La dictadura castrista es la única causante de la “desordenada” violencia que existe en Cuba por imponer a los cubanos una “ordenada” tiranía por casi 60 años.
A Fidel Castro, quien la inventó, le gustaba aparentar que era un tipo violento, guaposo, hombre a to’, temerario, dicen que el muy hijo de puta disfrutaba ver “temblar” a los hombres cuando los miraba, cuando se dirigía a ellos por algún motivo o cuando decía: “Tráiganme a fulano…” porque sabía del chorreteo de caca que dejaba el infeliz por los pasillos de cualquier lugar.
Basta con mirar las poses, la arrogancia y la actitud de este profesional del bullying para entender cómo pudo establecer un régimen totalitario, abusador, violento y desarraigado en una nación donde las más notables características de sus ciudadanos eran la afabilidad, la cordialidad, la decencia y el respeto.
El cubano era un tipo tranquilo, compartidor, amable y buen amigo.
Yo soy del criterio que este monstruo de la ponzoña y del espanto, en el fondo, no era más que un infeliz acomplejado y un cobarde que necesitaba hacer daño para contrarrestar las carencias de su alma, vaya, en otras palabras, un desalmado farsante sin escrúpulos que abusaba del poder y se escabullía entre sus bien entrenados guardaespaldas para soltar sus bravuconerías y sus insultos.
A Fidel Castro las personas no lo respetaban, en lo absoluto, más bien le temían y lo detestaban…
Un tipo así, con un alma tan sádica, torcida, morbosa, déspota y “descontrolada” fue quien trazó el destino de la nación cubana por más de 50 años. ¿Qué podemos esperar entonces los cubanos?
La dictadura castrista, desde el mismísimo 1 de Enero de 1959, desató sobre los cubanos una violencia sin cuartel argumentando la defensa de la patria, la revolución y el socialismo de un enemigo muy poderosos que quería borrarnos de la faz de la tierra.
“La violencia1 es el tipo de interacción entre sujetos que se manifiesta en aquellas conductas o situaciones que, de forma deliberada, aprendida o imitada,2 provocan o amenazan con hacer daño o sometimiento grave (físico, sexual, verbal o psicológico) a un individuo o a una colectividad;3 o los afectan de tal manera que limitan sus potencialidades presentes o las futuras.4 Puede producirse a través de acciones y lenguajes, pero también de silencios e inacciones.” (Wikipedia)
Pero: ¿Eso fue lo que pedimos los cubanos?
Al final los americanos nunca nos invadieron, nos atacaron, nos lanzaron sus misiles o nos enviaron a sus marines. Pero: ¿Cuantas generaciones de cubanos crecimos con el temor a la bomba atómica, al yanqui esclavizándonos a punta de bayoneta, al país destruido por los bombardeos, la metralla y a las familias divididas por “los desastres de la guerra”?
El discurso castrista se sustentó en la creación de un enemigo al que había que enfrentarse constantemente, desde las escuelas, los centros de trabajo, el servicio militar, nuestras viviendas, nuestros barrios y nuestras calles, todo el tiempo teníamos una actitud beligerante, una disposición a “combatir” y unas ganas de fajarnos con los fantasmas yanquis que yo no sé cómo no nos asqueamos de los McDonald sin haberlos comido nunca. “No te duermas que los tipos están ahí, cerquitica…”.
Al final quienes destruyeron el país, quienes nos esclavizaron el cuerpo y el alma, quienes desbarataron a la familia cubana, quienes nos metieron la bomba atómica hasta por el c… y quienes acabaron y destrozaron la Patria fueron los Castro, únicamente este par de… ya no tengo palabras para describir a estos mal nacidos.
La violencia castrista contra el pueblo cubano tiene muchas maneras de manifestarse, y digo contra el pueblo porque nadie en Cuba escapa a este horrible y asqueroso esperpento, porque desde el adoctrinamiento ideológico, el racionamiento y la escasez de alimentos, la supresión de los más elementales servicios, la falta de libertades cívicas, la constitución socialistas y los “Condes de los potreros de Birán” permanentemente en el poder, son las más vivibles formas de violencia, ejercida por un Estado, contra los ciudadanos de cualquier nación.
La violencia física que ejercen los sicarios del régimen contra la oposición pacífica, y que es visible hoy gracias al desarrollo tecnológico y las redes sociales, es parte de ese terrorismo estatal que se orquestó, desde el mismo año 59, contra todos los cubanos, no ha cambiado nada.
No nos dejemos engañar más, Cuba es un país violento porque los dictadores que tiranizan a su pueblo ejercen el terrorismo, la violencia, el crimen, la delincuencia y la indecencia desde los poderes del Estado.
Quien pueda desmentirme que lo haga.
Ricardo Santiago.