La revolución castrista es solo consignas, arengas y discursos panfletarios.



Y es verdad, si usted se fija bien, la revolución del picadillo no es más que un discurso panfletario, mil veces repetido, durante 60 larguísimos años, repleto de palabras huecas, promesas, cinturones apretados, amenazas y culpabilidades ajenas.
Por eso a los castristas les encantan los carteles, las vallas, las pancartas, los letreros y el bla, bla, bla más que el carajo, les fascinan, mientras más grandes estos sean y más absurdas las frases que reproduzcan mejor para ellos, es la “savia vital” que corre por sus venas y le da sentido a su mal parida existencia.
Yo con estos tipejos tengo un problema muy serio porque han embotellado, enlatado y “encajado” a la fuerza la irracionalidad de la propaganda comunista en el alma de los cubanos.
Hasta cuando escriben en “feisbu” se les sale el letrerito panfletario, doctrinero, cansino, la vieja y la mala idea de su achicharrado progenitor que les marcó el cerebro por el resto de sus vidas.
La filosofía del comunismo se basa en redundar ideas y hacerlas creíbles hasta lograr que las masas coreen la mentira perfecta: Que si la fe en la victoria, la unidad del pueblo, el invencible líder, los huevos no han llegado, el imperialismo yanqui, la culpa es del bloqueo, más sacrificio Lazarito, qué pasa con la productividad, nos atacan por aquí, se nos van por allá, no hay agua, se fue la luz…
La propaganda política para esos sujetos es imprescindible, tienen que empujarles sus ideas a los demás como un purgante muy grande porque sienten pánico que el pueblo le preste más atención al sufrimiento de la vida real que a las burdas engañifas de la dictadura del proletariado, al cuento de repartir las riquezas a partes iguales, a la “ininteligible” explotación del hombre por el hombre, a cada cual según su trabajo a cada cual según su capacidad y los niños nacen para ser felices por eso solo pueden tomar leche hasta los siete años.
Puras frases huecas, vacías, absurdas y ridículas.
El comunismo nació de la idea de que “un fantasma recorre el mundo…”, y nada más cierto y verídico que esa sentencia, pasa que los ilustres inventores de esa teoría de mierda nunca nos aclararon que el tal fantasma no era otra cosa que un espíritu sádico que daría pie al surgimiento de las más crueles dictaduras en el Siglo XX, el XXI y si seguimos dormidos del XXII y del XXIII.
En Cuba, antes de 1959, nadie quería ser comunista ni saber nada sobre esos teóricos de cafetines. La inteligencia natural del cubano marcó desde el principio a esos “pensadores de manuales”, de “handbook”, como unos facinerosos, unos muertos de hambre, unos agitadores, vagos, aprovechados, revoltosos, inconformes, envidiosos y oportunistas.
A Camilo lo mataron por eso mismo, porque no era y nunca iba a ser comunista. A otros valiosos hombres también. A muchos los encarcelaron de por vida y de por muerte y les apagaron la existencia porque descubrieron las verdaderas intenciones de esas bestias manipuladoras, traidoras y arrastradas.
El 1 de Enero de 1959 empezó la fiesta de las consignas en Cuba. La publicidad del capitalismo dio paso a la propaganda marxista-leninista y a la reproducción a gran escala de las idioteces de fidel castro sin que nadie pudiera detenerlos.
Hoy por hoy, para desgracia de los cubanos, donde quiera que se mire en Cuba, encontraremos una valla, un cartel, una pizarrita o un “letrerito” con alguna de las tantas estupideces que el abominable hombre de los potreros de Birán balbuceó en vida y en sueños.
Nuestro Apóstol José Martí, el más lúcido pensador que ha dado la nación cubana, es a mi juicio el más ultrajado por ese frenesí enfermizo de arengar con carteles al pueblo, el más retorcidamente mancillado porque, desde que le echaron la culpa por “idear” lo del asalto al Cuartel Moncada, hasta manipular una frase tan bella y tan sentida como: “Patria es humanidad”, esos sujetos no se han cansado de tergiversar su ideario para beneficio propio, demostrando que no tienen gandinga y que mucho menos sienten respeto por los próceres y por la inteligencia de los cubanos.
Hoy Cuba es una gran valla política, en eso también la ha convertido esa dictadura. El pueblo cubano respira “Venceremos” por todas partes, hasta cuando va al baño a hacer sus necesidades, pero en la concreta, en el plato de comer, en la cuchara y el tenedor, en la vida que mal vivimos: mucha miseria, represión, hambre, sed, calor y vergüenza.
MALDITA AGONIA.
Ricardo Santiago.



4 comentarios en «La revolución castrista es solo consignas, arengas y discursos panfletarios.»

  1. ABAJO EL MISERABLE COMUNISMO!!!! ABAJO EL CASTRISMO!!!!! QUE VIVAN TODOS LOS CUBANOS POR EL MUNDO!!!! QUE VIVA LA SUPUESTA Y TAN SUFRIDA GUSANERA DE MIAMI Y TODOS LOS EXILIADOS Y TODOS LOS PRESOS POLITICOS!!!!! Y DECEO QUE ALGUN DEJEMOS DE SUFRIR POR NUESTRA PATRIA!!!!

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  2. La revolución castrista es el robo más grande que identifica la Historia Universal… Es una amalgama de derrotas, desenfreno, retrocesos, divisiones, fraudes y asesinatos.
    Los tiempos cambiaron y aunque persisten los discursos y palabrerías, no logran callarnos y la verdad cubana circunda océanos y no se ha quedado paralizada en la Isla.
    Puede suceder que en nuestro país permanezca esa propaganda inservible y engañosa pero ya no convence a nadie. Es la mejor muestra de lo obsoleto, anticuado y caduco que resulta el castrismo… No hay dudas el oxígeno se reduce, se apaga.

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