La gran mentira de la revolución del picadillo, y por consiguiente la de sus “pinochitos de madera, cabezones, testarudos y majaderos”, es que viva fidel, yo soy fidel, fidel seguro…, aguacate maduro…, pa’ lo que sea fidel y cualquier otra porquería de esas relacionadas con el achicharrado esperpento “revolucionario”, protagonista principal de Viernes 13, 14 y 15, la película de terror más “terrorífica” que ojos humanos han visto y que nos estamos disparando los cubanos, a la fuerza, a empellones, ¡cojo suelta la botella! y “para subir al cielo”, desde el 1 de Enero de 1959 y hasta Dios sabe cuándo.
Y digo esto porque es muy evidente que los primeros que estaban locos, desesperados, apurados y felices de que la Tropicola de Birán estirara la pata, se fuera del parque, le dieran guiso, ñampiti gorrión, se lo llevara la pelona o se atragantara con su propio excremento comunista eran los mismísimos castristas encabezados por su hermano raúl, qué tiene raúl, qué tiene raúl, que los imperialistas le dicen…
Dice mi amiga la cínica que en la vida real fidel castro fue un estorbo para todo el mundo porque el tipo no le daba luz a nadie, ni un chance, una vuelta en su chivichana ni a la madre que lo parió y mucho menos a su pequeño hermano pirulín a quien consideraba un flojo, un advenedizo, un incapaz y un protegido que si no hubiera sido porque él era el jefe se habría quedado en casa lavando y planchando pa’ la calle.
Hasta cierto punto la cínica tiene razón, durante todo el tiempo, más de 50 años, en que fidel castro ejerció su dictatorial poder en Cuba, todo cuanto se hacía en nuestro país era única y exclusivamente por su ordeno y mando o, dicho en buen cubano, por sus “santos” cojo… aunque el proyecto en sí fuera un reverendísimo disparate, desangrara la economía del país o costara la vida de cientos de miles de cubanos.
Solo fidel castro podía pensar en Cuba, solo a él se le ocurrían las “brillantes” promesas del socialismo “desarrollado” lloviendo café con leche y en vez de agua en las pilas de las casas jugo de guayaba bien frío aunque cuando termináramos de bañarnos quedáramos to’ empalagosos y nos comieran las hormigas.
Porque en eso se convirtió Cuba, en un enorme y destructivo disparate que acabó con la existencia de todos nosotros y nos hundió en la más terrible de las miserias: qué tiene fidel, qué tiene fidel…, maldito hijo de puta.
Es por eso que estoy convencido que, empezando por raúl castro y terminando por el “apagado” consejo de ministros de la revolución del picadillo, la muerte del eterno líder de los comunistas castristas significó la alegría de vivir de muchos de esos tracatanes de la raspadura que vivían punto en boca, tragando en seco, corriendo a bajar la cabeza, lo que usted diga comandante, usted es un genio comandante, si usted fuera comandante no me hiciera hacer esas cosas, qué tiene fidel, qué tiene fidel, que los americanos se cagan en él.
Y, como bien dice el dicho, muerto el perro se acabó la rabia y, para que no haya casualidad, inventos ni arrepentimientos de última hora de moriviví, al fulano le dieron candela, lo convirtieron en polvo pa’ brujerías y le sonaron un tremendo perro cambolo encima para que ni por asomo se le ocurriera resucitar y joderle así el relajito de la cogioca, es decir, el roba-roba, a la familia castro-espín.
Porque: ¿No es justamente en eso en lo que se ha convertido Cuba? Hasta un presidente dominguín sentaron en el tibor de la revolución para que el muy pendejo se lleve los gaznatones, las culpas del desastre causado por los castro, aparentar que ahora somos una dictadura democrática, que ya no somos comunistas y quita esa cara de comemierda díaz canel que ahí viene el tren…
Por eso digo que esa payasada de imitar, celebrar, vitorear y enaltecer al inhumano ser que destruyó la nación cubana, destrozó al pueblo cubano, hizo miserable la vida en Cuba, vulgarizó las relaciones interpersonales y traumatizó a los cubanos en locos por el “faster”, es otra manera de los castristas sin sombra de entretenernos, subirnos la adrenalina pa’ disimular el hambre, desviar nuestra atención del robo del honor y la verguenza nacionales, que sigamos pensando que la mierda es carne y qué tiene raúl, qué tiene raúl, que es una viej…
Ricardo Santiago.
JAJAJAJAJA FIDEL CASTRO NO LLEGO AL INFIERNO SU PADRE EL DIABLO LE DIJO BUSCA DONDE METERTE PORQUE CON LOS CUBANOS FUISTES MAS MALO QUE YO EL DIABLO JAJAJAJA
Genial!!!!!!
Ceniza en Jefe: ¡ Ordene !
Resumen «La mentira más grande del castrismo, aunque muchos no lo crean, es fidel».