La peor desgracia para un país es que le caiga encima la plaga del socialismo.



El castro-comunismo no escatima esfuerzos para mantener a sus adeptos, a sus ecos de las cavernas, a sus repetidores de señales patrioteras, a sus damajuanas de la retórica fidelista y a sus “espías” cibernéticos, en constante “estado de alerta”, creando el terror, la mala respuesta, el absurdo politiquero, las estupideces revolucionarias, las vulgaridades, la chusmería y el odio socialistas, en las redes sociales y en la vida de vivir de los seres cubanos en Cuba y en el mundo entero.
Dice mi amiga la cínica que estos tipejos perdieron el sentido de hacer el ridículo y que por tal de mantenerse a flote, y en gracia con la maquinaria de represión, que es la dictadura castrista, repiten las sandeces que les orientan y así ponen a salvo sus prostituidos traseros y la mierda de prebendas que les dan.
raúl castro sabe que sus días están contados y cuelga sus esperanzas en la lengua de sus adulones, tracatanes y vocingleros, ruega a las 11 mil vírgenes para que lo “protejan” y estrangula su viejo pescuezo con la medallita del santo chivato de los militantes, cual amuleto gastado y carcomido por el odio y la rabia, para ver, si de casualidad, este le otorga unos mesecitos más y logra consolidar su “locura disparatada” de una dinastía-militar-capitalista-comunista de porquería.
La desesperación es mala consejera, pero la gula de poder es la mayor perdición de los hombres. Este advenedizo no entiende que en materia de gobierno y democracia ya está casi todo inventado, que sus disparates y sus aleteos leguleyos se los puede meter en el c… pues el pueblo cubano lo único que necesita es que se vayan pa’l carajo de Cuba y nos dejen construir un país próspero y decente.
La realidad es que la maquinaria castrista, simplificada en el tibor del socialismo donde han sentado a un títere como díaz canel, ha quintuplicado hasta el infinito la represión, la censura, el terrorismo desde el estado y el secuestro de todas las libertades de nosotros los cubanos.
Para lograrlo, el régimen castrista, como es lógico, utiliza a sus comunistas de tibor. Un comunista de tibor es un “hombre nuevo-nuevecito”, de esos de la última generación de especímenes del absurdo, es decir, más cruel, más imbécil, más anti-cubano y un fanático practicante de la sumisión, que asesina, chivatea y reprime a cambio de unos cuantos muslos de pollo, jabitas con un desodorante, unas palmaditas en la espalda, un diploma impreso en cualquier fotocopiadora barata y, para los más aventajados, un chancecito en internet para que le lloriqueen recargas a la gente del “Norte”.
La intimidación, las golpizas, el chantaje, el abuso de poder y la represión revolucionarias son las técnicas que mejor dominan estos “defensores” del socialismo en Cuba. Una amalgama de atrocidades que se traducen, en buen cristiano, como el intento por silenciar, acallar, hacer desaparecer y destruir vilmente a los seres cubanos que piensan diferente.
Esta nueva hornada de represores directos e indirectos son el non plus ultra de la creación castro-comunista, son la perfección lograda más allá de cualquier tendencia y son el principal enemigo, hoy por hoy, de Cuba y de todos los cubanos. Son, en definitiva, los esbirros-tibores de esa maldita, cruel e ilegal dictadura.
Para mi gusto, tibor, es una de las palabras que más feo “suenan” en la lengua castellana. Es uno de esos vocablos que trato de no utilizar aunque reconozco que el objeto en sí puede exhibir una gran “belleza” por la diversidad de sus diseños o ser de mucha utilidad en la vida cotidiana.
¿Qué cubano no utilizó, alguna vez en su vida, un tibor para desatascar las tripas y salvar el alma?
Al final, para la élite de la dictadura castrista, estos sujetos de la “canción protesta” que actúan en las calles de Cuba, en el cerebro de casi todos los cubanos y en las redes sociales, tienen exactamente la misma función de un orinal, son los encargados de “recoger” y transportar la inmundicia del castrismo, sin que se derrame ni una sola gotica en el suelo, y así mantener en alto, bien en alto, la mentira del socialismo y el nombre del comandante en jefe. Una triste y asquerosa utilidad.
Pero el pueblo cubano se va a levantar y los va a mear a todos, va a despertar de esa inercia de más de sesenta larguísimos años y entonces sucederá lo inevitable, todos esos comunistas de tibor serán usados para conducir la mierda que significa el castrismo hacia una gran cloaca y así veremos a un país, a una nación, a un pueblo y a esa Patria linda y querida, respirar con felicidad porque el hedor a tiranos se ha desvanecido para siempre de nuestras “narices” y de nuestras almas.
Ricardo Santiago.



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