La revolución del picadillo y el chantaje como arma de coacción para someter a los cubanos.



La revolución del picadillo utilizó, desde el mismísimo 1 de Enero de 1959, el chantaje como método sostenido para permanecer en el poder, perpetuarse sentadita en el tibor del socialismo, robarse y apoderarse de los bienes materiales producidos por el pueblo en nombre de la libertad y someter a los seres cubanos bajo una feroz dictadura de izquierda izquié, de tanta izquierda izquié, que al final perdimos el rumbo, la inmensa mayoría de nosotros, y terminamos enfilando derechito pa’l Norte.
Dice mi amiga la cínica que la dictadura castrista potenció en Cuba el espantoso equilibrio entre la vagancia y la mediocridad, entre la inmoralidad y la bajeza y entre la corrupción y el servilismo subyacentes en el espíritu de quienes se dispusieron a defender esa maldita revolución socialista con las nalgas o bajo amenaza de que les sacaran sus trapitos al sol.
Porque el castro-comunismo es esencialmente chantajista y exageradamente embaucador. fidel castro y su aparato de inteligencia, entrenados por los servicios secretos de la URSS y Alemania Oriental fundamentalmente, que a mi juicio los superó con creces en cuanto a la excelencia por el brete, el chisme y la calumnia, siempre supo que la mejor arma contra sus enemigos, o amigos, era “saberles algo”, “llevarles la pullita”, secretico, secretico es mala educación, por lo que, sin el menor ápice de decencia o respeto a la intimidad ajena, urdió contra todos un macabro plan de escuchas y grabaciones para esgrimirlos, en el momento oportuno, y doblegar así hasta al más pinto de la paloma.
Nunca he entendido cómo hombres y mujeres con probada inteligencia, extremada sensibilidad, desbordado talento y excelente capacidad creadora, se han postrado, han puesto sus “cerebros” en función de apoyar y defender tal engendro, a todas luces indefendible, a sabiendas que hacen el ridículo, se embarran con esa mierda y se convierten en el hazmerreir de media humanidad.
Preguntémosle a silvio rodríguez quién es el “culpable de tanto desastre…” y verán la respuesta que nos da…
Yo digo que hasta el General de la pamela estuvo incluido en los archivos de la “indecencia” y de ahí la enfermiza guataconería y sumisión que le profesaba al cambolo de Santa Ifigenia.
El chantaje es el alma, la esencia, de esa maldita revolución.
En la vida real muy pocas personas en el mundo y en Cuba apoyan, de corazón, al castrismo y a la revolución del picadillo. Es muy difícil. Es increíble que seres humanos con dos dedos de frente adoren gratuitamente a una execración ideológica que asesina, tortura, encarcela y reprime sistemáticamente, de muchas maneras, a todo un pueblo por más de sesenta larguísimos años.
Aun con la extraordinaria maquinaria propagandística y con los miles de millones que nos han extorsionado para sostener la falsa imagen de revolución buena, la verdad está ahí, más visible que nunca, el país cayéndose a pedazos, los cubanos pasando hambre, la prostitución más que un oficio convertida en insano deporte, los jóvenes queriendo escapar para cualquier parte, el alto índice de alcoholismo, los suicidios y la muerte en vida de millones de seres cubanos.
Los métodos de coacción empleados por los castristas son extremadamente burdos y a la vez impresionantemente sofisticados, aunque parezca una contradicción. Lo mismo te pueden inventar “un expediente” delictivo, que culparte de una indecencia, que de algún rasgo “antinatural” del carácter según el criterio marxista-leninista, que poner en tu boca palabras medio extrañas y nunca dichas por ti, que quitarte la libreta de racionamiento, retener a tu familia, expulsarte del centro de trabajo, calumniarte a ti y a los tuyos, en fin, la lista de formas y maneras de chantajear es proporcional a la rabia y el miedo que sienten ante la posibilidad de perder el control, ser apresados y juzgados por crímenes de lesa humanidad.
Así actúan los comunistas, agreden para defenderse, asesinan para intentar salvarse, mienten para justificarse, se saben perdidos y atacan por cualquier vía aunque caigan en el deshonor, la perfidia, la ilegalidad y la traición.
Los cubanos sabemos del chantaje y la extorsión castrista, los conocemos bien porque casi todos, de una forma u otra, los hemos sufrido y padecido en carne propia, recuerden que, hace muy poco tiempo, cuando usted solicitaba o quería emigrar, por las razones que fueran, el régimen te obligaba a “salir definitivamente del país” y, a cambio de darte la “carta blanca”, el permiso de salida, te lo robaba todo, es decir, la casa, el carro (si tenías), la ollita arrocera de amaury pérez, todo…, todo menos la memoria… gracias a Dios…
Ricardo Santiago.



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