto, conocido como “La historia me absolverá”, nos lo vendieron a los seres cubanos, por generaciones de generaciones, como el “manifiesto” del castrismo y nos lo empujaron a pulso, a cucharadas patrioteras, a la trompada y a “haz lo que yo digo y no lo que yo hago”, como si fuera el documento más sagrado de la Patria. Al final ese folletín grosero, idealista y mentiroso se convirtió en un verdadero purgante que los cubanos nos teníamos que aprender casi de memoria.
Pero, al final, el “panfletico”, son puras mentiras. Cada una de las justificaciones que puso fidel castro, para intentar argumentar su cobarde actitud, demuestra que ese mal nacido, criminal e inventor del terrorismo, no fue más que un farsante.
Nada de lo que intentó vender con su perorata de abogado sin bufete lo cumplió cuando dio su golpe de estado el 1 de Enero de 1959. Los servicios sanitarios y la educación gratuita al cubano de Cuba nos salieron más caros que el carajo, las gratuidades y subvenciones del “socialismo” mal pensado de ese pandillero sólo multiplicaron el hambre y la miseria del pueblo, la alfabetización fue una maniobra orquestada para que el mundo se tragara la “guayaba” de la vocación “humanista” de la revolución del picadillo y para disfrazar que, a partir de esos momentos, el “cubano lector” solo recibiría una información manipulada, tergiversada, envenenada y politizada.
La reforma agraria otra puta falsedad y la soberanía de la Patria un mal negocio que hizo con los soviéticos para justificar su eterna “guerrita”, su “belicosidad” y su chusmería contra los americanos.
Aun continúo buscando y rebuscando cuál fue la mentira más grande que nos metió el cambolo de Santa Ifigenia y no logro encontrarla. Es que los seres cubanos nunca vimos pasar ninguna de las promesas que nos hizo el muy hijo de p… y la única realidad que si podemos contar es que nos dejó un país abrumado, podrido, raquítico, miserable, en cuaresma, ridículo y desprestigiado.
Ricardo Santiago.



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